Hablar de la nueva secretaria de Seguridad y Participación Ciudadana implica mirar detenidamente la trascendencia de este nombramiento. Resalta que es la primera mujer que ocupa un cargo destinado a un hombre en la idea de que el asunto de las armas, policías y militares debía ser conducido por un varón.
Pero también es cierto que una costumbre similar se extendió a buena parte de las policías estatales. Con frecuencia se buscaba a un exmiembro de la fuerza militar para dirigir a la policía local en los estados de la República. Pero la protección pública tiene que ver con la evolución y vicios que se han dado al interior de esas corporaciones, al margen de la lealtad que ha caracterizado a las Fuerzas Armadas mexicanas con los presidentes en turno.
Así, vemos que hay militares y jefes de seguridad, como el general Salvador Cienfuegos y Genaro García Luna, exsecretarios de la Defensa Nacional y de Seguridad Pública, que hoy están sujetos a proceso en el ámbito del sistema de justicia de los Estados Unidos de Norteamérica, en asuntos de lavado de dinero y nexos con cárteles de narcotráfico.
Antes, el general José de Jesús Gutiérrez Rebollo, zar antidrogas del gobierno mexicano, es enjuiciado por sus relaciones con una organización del tráfico de drogas.
Tales hechos nos llaman la atención en virtud de la confianza que un presidente de la República debe tener en las corporaciones que en principio le hacen llegar la información más fidedigna que existe en torno a la seguridad nacional y el acontecer diario en todo el país tanto en mar, tierra y aire.
Además, reflexiono sobre la coexistencia de quienes dirigen a militares, las aduanas, la Armada, Guardia Nacional y a los cuerpos de seguridad y protección ciudadana.
Aquí se entiende la confianza que el presidente de la República pone en Rosa Icela Rodríguez, una de las personalidades que le ha acompañado en toda su carrera política haciendo incluso actividades de seguridad.
La licenciada Rodríguez fue directora general de concertación política y atención ciudadana en la Secretaría de Seguridad Pública en el Distrito Federal, cuando el presidente López Obrador era el jefe de gobierno. El proyecto fue un éxito pues disminuyó los índices delictivos y la corrupción entre los mandos policiales.
Ahora, a Rosa Icela Rodríguez le tocará ser un factor importante en la coordinación que cuenta con la constancia del presidente de la República, en su calidad de comandante supremo de las Fuerzas Armadas, en la reunión diaria que se realiza para conocer en detalle la situación de la inseguridad en todo el territorio nacional, así como la tendencia de actividades delincuenciales.
Tendrá a su cargo la capacitación constante a los miembros de la Guardia Nacional y consolidar el programa de regionalización con una gama de normas que evitan la dispersión en la acción gubernamental.
La función de enlace con miembros del grupo de protección del Estado asesor permanente en el mantenimiento de la paz y combate a la delincuencia organizada nos mostrará el desarrollo de un mecanismo en donde la nueva funcionaria podrá desenvolverse con plenitud y profesionalismo que seguramente traerá buenos resultados en las decisiones del presidente López Obrador y la organización de la seguridad y protección que otorga el estado a la ciudadanía.
@Bonifaz49