La encrucijada
Treinta personas que se han ganado el respeto y el reconocimiento social por su desempeño en la academia, los medios de comunicación y el servicio público, y que hacen del trabajo intelectual su distintivo en la comunidad, publicaron el 15 de julio actual un manifiesto titulado Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia, en el cual sostienen que el pluralismo político y el equilibrio de poderes son características insustituibles de la democracia constitucional. Como responsables de la publicación figuran Roger Bartra y Francisco Valdés Ugalde.
Ante la voluntad presidencial por excluir toda posibilidad de acuerdo e incluso de convivencia —aún en medio de la pandemia— con quienes discrepan de sus ideas y propuestas y la integración de la Cámara de Diputados con base en una irregular interpretación de la Constitución que transformó una minoría en mayoría e incluso una minoría en dos tercios de esa Cámara, plantearon “una amplia alianza ciudadana que, junto con los partidos de oposición, construya un bloque que, a través del voto popular… obtenga la mayoría para asegurar que la Cámara de Diputados recobre su papel como contrapeso constitucional al Poder Ejecutivo y obligar al gobierno a respetar la pluralidad democrática”.
La respuesta del inquilino de Palacio Nacional fue inmediata: el reproche, la descalificación y la reclamación por no comportarse conforme a los planteamientos de la política que impulsa desde la presidencia de la República, en la carta que tituló Bendito coraje. En sus expresiones les recriminó no haber contribuido a la evolución democrática del país y desconocer la extradición de Emilio Lozoya Austin como una muestra innegable de sus acciones contra la corrupción. Rescato que también implicó sujetarse al veredicto de las urnas al señalar que “en 2021 el pueblo decida libremente sobre su destino…”, aunque con la confianza de que su opción mantendrá la mayoría.
No llama la atención que de los destinatarios del manifiesto, la reacción inmediata fuera la más previsible; la del Ejecutivo Federal ante la crítica del riesgo del retroceso para la democracia por la concentración de poder y las decisiones autoritarias.
Llaman la atención los que faltan, al menos en público, de pronunciarse sobre el manifiesto. Faltan las reflexiones y las posiciones o respuestas, en su caso, de los otros dos: la ciudadanía organizada que difiere de la exclusión de la pluralidad y los partidos políticos de oposición. El llamado fue específico y les compete. Podremos deliberar sobre la oportunidad de la publicación o la generalidad de la convocatoria, pero no de su pertinencia de fondo. En el manifiesto está la esencia de la encrucijada política presente.
El triunfo nítido del candidato presidencial de Juntos haremos historia; la sobrerrepresentación de Morena y los partidos de esa coalición en las cámaras del Congreso, pero por más de 18 por ciento en la Cámara de Diputados; la concentración de las decisiones en la voluntad presidencial, sin mayor respeto a la forma federal y lo que compete a los órdenes locales, la representación plural del Congreso o los organismos autónomos; la muy deficiente gestión de la emergencia sanitaria y sus consecuencias para la salud y la vida de los habitantes del país; la reticencia a adoptar medidas extraordinarias en la conducción de las finanzas públicas —un acuerdo nacional— para atemperar la recesión que precedía a la pandemia y se profundiza con ésta, pero sobre todo para asegurar ingresos a quienes han perdido el empleo o la posibilidad de obtenerlos en el sector informal.
Las pruebas de oro a la vista. Primero, la pérdida absoluta de capacidad para incidir sobre el comportamiento de los contagios y sus repercusiones en la vida de las personas. No hay auténticas acciones de carácter nacional para evitar unas y otras, sino la presencia del epítome de las falacias para decir que más es menos y que ascenso es estabilidad e incluso descenso.
Y, segundo, el decreto del 23 de abril último donde en violación de la Constitución, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador determinó modificar el destino y ejercicio del gasto público aprobado por la Cámara de Diputados, al grado de establecer unilateral y por demás autoritariamente los 38 programas federales que continuarían, pues los demás se pospondrían.
El otro referente, no distinguido per se en el manifiesto, pero implícito, es el status quo de incapacidad para recuperar la seguridad pública en el país.
En el pensamiento presidencial dominan las reclamaciones al pasado como justificación de su ausencia de resultados y la disposición manifiesta a que los procesos por hechos de corrupción ¸que deben desarrollarse conforme a derecho- sean el catalizador que atempere la crítica a un gobierno ineficaz, que deberá enfrentar a familias y comunidades en luto que pudo evitarse y tanto el empobrecimiento generalizado de la sociedad como las condiciones de grave apremio en muchas familias. Y el ánimo perpetuo por los distractores: toda polémica inducida, como el sorteo del avión que no es propio ni es sorteo.
La aprobación presidencial ha descendido a lo largo de su gestión, pero se mantiene alta. ¿Se estabilizará o volverá a la tendencia descendente? Una situación distinta presenta Morena, cuya expectativa de votación se asemeja más a la obtenida en los comicios de diputados del 2018 y tiende a descender con el mayor porcentaje de opiniones en quienes, por ahora, no manifiestan una preferencia. Si bien el Ejecutivo Federal no estará en la boleta, ni podrá hacer campaña, la votación sí implicará una evaluación a la gestión gubernamental a su cargo.
Por otra parte, en los mismos sondeos, los partidos de oposición -a nivel nacional- no representan riesgo para Morena como adversarios singulares o divididos. La minoría más extendida es la de Morena pero con la posibilidad de ser mayoría relativa en la competencia con las demás opciones. En una situación multipartidista sin entendimientos ni alianzas estratégicas en los cargos uninominales impera quien obtiene más votos, sin consideración a un determinado porcentaje.
También, porque la ley no ha cambiado, cabe revisar la forma en la cual se aplicarán las normas que llevaron al fenómeno de la sobrerrepresentación de Morena y sus coligados en 2018, por la vía de la distribución de las curules de representación proporcional.
Regreso a las reflexiones o respuestas de los dos faltantes en la propuesta del manifiesto: ¿qué dice la sociedad civil organizada ante la deriva autoritaria? ¿Qué dicen el PAN, el PRI, MC y el PRD ante el planteamiento de una alianza estratégica amplia?
Más allá del ejercicio cotidiano de comunicación que el Ejecutivo Federal hace para llevar su mensaje a partidarios y a beneficiarios de los subsidios gubernamentales, cada vez se afirma más la percepción de que vive otra realidad, cuya ficción ha hecho más evidente la emergencia sanitaria y sus consecuencias.
Siempre es tiempo político y de hacer política, con el ciclo electoral que lo enfatiza. La encrucijada presente demanda reflexión, decisión y actuación.

