Estamos en un debate motivado por la extradición de Emilio Lozoya a México. Hay expectativas en la opinión pública por su conducta como director de PEMEX, en la campaña del entonces candidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, y en la última elección de 2018 donde se fraguó un plan perverso para que Andrés Manuel López Obrador no ganara la elección.

Convergieron en esta trama personalidades del PRI y el PAN y de otras fuerzas partidistas. La reforma energética realizada al amparo del Pacto por México es hoy motivo de análisis porque en el año 2014 se unieron los partidos en torno al ex presidente Peña Nieto para hacer las reformas a leyes y a la Constitución política en el sector energético destacadamente.

Dicho pacto fue acompañado por extraordinarias cantidades de dinero que se pagó a los legisladores que apoyaron con sus votos la reformulación del marco normativo.

De acuerdo a la información difundida, uno de estos ex diputados fue Ricardo Anaya, quien recibió más de 6 millones de pesos siendo el enlace para que otros representantes de su bancada también fueran beneficiados con esos actos de compra del voto del legislador. Anaya era el coordinador de la fracción panista de diputados y después fue candidato del PAN a la Presidencia de la República.

Hay personalidades del PRI involucrados, tanto ex legisladores como miembros del gabinete de Enrique Peña Nieto, como Luis Videgaray, quien fue su coordinador de campaña y que supuestamente recibió parte de los 10 millones de dólares que Odebrecht eventualmente depositó a Lozoya. Fueron tiempos en que se impugnó el gasto exagerado realizado por Peña Nieto en su campaña para comprar el voto, incluso.

Todo indica que en 2018 se intentó dejar a un candidato del PRI o del PAN que ascendiera a la Presidencia de la República para ocultar los actos de fraude que ese pacto generó en la vida partidista del país.

Hubo consecuencias. El PRD y el PAN se debilitaron sensiblemente y ahora se encuentran en un tobogán de desprestigio que dificulta su recuperación de imagen ante el electorado. El PAN sufrió la escisión de la facción del ex presidente Felipe Calderón y el PRD se encuentra prácticamente desajustado de la vida política y con marcada desubicación con miras a las próximas elecciones.

El PRI se observa como una fuerza que pierde influencia y este acontecimiento de Lozoya y los fraudes le multiplican desprestigios sin algún signo de recomposición favorable en su imagen política.

Ya se ha difundido la red de complicidades que trae consigo el asunto de Lozoya. Además del soborno a legisladores se entregó dinero a funcionarios del gabinete de Peña Nieto. Se menciona a Videgaray ya siendo secretario de hacienda. El caso Odebrecht incluye al PAN pues algunos medios dicen que Felipe Calderón estuvo enterado de estos acuerdos.

Los delitos a comprobar a Lozoya son procedencia ilícita, asociación delictuosa y cohecho. El tema señala que los partidos están involucrados ya que sus miembros más prominentes en su momento fueron parte de esta organización de redes de poder y contubernios orientados a la reproducción de actos de corrupción que no trajeron beneficios claros a la nación y sí mucha degradación de la acción política.

@Bonifaz49