Regino Díaz Redondo

Bilbao.- El neoliberalismo se ha instalado en Europa. Con el anzuelo de que Bruselas lo sabe todo, se convierte en el centro de decisión. Los gobiernos conservadores son los que mandan y ordenan sin reparo.

El gobierno socialista español actúa con timidez y está supeditado a la tutela de la Unión Europea.

El predominio de la derecha es evidente, según Nicolás Redondo Urbieta, leyenda viva del sindicalismo español, líder de la Unión General de Trabajadores, durante la transición a la democracia, en los años setenta, y uno de los obreristas más respetados del país. Socialista de siempre, dirigente mítico de los trabajadores, factotum en el progreso de la clase que pone ladrillos, Redondo siempre fue defensor de los que menos ganan y preconiza la igualdad de todos.

Con Rodríguez Zapatero, un giro tremendo

Vasco, que ama a España, dice a Siempre! que “aquí, el que vive bien, no quiere vivir regular y éste lucha por no rebajar su status a lo peor”.Me recibe en su despacho sobrio y acogedor, con libros aquí y allá, sillas confortables y un poco de calor. Está convencido de que [José Luis] “Rodríguez Zapatero ha dado un giro tremendo, imprevisible, es uno de los protagonistas del fracaso de la democracia europea”. Puede decirse, y así lo cree él, que “un gobierno de derecha no tomaría medidas económicas más duras que las adoptadas por el gobierno”.

Acaba de formalizarse un acuerdo tripartito para contribuir a salir de la crisis entre Unión General de Trabajadores, Comisiones Obreras, empresarios y gobierno. Juntos, por primera vez los tres sectores de la producción, han tranquilizado a Redondo aunque sostiene que todavía es pronto para ver si cumplen con su deber. No escatima halagos cuando es necesario pero su posición sindicalista lo hace crítico y respetable. Es algo así como un gurú de la clase obrera.

Su visión de España es que “los partidos son muy piramidales y en el caso de la izquierda hay que intuir que, como siempre, se divide. Es un efecto epidémico por lo que las fuerzas del dinero se hacen las dueñas de la política”.

Divorcio de la izquierda

Los “años gloriosos” y la “época dorada” de España durante 30 años se extinguieron. El pensamiento único, el devastador cuerpo que abriga el sistema financiero brutal y egoísta se apoderó de las ideologías continentales, tomó el timón de este barco que navega en un mar proceloso, con una tripulación robótica y pasajeros que sólo aspiran a sobrevivir y son incapaces de rebelarse, aunque ya los brotes de descontento empiezan a mover conciencias.

Recuerda también la “época rosa” en la que de los 15 países de la Unión Europea 11 eran socialistas. “Pero ahora la izquierda se ha divorciado de sus bases, como siempre”. Por ejemplo, pregunta, dónde está el Partido Socialista Europeo. “¿Ha escuchado usted hablar de él? —pregunta—. “Pues claro que no —responde él mismo—, está oculto en la casi clandestinidad, asustado y sin respaldo ni siquiera de las pocas naciones socialistas que aún quedan”. El progreso “agobiado por la deuda y el mal manejo de la economía no tiene tiempo para recuperar los valores humanos”.En resumen, el socialismo en Europa “es una quimera” que lastra a los habitantes de esta parte del mundo.

Situación en España

Redondo Urbieta cree que “la xenofobia crece” y el sofisma se adueña de la gente y de los que mandan: “Hay que salvarse, no importa por qué medios ni ante quienes haya que inclinarse en actitud esclavista”. Mientras llega “la catarsis”, soy muy pesimista y vemos que las ideas sociales se devalúan y no hay cómo responder a este cataclismo invasor que representa la derecha ortodoxa.

Sobre los acuerdos que el presidente del gobierno ha hecho con el Partido Nacionalista Vasco y el de la Coalición Canaria, lo tiene muy claro “es una barbaridad”. Este bilbaíno de cuna está seguro que el Partido Nacionalista Vasco tiene dos caras: la pragmática y la soberanista. Y las utiliza a discreción para sacar provecho sin descartarlas y utilizándolas en los momentos adecuados para sembrar dudas e intranquilizar.“El Partido Nacionalista Vasco es como una iglesia, se filtra en todas las clases sociales, alta, media, está con la derecha, los leales a España, los radicales, buscadores de independentismo, Cataluña, Euskadi, Galicia….” En fin…

El personaje derrocha amabilidad. Habla mientras camina alrededor de la mesa en que estamos. “Los partidos políticos —dice— son interclasistas. Ni contigo ni sin ti. Pero con los dos a la vez. Con el capitalismo conservador y con los trabajadores necesitados. Los utiliza y busca, simultáneamente, a ambos para poder avanzar. Bonito ejemplo —dice con énfasis— de heterodoxia ideológica”. No suelta el hilo de su preocupación cuando expresa que “a la Internacional Socialista le ocurre como a la socialdemocracia. Ha desaparecido. Después de Willy Brandt y Olof  Palme, se esfumó”.

Radio y TV, una vergüenza

Ya en marcha, desgrana alguna de sus verdades: “En este país no hay conciencia, los medios de comunicación están mediatizados y lo que se oye en las tertulias políticas en radio y TV da vergüenza”. Casi se enoja: “América está comprando muchas empresas de información entre ellas periódicos y cadenas audiovisuales. La Fox estadunidense penetra con su nefasto hacer en Europa, sin que nadie la detenga”.

De Felipe González se expresa bien. Recuerda con simpatía a François Mitterrand y se considera “europeísta”, aunque “siempre he creído que por la forma en que se están haciendo las cosas este asunto puede terminar mal”. Porque “el que tenga un mayor déficit en su balanza de pagos no va a poder votar en las elecciones de la Unión Europea. Aunque espero equivocarme”.

Sobre ETA, coincide con la mayoría: “Está en período de extinción. Sus apariciones para anunciar una tregua son increíbles. Tiene que abandonar las armas, dejar que se compruebe que lo hace. Que sus grupos se hayan desintegrados. Y, entonces, después de un período de verificación podría resucitar Batasuna, ya no como brazo político del terrorismo, sino como opción política dentro de la sociedad”. Aunque no puede reprimirse: “El Partido Nacionalista Vasco podría, en su momento, echarle un cable a ETA para reforzar su posición oculta a favor del soberanismo”.

Igualdad y equidad

En cuanto a los independentistas de Cataluña, cree que ahora son más nacionalistas porque para esas fuerzas divisionistas “España es la madrastra y hay que deshacerse de su tutela”. Y “la izquierda está dispuesta a respaldar un referéndum soberanista cuando lo considere propicio. No lo descarta. Y ya ha dado muestras de ello al amenazar de llevarlo a cabo aunque, por ahora, sólo en declaraciones verbales”.

Finaliza la entrevista con esta sentencia:
“La igualdad y la equidad son principios básicos, no se puede jugar con ellos como hacen algunos en estos tiempos de desconcierto e impudicias”.