El decreto

Siguiendo el pronunciamiento de los concesionarios de la radiodifusión mexicana que sostenía que la carga regulatoria y fiscal que el Estado les había impuesto desde 1968 era excesiva, el gobierno de la Cuarta Transformación decidió respaldar dicho planteamiento con el fin de apoyar económicamente al poder mediático. Para ello, el Poder Ejecutivo publicó el 23 de abril de 2020 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el Decreto por el que se autoriza a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a recibir de los concesionarios de estaciones de radio y televisión el pago del impuesto que se indica” con objeto de modificar los tiempos fiscales de radio y televisión.

En esencia, dicho decreto de caracterizó por estipular que los concesionarios pagarían el impuesto de los “tiempos fiscales” con una reducción correspondiente de once minutos diarios de transmisión en el caso de estaciones de televisión, y con veintiún minutos diarios en las de radio.

 

La “guía bioética empresarial” de AMLO

Mediante el establecimiento de tal acuerdo presidencial, el Poder Ejecutivo practicó el equivalente a la aplicación de una “Guía Bioética de Salud”, pero ahora como “Guía Bioética Empresarial” para ayudar a salvar a los concesionarios de la radiodifusión nacional. Esto debido a las siguientes tres razones:

1.- La “Guía Bioética para “Asignación de Recursos Limitados de Medicina Crítica en Situación de Emergencia” elaborada el 19 de marzo de 2020 por el Consejo Nacional de Seguridad del Gobierno de México con objeto de enfrentar la pandemia de Covid-19, formuló qué, en condiciones excepcionalmente álgidas, el otorgamiento de los recursos médicos escasos, se realizaría mediante la aplicación de criterios rectores que aplicarían equipos médicos de triaje. Entre las pautas fundamentales para decidir a qué enfermo se privilegiaba con la atención médica y a quién no se le daría preferencia para salvar su vida, figuraron los cuatro siguientes:

A.- Los pacientes que tuvieran mayor probabilidad de sobrevivir con la ayuda de la medicina crítica, serán priorizados sobre los pacientes que tienen menor probabilidad de sobrevivir. B.- Los pacientes que muestren una declinación clínica substancial de acuerdo con estándares clínicos objetivos se les retirará la atención de cuidados críticos, incluyendo, por ejemplo, quitar la ventilación mecánica asistida. C.- El personal de salud que hace frente a la pandemia para salvar vidas deberá pasar al principio de la lista para obtener recursos escasos de medicina crítica cuando esto sea requerido. D.- Los pacientes que no califiquen para recibir cuidados críticos continuaran recibiendo atención hospitalaria dirigida especialmente al manejo de síntomas, buscando que tengan el mejor final de vida posible, de preferencia atendidos por personal de cuidados paliativos.

Mediante la aplicación de estos criterios fundamentales y otras variables más, el personal médico y enfermeras que atendieron la epidemia del Coronavirus actuaron en circunstancias extremas para intentar salvar la existencia de las personas contagiadas.

2.- En este mismo contexto de aguda epidemia el presidente Andrés Manuel López Obrador, propuso indirectamente a través de la promulgación del decreto sobre los “tiempos fiscales” el equivalente a la aplicación informal de otra “Guía Bioética Empresarial” en el ámbito comunicativo para socorrer al poder mediático durante la etapa financiera crítica por la que atravesaban en México. Es decir, así como con la delimitación de los principios éticos en la esfera de la salud se intentó tener directrices para decidir cómo salvar la vida de los pacientes infectados; con el decreto sobre “tiempos fiscales”, paralelamente se establecieron los fundamentos “éticos” de carácter empresarial salvar la vida de los grandes consorcios de la radiodifusión del país.

Sin embargo, contrariamente a la vocación humanista de la “Guía Bioética de Salud”, el pronunciamiento jurídico “bioético empresarial” se caracterizó, entre otros, por los siguientes tres aspectos de orientación mercantil:

Primero, la propuesta no estuvo dirigida hacia los sectores más débiles o necesitados de apoyo, sino a los más privilegiados y potentes dentro del sistema económico-político nacional.

Segundo, por decisión presidencial unilateral se redujo el monto del pago del impuesto en especie que cubren los concesionarios de la radiodifusión de 18 minutos diarios en televisión, a sólo 11 minutos; y en radio se disminuyó de 35 minutos, a únicamente 21 minutos cotidianos. A través de la reducción de tales gravámenes, las empresas de la radiodifusión se ahorrarán cifras económicas importantes que les permitirá ampliar más su programación.

Tercero, este acuerdo no favoreció a los medios de comunicación colectivos más ávidos de recibir recursos para poder salvarse económicamente, como eran los medios públicos; sino favoreció a las empresas de radio y televisión comercial que durante la aguda pandemia y el fuerte colapso económico-laboral habían mejorado notablemente su situación financiera, especialmente las monopólicas. Por ejemplo, debido al prolongado confinamiento en casa a lo largo de la epidemia del Coronavirus la audiencia de la televisión abierta (privada) aumentó en promedio 18.2 por ciento frente a las del año pasado. Los canales que mostraron mayor incremento fueron: el canal de Las Estrellas (+5.6 por ciento), Imagen TV (+9 por ciento), Canal Nueve (+26.3 por ciento), Foro TV (+28.8 por ciento) y ADN 40 (+37 por ciento).

Dentro de este escenario de expansión los noticieros de la televisión privada también experimentaron aumentos considerables, como fueron el informativo “Imagen Noticias” de Ciro Gómez Leyva que avanzó 28 por ciento de rating; “En Punto” con Denise Maerker, mostró un incremento del 13 por ciento. Sin embargo, el noticiario “Hechos”, de Javier Alatorre de TV Azteca, descendió un 36 por ciento debido a la falta de credibilidad informativa del público sobre la empresa.

De igual forma, las empresas cableras se vieron favorecidas en contrataciones de paquetes de triple play, que incluyó telefonía fija, internet y televisión de paga; y quienes ya contaban con el servicio de internet, aumentaron el ancho de banda. También el video bajo demanda constató un incremento de aproximadamente 40 por ciento y un aumento considerable en la contratación de mayor velocidad de internet.

En cuanto al consumo de la radio durante la emergencia sanitaria nacional las audiencias radiofónicas subieron 12 por ciento; dentro de este horizonte los programas informativos crecieron 20 por ciento, la radio musical y de entretenimiento aumentó 9 por ciento de penetración en los auditorios.

Dicha mejoría ampliada en el rating de los medios significó un relevante incremento en sus ganancias financieras.

 

Expansión del espiritu “bioético empresarial”

3.- El espíritu del modelo de la “Guía Bioética Empresarial” no solo se aplicó al ámbito comunicativo, sino también al terreno educativo, científico y cultural del país, pues paralelamente a la publicación del decreto para disminuir los “Tiempos Fiscales”, se anunció la aprobación del “Decreto para la extinción o terminación de los fideicomisos públicos, mandatos públicos y análogos”. Dicha política formuló que con objeto de enfrentar el despilfarro de los bienes y recursos nacionales, y la administración de los recursos con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez, se extinguirían o darían por terminados todos los fideicomisos públicos sin estructura orgánica, mandatos o análogos de carácter federal.

Mediante tal directriz gubernamental se cancelaron, entre otros, el “Fideicomiso para apoyar la construcción del Centro Nacional de las Artes (FICENART)”, el “Fideicomiso para la conservación de la Casa del Risco y pinacoteca Isidro Fabela”, el “Fideicomiso para la adaptación de los museos Diego Rivera y Frida Kahlo”, el “Fideicomiso de administración Museo Regional de Guadalupe”, Zacatecas; el “Fideicomiso de administración de Santo Domingo de Guzmán”, Chiapas; el “Fideicomiso de administración Centro Santo Domingo”, Oaxaca. El Fondo Nacional Para La Cultura y las Artes (Fonca), fue absorbido por la Secretaría de Cultura, limitando sus funciones. El “Fideicomiso para el fomento y la conservación del patrimonio cultural antropológico, arqueológico e histórico de México” (Fideinah), se extinguirá una vez que se agoten los recursos comprometidos hasta el momento. El “Fondo Para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine)” se fusionó con el “Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine)” para que operara como uno solo, restándoles independencia y capacidad de acción.

 

La izquierda neoliberal

De esta forma, mientras la ética de la política presidencial protegió a las empresas monopólicas de radio y televisión reduciéndole un porcentaje de pago de impuestos en especie (“tiempos fiscales”); simultáneamente desprotegió al patrimonio cultural, artístico, histórico, cinematográfico y comunicativo alternativo de la República que se encontraba en condiciones de fragilidad financiera.

En síntesis, la instrumentación de la lógica de la “Guía Bioética Empresarial” durante la pandemia fue contraria a las necesidades comunicativas, culturales, educativas y científicas relevantes de la mayoría de las comunidades nacionales. Todo ello, reflejó que en el terreno comunicativo la sociedad mexicana no cuenta con una “izquierda nacionalista” que vele por los derechos comunicativos fundamentales de los ciudadanos, sino se encuentra ante una “izquierda neoliberal” que reproduce el modelo de “capitalismo de compadres” amparando los intereses del gran poder mediático para su expansión económico-política en el país.