LA SOMBRA EN EL MURO
¿Por qué el lopezobradorismo adoptó y promovió la película Roma del mexicano Alfonso Cuarón? La proyectaron gratuitamente en Los Pinos, domicilio de los presidentes de México durante sexenios, con una afluencia multitudinaria. Se vio como un apoyo ideológico, partidista y presidencial; sirvió como propaganda del moralismo de este gobierno. Por lo menos se registró una identificación entre una postura política determinada y una película que se pretende de ficción, aunque parece documental. El poder se identificó con su discurso y la tomó para su provecho.
Ignoro si Roma se hizo sobre pedido, por eso me refiero tan solo a una identificación de tipo ideológico. Pudo haber sido pensada como un medio de propaganda subliminal, pero también pudo ser una mera casualidad de temas y fechas, entre la realización de la película y la toma del poder del candidato de Morena. Como haya sido, resultó de maravilla. Ahora, por los reconocimientos que ha obtenido esta película, entre los que destacan tres Óscares, casi se podría decir: el éxito de Roma corresponde al éxito del actual gobierno de México.
La exposición anterior no es nueva. En el Tercer Reich, encabezado por el temido Adolfo Hitler, líder que aprovechó como pocos los beneficios del populismo para sus propios planes, se vio con muy buenos ojos la proyección cinematográfica de sus políticas y se hizo de los servicios profesionales de la actriz y cineasta Leni Riefenstahl.
Más caseramente, aquel gran populista, el entonces presidente de México Luis Echeverría Álvarez, también apoyó a la cinematografía nacional, con la probable esperanza de fortalecer la propaganda a su gobierno.
En la desaparecida Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, (URSS) se llegó, desde esta perspectiva, a grandes logros. En los primeros cinco años después de 1917, esta revolución gozó de la simpatía de numerosos artistas internacionales, algunos visitaron a la URSS. Sin embargo, después de ese tiempo, empezó el desencanto. Como ocurrió con el escritor francés André Gide, que en 1937, quien fue comunista, escribió Regreso de la URSS, en donde expone su profunda desilusión por lo que allí acontecía. Fue duramente criticado por sus colegas europeos que, como siempre pasa, no aceptaron la triste realidad.
Ahora, por los reconocimientos que ha obtenido esta película, entre los que destacan tres Óscares, casi se podría decir: el éxito de Roma corresponde al éxito del actual gobierno de México.
En la URSS surgió lo que se conoció como el “arte socialista”, que no era otra cosa que el arte al servicio del poder: como propaganda de la Revolución comunista. El arte, que es la libertad per se, se va por la borda y queda tan solo en propaganda política.
En Roma no es tan obvio el mensaje “moral” de la cuarta transformación, aunque coincide en algunos puntos. El personaje central es una sirvienta, o trabajadora doméstica como se le llama con eufemismo, de origen indio —nombre correcto según la historia del vocablo, quienes lo toman como un insulto, usan el término “indígena”, pero todos somos “originarios” de nuestro país, ¿o seguimos con racismos?—, la publicidad de la película proclama que gracias a ella nos enteramos del racismo que practicamos los mexicanos. Aunque yo no vi en la película que la familia que contrata sus servicios la tratara mal o se burlara de su origen racial; al contrario, cuando Cleo rescató a los niños de las olas del mar, la abrazó toda la familia (blanca, para hacer el contraste) y le dijeron que la querían mucho. Quedó embarazada de un novio que la rechazó y la señora de la casa la apoyó y hasta la llevó a un hospital del IMSS, en donde por sus influencias (¿o estaba afiliada al IMSS?) la atendieron, además con rapidez y amabilidad. Cuando Cleo busca a su novio para darle la noticia el sujeto la insulta y le da la espalda. A la señora también la abandona el marido. Esta le resume a Cleo la filosofía del filme: “las mujeres siempre están solas”.
Ahora, gracias a Roma, dicen, ya se van a corregir varias cosas que sufren las mujeres que trabajan en las casas. Un elemento extracinematográfico. Si una obra artística es festejada por su mensaje social o político, entonces no se refieren a su calidad sino al efecto político, aquí y en Estados Unidos.
Por otro lado, se aprovecha que Fermín, el novio, practica un arte marcial que maneja palos largos como ataque (parecido al kendo con la catana) y, luego, este mismo aparece en la represión que cometió un contingente entrenado de esta manera, los Halcones, en contra de una manifestación que venía por San Cosme, en 1971.
Son casualidades buscadas para dar un cierto efecto, un cierto mensaje, que ilustran los planteamientos de anticorrupción del líder del gobierno actual y que en esta narración cinematográfica se ven forzadas.
El poder siempre buscará manipular el arte, el cine, la literatura, etc., para su beneficio. El temor es que ahora se convierta en una realidad.