Regino Díaz Redondo

Independientemente de lo absurdo que representa el pacto entre el PAN y el PRD y que podría contaminar a otras entidades como ocurre ya en Nayarit y, por qué no, para el 2012, este choque de culturas políticas es más bien la ficción hecha ciencia poder. Era impensable en mentes sanas. Pero, ¡ay! es difícil encontrarlas en un ambiente de confusión y perversidad de los valores o en ausencia de éstos.

Entrar en un análisis medianamente serio es casi imposible. Ya se encargarán muchos de hacerlo con o sin razón, porque un fenómeno de tal naturaleza merece en un principio, el rechazo; huele mal y despierta inquietudes neoliberales encubiertas en la falsa defensa de la verdad y de la igualdad.

El sí a la coalición de dos partidos políticos que por vergüenza deberían estar separados y por tradición siempre lo estuvieron, ocurrió el pasado 27 de marzo, quizá no tenga una gran vigencia o, por el contrario, puede convertirse en un ejemplo pragmático en donde las ideas y los sentimientos se supediten al bienestar de los que alcancen el mando.

 

Chiapas, un antecedente

Existe, no obstante, un antecedente ocurrido hace poco menos de cinco años en Chiapas.

Allí el PRI y el PAN se unieron para vencer a Juan Sabines del PRD para intentar derrotarlo. No pudieron y parece haberse olvidado la experiencia de entonces para mejor ocasión.

Pero ahora es diferente. Se confunden no sólo los propósitos políticos y los principios éticos. Stalin firmó un acuerdo de paz con Hitler en aquellas oscuras horas del siglo pasado. Y Chamberlain volvió a su patria satisfecho de haber ligado a un acuerdo conel Führer para garantizar la paz en Gran Bretaña.

Todo fracasó. Los dictadores y los ingenuos tienen diferentes pieles. Mientras unos firman documentos para avanzar en sus propósitos expansionistas sin darles ninguna importancia a los compromisos por escrito, otros pierden el vagón del tren del sentido común que pasa fugaz frente a ellos como ocurrió con el Bienvenido Mr. Marshall, la extraordinaria obra de García Berlanga.

Llenar estas páginas de dolorosos verbos o acusadores adjetivos sería entrar al juego tramposo al que nos llaman desde las galerías y las lunetas del teatro de los neoliberales.

Sin embargo, no está de más iniciar un diálogo, cierto o inventado, entre los protagonistas de esta insólita situación nefasta y ejemplo de cómo la desorientación se apodera del mundo ideológico no sólo en México, sino en países de otros continentes como ocurre en España, donde el Partido Popular (derecha, derecha) se presenta sin rubor como el defensor de los trabajadores y de sus eternos enemigos, los necesitados, disfrazados con fines electorales y favorables a la globalización brutal que ya sufre heridas profundas aunque todavía no sean de muerte.

 

Queremos gobernar

Empecemos.

Preguntas a la inteligente coalición y respuestas de ésta.

¿Cómo explican la necesidad del pacto?

Hay que conseguir el poder. El PRI quiere volver a aplicar las medidas que nos tuvo en vilo durante 70 años.

¿Por qué no lo hicieron antes? Tuvieron tanto tiempo y muchas oportunidades.

No había partidos de izquierda propicios para llegar a transacciones. Eran hordas salvajes sin deseos de progresar. Protagonizaban el caos y la Revolución de Octubre de 1917. Pobrecitos.

¿Entonces…?

Queremos gobernar.

¿A quiénes?

En este caso, a los mexicanos.

¿Cómo podrían gobernar dos partidos tan opuestos, al menos en teoría?

Lo haremos por el bien de la patria.

¡Ah, vaya, se me había olvidado!

Sí, porque es preciso el cambio. El mundo está amenazado por el terrorismo y los fundamentalistas son capaces de cualquier cosa para destruir el orden establecido y acabar con las democracias occidentales que tanto bien nos han hecho y a las que tanto debemos.

¡Qué bonito!

Le reitero, hay que defender los principios que nos proporcionan libertades y estabilidad financiera sin problemas sociales. Cuando éstos surgen hay que combatirlos a rajatabla, sin piedad.

¿A todos?

Entienda. A todos los que están al alcance de la mano y de los que pretenden alterar el orden establecido.

 

Lo que el pueblo merece

Pero, por ejemplo, ¿qué harían en el caso de la soberanía del petróleo?

Bueno… eso será cuestión de analizarlo con calma.

¿Con cuánta calma?

La suficiente…

Suficiente, ¿para qué?

Para darle al pueblo 1o que merece. Qué otra cosa puede ser.

No entiendo… perdón, perdón, ya caigo. Es otra frase que me suena.

Es que no hay otra.

Es verdad, está claro. Nosotros o el diluvio. ¿No es así?

No es para tanto. Son alianzas temporales que pueden prolongarse o ser útiles.

¿Para quiénes?

Para los que sin duda defienden el actual sistema económico internacional. Porque es necesario protegernos de los cantos de las sirenas de falsos profetas que enarbolan banderas anárquicas y que someterían al mundo a una inestabilidad que puede ser fatal.

 

Pensamiento autóctono


Por fin, ¿o con Marx o con los Chicago Boys?

No tenemos por qué adoptar ideologías extranjeras. Nuestro pensamiento es autóctono y muy aplicable. Siempre, como digo, dentro del ámbito de la actual estructura mundial.

Ya tuvieron el sí con poca participación y con la condena de Cuauhtémoc Cárdenas y Alejandro Encinas. Votaron ciento setenta mil personas de un padrón de once millones. ¿Será suficiente?

Todos fueron llamados a votar. Usted sabe que nuestra gente es poco amiga de acudir a las urnas.

Será porque no cree en que los resultados que se anuncian sean reales. O que da lo mismo el pinto que el colorado.

La auscultación se ha hecho y elegiremos a nuestro candidato. Es una decisión popular y fortalece nuestro sentido de libertades políticas.

¿Tienen programa? Lo digo por aquello de que como en épocas pasadas —Jesús Reyes Heroles dixit—, primero el programa y luego el candidato.

Todo se hará. Las circunstancias son otras. Le aseguro, conste que le aseguro, no se olvide, téngalo presente, acabaremos con las injusticias, se elevará el nivel de vida de la gente, crearemos empleos, repartiremos riqueza. El pueblo será tratado con decoro. Se acabarán las discriminaciones y los insultos. Impondremos austeridad y orden a como de lugar.

Otra vez más, preciosa respuesta.

Sí, usted aguante y verá. Estamos abriendo un camino nuevo que puede ser copiado por otros países ávidos de inteligencia política.

¿Se atenderán las quejas y responderán positivamente a las demandas?

Desde luego, claridad ante todo.O sea que nada de gritos y sombrerazos. La violencia a nada nos conduce. Las normas ylas conductas siguen igual. Nadie escarmienta. El agua está ya en la cintura y amenaza con subir el nivel. Esto a nadie conmueve ni hace reflexionar. Por lo visto el cambio a que se refiere la coalición PAN-PRD se sostiene sobre las bases de las directrices de las transnacionales, el FMI, la OTAN, los bancos poderosos y la Unión Europea en periodo de transición, aletargada, lenta, sin un liderazgo visible y con las mismas condicionantes de toda la vida.Es decir, que nadie es tan tan tonto ni tan tan listo, aunque lo ataranten tanto.