Relegados de la Reforma de Telecom en México/XII-XV
Javier Esteinou Madrid
En los primeros tres años de instrumentación de la Reforma Constitucional de las Telecomunicaciones y Radiodifusión se conquistaron diversos avances que favorecieron a las grandes empresas comunicativas; y paralelamente, se generaron retrocesos relevantes que impactaron sobre el futuro de las comunidades mexicanas. Entre las principales repercusiones sociales que se originaron, destacaron las siguientes:
12.- El prototipo de desarrollo de la Reforma de las Telecomunicaciones y la Radiodifusión que se impulsó en México fue un ejemplo histórico muy evidente de la dinámica de “modernización” hacia la cual avanza con mayor rapidez el país y que reflejó cómo la razón de Estado fue substituida bárbaramente por la razón de mercado desregulado.
13.- Esta primera fase de implementación histórica de la Reforma de Telecom demostró que el Estado renunció a que el espacio público mediático, que por mandato constitucional debía estar regido por los cánones del servicio público, fuera gobernado por las reglas del mercado fenicio desregulado de los oligopolios comunicativos, para convertirlo en el espacio público de las mercancías y del poder y no como espacio público colectivo para la construcción de ciudadanía y el enriquecimiento de los seres humanos.
14.- Aunque históricamente en el terreno de la radiodifusión era urgente e indispensable realizar una severa reforma que intentara transformar el viejo, anacrónico y omiso sistema masivo de comunicación electrónica existente en la república para incorporar las garantías comunicativas básicas de la sociedad; pese a ello, en esta área no se lograron cambios sustantivos para modificar el arcaico mapa de la radiodifusión nacional. Paradójicamente, se permitió la continuidad de la existencia del antiguo modelo de comunicación desigual heredado del siglo XX donde predominó exageradamente el patrón comercial y no el de servicio público; pero ahora disfrazado de “moderno”, “reformado”, “avanzado”, “competitivo”, “abierto” y “democrático” para el siglo XXI.
15.- La aplicación de dicho patrón de desarrollo de las telecomunicaciones y la radiodifusión certificó que el gobierno mexicano no posee una visión de estadista que le permita construir y planificar, a largo plazo, las bases fundacionales de un proceso de comunicación colectivo que permita el bienestar y la sobrevivencia armónica de la sociedad; sino que solo posee un impulso ultrapragmático neoliberal para negociar cíclicamente la satisfacción de las demandas económico-políticas de los poderes fácticos mediáticos para recibir su respaldo.
16.- Finalmente, se gestó un proceso de regresión en contra de la población y hacia el debilitamiento del Estado rector, pues se erosionó radicalmente la razón de ser del Estado nación mexicano al crear las condiciones jurídicas a modo para renunciar a su misión de jefatura soberana para dirigir la república en el terreno comunicativo y regresó a convertirse estructuralmente en un simple “empleado administrativo” a favor de la tutela de los intereses oligopólicos del poder mediático. Así, paradójicamente, después de la Reforma en Telecomunicaciones se continuó alimentando sustancialmente el fortalecimiento del Estado fallido en el ámbito de la comunicación en México, pues el Estado nación no fue capaz de atender a través de dicha reforma las principales necesidades y demandas comunicativas que presentó la sociedad mexicana desde hace varias décadas, por la vía pacífica e institucionalizada. Es decir, se apoyó fundamentalmente la continuidad de un modelo de comunicación colectivo que impulsara el prototipo de comunicación empresarial de mercado (business comunicativo) y se marginó el estímulo de un modelo de comunicación de servicio público (participación ciudadana) que atendiera sustancialmente las principales necesidades de desarrollo global de las comunidades mexicanas en el nuevo milenio.
De esta forma, la instrumentación de dicha reforma constitucional en sus primeros tres años de vida no modificó la esencia unilateral, autoritaria, anticompetitiva, discrecional, vertical y oligopólica del viejo Modelo Electrónico de Comunicación Nacional para los Jodidos que operó durante más de 6 décadas y media en la nación, con consecuencias deplorables para el bienestar de nuestra sociedad; y adaptó su aplicación jurídica mediante otras estrategias de información “modernizantes” para prolongarlo muchos decenios más hacia el Modelo de Comunicación de los Neo Jodidos durante el siglo XXI en México.
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