Especial polémica ha causado la iniciativa que reforma la Ley del Banco de México que recientemente fue aprobada en el Senado de la República. El tema es interesante ya que tiene que ver con el manejo de las entradas de moneda extranjera, en especial el dólar, a través del sistema bancario nacional.
Llama la atención el peso de las remesas, que es el dinero que envían los mexicanos que viven en Estados Unidos en apoyo a sus familias con residencia en México. La tendencia a crecer de esas remesas crea expectativas favorables en el manejo adecuado de la economía.
De enero a octubre de este año llegaron a 33 mil 564 millones de dólares, que representa importante aumento con respecto a las que entraron en 2019, que fueron 30 mil millones 394 millones. Es decir, faltando dos meses para finalizar 2020, ya se superó en más de 3 mil millones lo que se captó hace un año. Por lo que hace a las operaciones, se registraron 99 millones de éstas, que en promedio significan 339 millones de dólares.
Se estima que las remesas serán 40 mil millones de dólares este año. De estos envíos, sólo 200 millones de dólares serán en efectivo, los demás se reciben vía electrónica. Esto habla de la red de solidaridad de las personas mexicanas que viven en el vecino país, pues siempre que se presentan adversidades en la nación, aumentan su apoyo a familiares en este lado de la frontera.
Y es a este sector al que se atiende prioritariamente con el proyecto de reforma a la Ley de Banxico incluyendo por supuesto la promoción al turismo.
Pero se discute ahora el riesgo de que los recursos monetarios que entran puedan provenir del crimen organizado. Y aquí se observa también que la banca privada ha alertado acerca del impacto que tendría la reforma en la autonomía del Banco bajo la suposición de que se abriría el camino para prácticas ilegales de “lavado” de dinero.
La otra opción que se maneja es que puede darse mayor acceso a estas anomalías con el vigente sistema pues los bancos reciben ese dinero y después lo distribuyen al interior del país y lo reintegran a otros países como Estados Unidos o Canadá y ahí puede fincarse la tipificación de ese delito. Otro análisis puntualiza que si se canalizan esos recursos directamente al banco central, automáticamente se daría el “lavado”.
Incluso, se alerta que los dólares que se incautan al narcotráfico se descargarían al Banco de México y se desvirtuaría la idea de la reserva internacional, impactando relaciones con el sistema financiero mundial. Si el banco central no tiene control sobre ese dinero, generaría incomodidad de otros gobiernos sobre todo el de Estados Unidos.
En síntesis, es una reforma que se debate y que ahora se encuentra en la Cámara de Diputados donde se analizan pros y contras. De ahí que se planee entrar al próximo periodo de sesiones del Congreso de la Unión, que inicia en febrero de 2021 con este tema y el remodelamiento de las formas en que se viene realizando el manejo de ingresos sobre todo los que provienen de las remesas.
Se debe cuidar que no se efectúen operaciones ilícitas que afecten la imagen y proyectos del Gobierno por regular todos estos aspectos que ahora están en cuestión pero que se pondrán en su adecuada dimensión para una apropiada regulación de esos mecanismos.
@Bonifaz49