La Francia insumisa

Joaquín Pérez Sánchez

Las elecciones francesas culminaron con el triunfo del joven candidato neoliberal Emannuel Macron, que venció en la segunda vuelta a la extrema derecha de Marine Le Pen. Con la llegada de Macron al poder, se sofocaron momentáneamente las expectativas de los sectores que auguraban un debilitamiento mayor de la Unión Europea (UE). Con este triunfo se recuperan los sectores que insisten en la visión integradora que hasta ahora se ha impuesto y que consolida a Francia y Alemania como los países que liderarán la siguiente etapa.

El mismo día que Macron tomó posesión como presidente, en Alemania se llevaron a cabo elecciones en la región de Renania del Norte-Westfalia, que tradicionalmente se considera un feudo socialdemócrata. Sin embargo, en esta ocasión se impuso con el 33,4 por ciento de los votos, el partido de la Unión Cristiana Demócrata (UCD), de la canciller Angela Merkel, que aspira a un cuarto mandato consecutivo.

El triunfo del partido de la canciller, en una de las regiones más importantes de ese país, representa en los hechos un empujón muy importante para Merkel que el 24 de septiembre próximo intentará su cuarta reelección consecutiva. De hecho, el líder socialdemócrata Martín Schulz, al que los medios consideran el principal rival de la canciller, al reconocer la derrota de su partido, consideró que “la campaña para las elecciones federales está empezando ahora”.

En Francia, Macron, antes de viajar a Alemania a entrevistarse con Merkel, nombró a su primer Ministro, el “moderado” Édouard Philippe, del partido de la derecha Los Republicanos. Algunos medios consideraron novedoso este nombramiento, ya que no pertenece a su grupo político La República en Marcha. Sin embargo, esto es irrelevante, ya que la plataforma política que se formó para impulsar su candidatura, tiene apenas un año. Así que el nuevo mandatario y los intereses que representa, se preparan para maniobrar y formar un gobierno que les permita atraer a su nueva formación, las candidaturas (derecha, centro e incluso izquierda) que les permitan competir en las elecciones legislativas del 11 y 18 de junio próximas.

Al cierre de este material, Macron y Merkel se reunían en Berlín, capital alemana. Ese mismo día, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendaba al gobierno alemán, aumento de salarios, inversión en infraestructuras y baja de impuestos. La canciller alemana, por su parte, adelantaba que las elecciones en su país las ganará quien logre presentar a la población las mejores propuestas de “empleo”, educación (en digitalización), innovación e infraestructura y seguridad.

Esos son los nuevos temas de las páginas de los medios y también los puntos sobre los que trabajarán Macron y Merkel. Francia y Alemania trabajarán en conjunto, juntos encabezarán las negociaciones del Brexit. Hasta el momento, los componentes que apoyan su visión de Europa han recobrado fuerza. La extrema derecha ha servido como elemento de miedo en favor de las candidaturas neoliberales, mientras que la izquierda ha sido neutralizada. Macron sabe que su enemigo principal no es la ultraderecha, sino la Francia insumisa.

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