La esquizofrenia presidencial tiene una aprobación del 61 por ciento, según encuesta de Reforma, de un 64 por ciento según El Financiero y una levantada por Gobernación tiene un 71 por ciento que votaría en la consulta de revocación porque el presidente López Obrador no se vaya.

El presidente sigue afirmando que la pandemia no nos rebasa, a pesar que según el conteo oficial estamos cerca de llegar a los 110 mil muertos, que deben multiplicarse por un factor de 2.8 por ciento, que él propio gobierno asume como probable, con lo cual estaríamos cerca de 300 mil muertos.

El escritor Héctor Aguilar Camín, escribe en Milenio: “La aprobación se ha reducido. Empezó en 80 por ciento, va en 62. Los malos resultados crecen: en la economía (-10 por ciento de crecimiento en dos años), en la pobreza (12 millones más de pobres), en la salud (250 mil muertos), en la violencia (70 mil muertos).

“La realidad es dual: aprobación para el presidente luego de los dos peores años gobierno de mucho tiempo. Aprobación entre ruinas”.

Los partidarios del presidente y él mismo, alegan por todas partes que es víctima de una campaña “conservadora” contra el cambio y que no va ceder.

En su denominado 4° Informe, aunque moderó su tono agresivo contra la “oposición” y celebró su existencia como parte de la democracia, realizó un ejercicio de auto elogio muy preocupante.

Para el presidente y sus “intelectuales orgánicos”, la Cuarta Transformación afecta intereses de los “poderosos”, como debe ocurrir en un proceso de “cambios radicales”, sin que nos digan cuáles son esos cambios, ni expliquen porque los grandes capitales y sus personeros apoyan, asesoran y reciben canonjías, como nunca antes del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Algunos de esos “intelectuales orgánicos”, controlan la radio y la Televisión pública, la Editorial del Estado FCE y sus redes de librerías, al mismo tiempo que ocupan espacios crecientemente en la TV privada, en la antigua enemiga red de Televisa y de TV Azteca; en los medios impresos El Universal, Milenio, La Jornada y también en TV y Radio UNAM y otras televisoras y radios universitarias.

El presidente habló con orgullo de la creación de la Guardia Nacional, dio algunos datos de su dimensión, de las regiones y la construcción de sus cuarteles y nunca explica como las cifras de homicidios dolosos es superior, en el mismo período, a los de Calderón 23 mil 250; Peña Nieto 34 mil 77 y en los 2 años de AMLO 58 mil 446.

No hay ningún atisbo de cambio en la estrategia de “Guerra contra el Narcotráfico”.

Los denominados Carteles actúan cada día por todo el país, incluyendo la Ciudad de México.

El presidente sigue librando una guerra para evitar que los consumidores de droga en los Estados Unidos lo hagan, mientras en ese país hay cerca de 20 Estados donde el consumo, producción y distribución de la mariguana es legal e incluso en Oregón se ha legalizado a todas las drogas.

Es decir, los mexicanos ponen las víctimas para que sus vecinos no sufran. Mientras tanto no se frena la distribución de armas, aduciendo la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos que garantiza la posesión de armas de cualquier tipo a cada ciudadano estadounidense. Quizá por éstas y otras causas el gobierno de Trump, a través de su Fiscal General retiró los cargos contra el general Cienfuegos y éste fue regresado a México, donde se encuentra tranquilamente en su domicilio, a pesar de que Marcelo Ebrard aseguró que sería suicida no procesarlo en México.

Durante su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha otorgado a las fuerzas armadas tareas absurdas: construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía; de un tramo de la Ruta Maya del tren en la península de Yucatán, construcción de sucursales bancarias; ha colocado a la Marina al frente de las Aduanas y cada vez que puede las elogia, bajo el prurito de que “es pueblo uniformado”.

El gobierno afirma que ya no hay torturas, masacres, ni violaciones a los derechos humanos; cuando la realidad es al revés. Hay cerca de 20 muertos ambientalistas, líderes indios o campesinos, entre ellos Samir Flores quien encaró al presidente en Cuautla por oponerse a la construcción de la Presa en Huesca, Morelos y a unos días fue asesinado a las puertas de su casa y el presidente sigue considerando a los campesinos como conservadores y provocadores.

Militarización, represión a los campesinos y ambientalistas y a las comunidades indias son parte del rostro del gobierno de la Cuarta Transformación.

Al mismo tiempo continúa la política contra los migrantes. La Guardia Nacional se usa para impedir el tránsito a los Estados Unidos de decenas de miles de personas procedentes del Triángulo de Centroamérica, Guatemala, Honduras y Salvador, de Venezuela, Cuba y cada vez más procedentes de África y los países que integraban la URSS.

En la frontera sur los eventos de detención y rechazo durante 2019, fueron 149 mil 812; el número de extranjeros devueltos por nacionalidad de Honduras solamente recibieron 11 mil 151 estatus de residencia permanente, frente a 72 mil 125 que fueron devueltos, de EL Salvador 669 obtuvieron residencia permanente y 20 mil 139 fueron deportados; mil 808 fueron devueltas a Cuba con el riesgo para su seguridad, derechos humanos y su libertad.

En pocas palabras las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional se han usado para reprimir a los mexicanos contrarios a los proyectos faraónicos del Gobierno y para aplicar la política de Trump contra los migrantes y han fracasado en reducir los crímenes y la violencia.

El presidente no dejado de atacar a las mujeres y lejos de entenderlas, las ha difamado, señalándolas como provocadoras y al servicio de fuerzas enemigas a su gobierno.

En el plano laboral, el gobierno ofreció establecer la “libertad sindical”, para acatar las presiones de Canadá y los Estados Unidos para firmar el nuevo tratado comercial y una vez que se firmó, no tiene empacho en exhibirse junto a su compadre Pedro Haces y a su aliado Napoleón Gómez Urrutia como pilares del sindicalismo oficial de la Cuarta Transformación , al mismo tiempo que persigue a los trabajadores independientes , sus abogados y sus líderes como lo hace en Matamoros, cada vez con acciones muy agresivas que incluyen en el secuestro y la prisión. Esa misma política aplica contra los huelguistas y su sindicato en la Huelga de Notimex.

Uno de los únicos programas relativamente exitosos es el de Adultos Mayores para 8 millones, a quienes no se trata con respeto y se utiliza para que sean mercado cautivo y se les endose la llamada Guía Ética o Moral al recibir sus subsidios.

Ni siquiera en los “otros datos” hay ninguna evidencia de “cambios radicales”, la Cuarta Transformación es una estafa.