Con toda naturalidad, Franz Kafka, que nació en el verano de 1883, un 3 de julio, escribió una de las obras más originales de la literatura al poner el acento de su mirada en el absurdo de la vida. Las páginas de El proceso exhiben lo incongruente de los laberintos de la burocracia, mientras La metamorfosis confronta al personaje con el disparate de sí mismo. Aquí las primeras líneas de La metamorfosis, en la traducción de Jorge Luis Borges:

Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontrose en su cama convertido en un monstruoso insecto. Hallábase echado sobre el duro caparazón de su espalda y, al alzar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas callosidades, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, que estaba visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia.

—¿Qué me ha sucedido?

No soñaba, no. Su habitación, una habitación de verdad, aunque excesivamente reducida, aparecía como de ordinario entre sus cuatro harto conocidas paredes. Presidiendo la mesa, sobre la cual estaba esparcido un muestrario de paños —Samsa era viajante de comercio—, colgaba una estampa ha poco recortada de una revista ilustrada y puesta en un lindo marco dorado. Representaba esta estampa una señora tocada con un gorro de pieles, envuelta en una boa también de pieles, y que, muy erguida, esgrimía contra el espectador un amplio manguito, asimismo de piel, dentro del cual desaparecía todo su antebrazo.

Gregorio dirigió luego la vista hacia la ventana; el tiempo nublado (sentíase repiquetear en el cinc del alféizar las gotas de lluvia) infundiole una gran melancolía.

—Bueno —pensó—; ¿qué pasaría si yo siguiese durmiendo un rato y me olvidase de todas las fantasías? —Mas era esto algo de todo punto irrealizable, porque Gregorio tenía la costumbre de dormir sobre el lado derecho, y su actual estado no le permitía adoptar esta postura. Aunque se empeñaba en permanecer sobre el lado derecho, forzosamente volvía a caer de espaldas. Mil veces intentó en vano esta operación; cerró los ojos para no tener que ver aquel rebullicio de las piernas, que no cesó hasta que un dolor leve y punzante al mismo tiempo, un dolor jamás sentido hasta aquel momento, comenzó a aquejarle en el costado…

 

Novedades en la mesa

 “Que yo estuviese enamorada de Nishino no significaba que Nishino tuviese que estar enamorado de mí”, dice la protagonista de Los amores de Nishino (Alfaguara), la más reciente novela de la japonesa superventas, Hiromi Kawakami… Cuentos de Beedle el Bardo (Salamandra), de J. K. Rowling fue originalmente una edición artesanal de siete ejemplares escritos e ilustrados por la autora para regalar a siete personas especiales (al menos dos de ellas sus editores). Son cuentos de hadas y de magos que en cierta forma dialogan con los legendarios personajes de la saga de Harry Potter.