Con una sonrisa y la firme idea de hacer cimbrar el sistema, María de Jesús Patricio se presenta a México como la primer mujer indígena en aspirar llegar a la silla presidencial. De piel morena, menuda, con largo cabello negro y con una blusa con bordados mexicanos, se abre con Siempre! para hablar del significado de su candidatura.
El objetivo no solo de ella, sino de todo el Congreso Nacional Indígena (CNI) es claro y va más allá de aparecer en una boleta presidencial. Es lanzar un “ya basta” en contra del olvido de todas las agresiones que sufren las comunidades indígenas en el país, pero de una manera más organizada.
Pese a contar con el respaldo y la confianza del Congreso Nacional Indígena —del que forma parte el Ejército Zapatista de Liberación Nacional— desde hace 20 años, Marichuy como se le conoce sabe que la lucha que inicia no es fácil. Deberá de enfrentar todo un sistema, pero sobre todo a una sociedad machista, la cual —apunta— ve a las mujeres como seres de segunda y hasta de tercera, cuya vida está centrada en atender su casa, marido e hijos.
Con 53 años a cuestas y tres hijos que tienen miedo de que algo malo le pueda pasar ante la serie de agresiones y represiones que se han suscitado desde que fue nombrada vocera del CNI, Marichuy —clara y segura— reitera que su intención no es ocupar el poder. De antemano sabe que cumplir con el requisito de recolectar casi un millón de firmas por todo el país, es una tarea titánica.

“Nuestra tirada es ir con miras organizativas, no tanto de ir por votos, queremos visitar todas esas comunidades, a toda esa gente de la ciudad, esas organizaciones tanto para que ellos nos escuchen, como para nosotros escucharlos”. Aprovechar la oportunidad para organizar a las comunidades vecinas, hermanas, a proponer un modelo de gobierno en el que el pueblo será el que decida el destino de México, asegura.
Acompañada por varios miembros del CNI, que en diferentes momentos toman la palabra, y que piden anonimato, la vocera de los indígenas lamenta que por años las pueblos originarios no hayan sido escuchados ni vistos. Por el contrario, cada día se encuentran más sumidos en la pobreza, destrucción de sus territorios, falta de acceso a servicios básicos como la salud, educación, pero sobre todo la justicia.
“Estamos unidos y nuestra meta es totalmente definida: cambiar el rumbo a México porque lo están entregando a esas compañías transnacionales. Ya basta, tenemos que levantar la voz y tenemos que presentarnos por medio de nuestra vocera”.
Todo parece indicar que a través de sus conocimientos en la medicina tradicional, está mujer náhuatl buscará tratar de aliviar las dolencias de un país enfermo que intenta salir adelante. Por ello, el mayor significado de su candidatura es “como mujer indígena logar darle voz, presencia y participación a todos aquéllos que no la tienen”.
¿Por qué Marichuy?
Tras 20 años de ser parte activa del CNI, la designación de Marichuy fue sencilla pues todos se conocen, “sabemos dónde está cada quien. Hay toda un cercanía, por eso cuando se da la propuesta fue fácil elegir entre los que estuvieron participando. Como no se puede registrar todo un grupo, tenía que ser una persona, una vocera y el cargo cae en mí”.
En Tuxpan, Jalisco, todos saben de Marichuy, niños, mujeres, ancianos acuden a su modesta clínica. Sus conocimientos no solo son en herbolaria, también sabe hacer política. Una de las concejales —que la acompaña— señala que además de hablar su lengua materna que es el náhuatl, ha hecho una labor muy importante en diferentes momentos clave para el CNI.
Por ejemplo —dice— su presencia en la Cámara de Diputados y Senadores cuando se llevó a cabo la participación de la comandanta María Esther, ahí estuvo Marichuy. Así como ante la ONU donde también ha participado. “Eso le da una visión mucho más amplia y nos sentimos realmente representados con ella”.

Simbolismo o realidad
A pregunta expresa de Siempre! sobre si su nombre logrará llegar a estar en la boleta presidencial o se convertirá en un simple simbolismo —segura de sí— Marichuy responde:
“Vamos con todo, vamos por todo y sí vamos a participar en este proceso, es lo que se dijo en la Asamblea. Vamos a buscar que sí estemos en las boletas. Pero como repito, no es la finalidad. Nuestra tirada es otra, muy diferente a la que hemos estado acostumbrados a ver. Nosotros queremos ir desmontando todo ese sistema capitalista que lo que ha dejado es muerte en las comunidades”.
Señala que ante la cantidad de presos, desaparecidos y problemas que se está agudizando en las comunidades, su único objetivo es luchar en contra del poder que ha traído solamente muerte, división, exterminio; luchar por la vida y darle voz al pueblo.
“El pueblo es el que demanda, el pueblo es el que toma las decisiones y el pueblo junto con todos nosotros somos los que vamos a empezar a construir, hasta con los que no son indígenas, porque creemos importante y necesario este cambio, este cambio ya es justo”, afirma otra de las concejales.

Fragmentación y financiamiento
Tras aclarar que el EZLN es solamente un actor más dentro del CNI, no sin antes lanzar una carcajada, Marichuy habla sobre los rumores de que su candidatura pueda ser utilizada para fragmentar a la izquierda. “Yo no digo que nos ponemos para ir a fragmentar a tal o cual, nosotros vamos a intentar fragmentar el sistema capitalista que está acabando con los pueblos, por eso hemos decidido dar este paso”.
Sus compañeros la apoyan y aluden que la problemática de los pueblos originarios no se centra en si se pueda o no fragmentar el voto, sino en la urgencia de lograr visibilizar todas la agresiones que hay hacia ellos, “como concejales traemos la voz de nuestros pueblos y a través de Marichuy confiamos en difundirla y hacerla llegar a todos los lugares de nuestro país y más allá de nuestras fronteras”.
Sobre un posible financiamiento de algún grupo que les pueda ayudar a realizar la caravana por todo el país que están a punto de iniciar, Marichuy aclara que todos los recursos salen del bolsillo de cada uno de los integrantes del CNI, “como hay hermanos indígenas en todo el país yo creo que ahí nos vamos a ir dando la mano”.
Tras explicar que las tradiciones en los pueblos originarios están muy arraigadas, uno de los concejales indica que así como se organizan para una fiesta y para los trabajos colectivos lo pueden hacer para este proceso, “no veo para nosotros en esa parte que tengamos que buscar como los grandes partidos todo, como pueblo sabemos eso”.
“Si matamos una vaca para una fiesta, se podrá hacer algo para esto, son principios que tenemos en los pueblos. No buscamos ahorita que lleguen los millones, no porque no es nuestra tirada. Lo que queremos es organizar que los trabajos sean colectivos y que estos trabajos den frutos”.
En torno a si teme por su seguridad, Marichuy, sin dejar de sonreír y con una voz tenue que la caracteriza, dice que de antemano “sabemos los que estamos en esto a que nos enfrentamos, si de por sí ya nos están matando en nuestras comunidades, que nos maten por algo y que sepan que aquí vamos a estar hasta donde nos permitan llegar”.
@emma_iza
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