Encuentros y desencuentros, novela valiente
Una novela, como la que aquí se comenta, puede servir también para una denuncia valiente retomando la experiencia, propia o de otros, de quien ha vivido un acontecimiento histórico.
Una novela, como la que aquí se comenta, puede servir también para una denuncia valiente retomando la experiencia, propia o de otros, de quien ha vivido un acontecimiento histórico.
La manifestación es una advertencia de lo que puede ocurrir si no se corrige el rumbo en el actual gobierno, que debe cuidar no hacer medidas que lesiones a los ciudadanos, como los despidos.
La Escuela de Escritores de la SOGEM es un ejemplo de cómo la formación de creadores de textos se puede dar sin el apoyo oficial, pero con mucha pasión.
El presidente quiere que la Corona Española se declare culpable y pida perdón a los indios de Mesoamérica. Por supuesto, lo rechazaron tajantemente.
Ahora, por los reconocimientos que ha obtenido esta película, entre los que destacan tres Óscares, casi se podría decir: el éxito de Roma corresponde al éxito del actual gobierno de México.
La novela es la narración de una determinada historia. El problema para un escritor es cómo escribir sus historias, cómo escribir la historia que pasa por su mente en el papel o en la pantalla del ordenador.
La muchedumbre se deja llevar, cree que es tomada en cuenta, aunque sea para un engaño.
¿Para dónde dirigir la mirada? El país se encuentra inerme, como si flotara en un témpano de hielo perdido en las aguas polares. Seis largos años.
Compartí con otros jóvenes el acto de rebelarse públicamente, aunque nunca observé que se fuera tomar el poder.
La mano larga del dictador Stalin lo había alcanzado hasta un país remoto: México.
“Lo que ya se fue y espero en la tarde viendo llover las aguas hoy, reales en mi vieja vejez de muchacha que recuerda la mañana tras la lluvia, cuando entran los futuros donde están él, tú y un perro”.
El Movimiento Estudiantil, como el 2 de octubre, fue resultado de una lucha entre el gobierno establecido y el grupo que se le oponía para ocupar su lugar.
Están anunciando el fusilamiento, la venganza, por el miedo a la impureza religiosa-política y, por supuesto, a perder el poder.
Una vida de muchos niveles; ventanas a otros sitios.
“Es improbable —escribió Kafka— que sepa vivir con alguien, pero soy incapaz de soportar solo la tempestad de mi propia vida…”
Kafka no pensaba en convencer a un público, sí en que sus historias debían publicarse, pero él era su crítico más feroz.
El monstruo se rebela, empujado por esta desesperación de ser como los otros, por tener lo que tienen los demás: el amor de una mujer.
Estos temores de la calle podrían convertirse —espero firmemente que no— en una montaña que amenazara con sepultarnos en este año 2018.
La literatura que surge de la interioridad es la que alcanza los registros más altos. La que no viene de las profundidades se queda en las superficies.
Los llamó “pueblerinos cosmopolitas”, porque el primero tenía una idea universal de la literatura y el segundo de la historiografía.