Me parece desolador pensar que podemos vivir “tranquilos” leyendo noticias todos los días sobre mujeres, jóvenes y niñas muertas, violadas, ultrajadas y desaparecidas. La semana que transcurre, con la que cierra el mes de marzo de 2021 (si, ese en que se conmemora el día internacional de la mujer y las autoridades nos exigen que cuidemos las formas) no hace más que refrendar que la imagen que valientes activistas han proyectado desde el 8M 2021 en la fachada de Palacio Nacional no es más que una cruel verdad: MÉXICO FEMINICIDA. Y la verdad sea dicha, basta abrir algún diario de circulación nacional o local, entrar a las redes sociales, encender la radio o la televisión, para darnos cuenta que la tragedia de este país se cuenta sola, con imágenes que desgarran, con declaraciones que indignan.

En este México, donde adolescentes cargan el féretro de su amiga Wendy, arteramente asesinada y arrojada a un canal de aguas negras; el sometimiento y posterior asesinato a manos de la Policía, de Victoria (mujer Salvadoreña) durante un “control” en Tulum; el cuerpo mutilado de Karla en Holbox; el asesinato de Maricela. Las miles de madres de víctimas de feminicidio que claman justicia por ellas.

Y por si lo anterior fuera poco, en este, el país de la desvergüenza, el país del no pasa nada y la insensibilidad, esta semana se llevó a cabo la Inauguración del llamado Foro Generación Igualdad de ONU Mujeres ¡vergüenza nos debería de dar! Este foro es (o cuando menos está llamado a ser) una reunión mundial convocada por ONU Mujeres en aras de la igualdad de género. La “organización” del mismo está a cargo de los Gobiernos de México y Francia, con la participación de la sociedad civil.

Este foro supone un diálogo público internacional para la acción urgente y la rendición de cuentas en el ámbito de la igualdad de género, es un foro para “celebrar” el poder del activismo por los derechos de las mujeres, la solidaridad feminista y el liderazgo de la juventud para lograr un cambio transformador.

¿Cómo podemos ser sede de un foro con estas aspiraciones si el titular del ejecutivo ni siquiera reconoce la problemática de la violación sistemática de los derechos humanos de las mujeres en nuestro país? Vaya, es una vergüenza ser sede de un foro organizado por ONU Mujeres, cuando la cabeza de nuestro gobierno se atreve a contradecir y minimizar la agenda de derechos de las mujeres y a negar la deuda de los Estados para que las mujeres ejerzan plenamente sus derechos, la cual aún es vigente y se agudizó con la pandemia por COVID-19; deuda que dicho sea de paso fue reconocida en esa misma inauguración, por las y los representantes de Naciones Unidas (Antonio Guterres, secretario general y Phumzile Mlbambo-Ngcuka directora ejecutiva de ONU Mujeres), de la sociedad civil, del Presidente de Francia (Emmanuel Macron), y de la propia secretaria de Gobernación (Olga Sánchez Cordero).

A su más puro estilo, durante su discurso, López Obrador aseguró que en México se atiende la principal causa de la desigualdad género, que según él es: la corrupción. Sus palabras ofenden, indignan y avergüenzan, máxime considerando que las pronunció en la inauguración de un foro internacional por la igualdad de género, por la defensa de los derechos de las mujeres en el mundo; y por ello las transcribo literalmente: No puede separarse, verse como una cosa, un movimiento desprendido del hecho de que prevalece en el mundo un sistema político, económico que oprime, que explota, que humilla a hombres y a mujeres. Es hablar de igualdad de género pero también es poner en el centro la lucha por la igualdad en lo económico, en lo social, en todos los órdenes de la vida pública.

López Obrador habló además (como si a la comunidad internacional le fuera relevante, o a las mujeres y niñas en este país nos garantizara con ello el acceso a una vida libre de violencia) del “periodo neoliberal” y dijo que en nuestro país se intensificó la corrupción, lo que trajo como consecuencia desigualdad entre “hombres y mujeres por igual”. No obstante, aseguró, actualmente todas las adultas mayores de México reciben una pensión, y algunas mujeres y jóvenes trabajadoras reciben apoyos. En suma, la desvergüenza.

Además, se refirió al asesinato de la migrante salvadoreña en Tulum, y aseguró que una característica de nuestro gobierno, a diferencia de otros, es que antes había autoritarismo, se cometían estos hechos con frecuencia y además había impunidad. Ahora no. Se respetan los Derechos Humanos y hay cero impunidad, se castiga siempre a los responsables; ¿indiferencia o cinismo?

Me parece por demás irónico que el Presidente de México, ese “humanista” indiferente y con delirio de persecución. Esa pobre víctima del neoliberalismo, el conservadurismo, el feminismo, las organizaciones de la sociedad civil, las activistas, el desabasto de medicamentos, los pacientes con cáncer, las madres de víctimas de feminicidio o desaparición de personas, los defensores de derechos humanos, la prensa y un amplísimo etcétera fuera quien pronunciara el discurso inaugural de este foro.

El único acierto, la imagen proyectada por colectivas feministas en la fachada de Palacio Nacional: MÉXICO FEMINICIDA SEDE DEL FORO GENERACIÓN IGUALDAD; y la  vigilia convocada por madres de víctimas de feminicidio frente a Palacio Nacional en memoria de sus hijas, donde clamaron justicia mientras a coro gritaban ¡ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos! ¡No fue suicidio, fue feminicidio”! ¡Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos”!

A mi sinceramente me ofende vivir en una país donde el presidente parece estar convencido de que él es la verdadera y única víctima de esta ola imparable de violencia contra las mujeres. Me ofende y me duele ver inaugurar un foro por la igualdad a ese presidente que de manera sistemática ha desdeñado la crisis del feminicidio; ese presidente tan alejado de la realidad, tan ensimismado por el poder que al inaugurar el foro menciona que en nuestro país (donde cada día se asesina a 11 mujeres y niñas y 97 por ciento de los casos queda impune) se respetan los Derechos Humanos y hay cero impunidad, se castiga siempre a los responsables, “no hay tolerancia al machismo, no hay impunidad, se castigan los crímenes de odio y los feminicidios, las mujeres somos libres y ellos trabajan contra la desigualdad”; diría que el chiste se cuenta solo, pero nada de esto me hace gracia.

Lo cierto es que como dijo el Secretario General de la ONU durante su participación en la inauguración del Foro Generación Igualdad, “la igualdad de género es, en esencia, una cuestión de poder, y el poder sigue estando predominantemente en manos de los hombres”, de suerte que negar esta realidad es en si mismo una afrenta a la agenda por la igualdad de género.  El foro, según el propio Secretario General de Naciones Unidas, “se basa principalmente en la misma lógica que hizo posible la adopción de la Plataforma de Acción de Beijing hace veintiséis años: el poder del activismo, de la solidaridad feminista y del liderazgo joven para lograr cambios transformadores.

También representa un momento crucial para la promoción de la igualdad de género en todos los sectores de la sociedad y propiciar así un diálogo mundial que inste a toma medidas urgentes y garantizar la rendición de cuentas para lograr la igualdad de género”. Por su parte, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, detalló que el Foro Generación Igualdad nació de un hambre urgente de cambio para las mujeres y las niñas de todo el mundo, agudizada por la pandemia de COVID-19 en curso.Recordó que incluso antes de la pandemia: el 16 por ciento de las mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años experimentaron violencia sexual o física por parte de una pareja íntima cada año; el 19 por ciento de las niñas se casó antes de los 18 años; las mujeres realizaban tres veces más trabajo de cuidados no remunerado que los hombres; la participación de la mujer en la fuerza laboral no ha variado durante 30 años y la brecha de género se ha estancado en 31 puntos porcentuales a nivel mundial.

Por ello “el Foro Generación de Igualdad ofrece una oportunidad crítica para enfrentar esta creciente crisis, así como las persistentes desigualdades estructurales que la precedieron. Nos apoyamos en las feministas de todas las generaciones y géneros que continúan defendiendo sus derechos en todo el mundo”. ¡Por favor!, que alguien le explique al presidente de México todos estos conceptos y que de una vez por todas se deje de retórica trivial y empiece a tomarse las cosas en serio, cuando menos el tema de la igualdad de género y de los derechos de las mujeres como derechos humanos.

Mientras escribo estas líneas y pienso en los discursos tanto de Phumzile Mlambo-Ngcuka, como de Antonio Guterres; vuelvo a la imagen proyectada en la fachada de Palacio Nacional, el mundo en una imagen: MÉXICO FEMINICIDA, SEDE DEL FORO GENERACIÓN IGUALDAD ONU. ¡Vergüenza nos debería de dar!, si en menos de una semana han asesinado a 4 mujeres en Quintana Roo; a Maricela Escorza en Ciudad de México, a Wendy en el Estado de México, a Ivonne en Oaxaca y a tantas niñas y jóvenes cuyos nombres aún no han salido a la luz pública, pero cuyos familiares las buscan con la esperanza de encontrarlas vivas, mientras las autoridades las revictimizan y las violentan una y otra vez.

Y sin embargo, todavía hay quienes nos preguntan: ¿por qué están enojadas? Estamos enojadas porque a las mujeres en este país se nos trata como objetos, que pueden violar, secuestrar y asesinar en total impunidad; porque cuando pedimos ser escuchadas solo se nos contesta con la indiferencia. Porque aunque el presidente de México viva en un universo paralelo, lo cierto es que en nuestro país hay un grave problema de desigualdad estructural y de violencia contra las mujeres por el solo hecho de ser mujeres. Se requieren acciones urgentes. Basta de indiferencia, retórica e indolencia desde el Palacio Nacional. ¡No descansaremos hasta que la justicia se haga costumbre y las seguiremos nombrando a todas!. #MexicoFeminicida #NiUnaMás  #SomosTodas