El 6 de junio se seleccionará un número considerable de cargos de elección popular. Sin embargo, los resultados que surjan entre competidores por la Cámara de Diputadas y Diputados concentran la atención de analistas y gran parte de la ciudadanía en el país.

Esto es así porque el Congreso de la Unión será determinante en el proceso de instauración del proyecto del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en lo que se denomina la Cuarta Transformación o la 4T, como se le conoce coloquialmente entre la sociedad mexicana.

Aquí, el perfil de los que desean seguir con los cambios y los que pretenden retroceder a antiguos y viejos escenarios políticos están definidos. Una propuesta que pretende terminar con la descomposición política, social y económica que se dio en el país en los últimos 36 años.

Esta línea de acción busca acabar con un periodo que se basó en la corrupción y enriquecimiento ilegal de funcionarios de alto nivel, acompañados con evasión de impuestos por los grupos empresariales más prósperos y una serie de componendas y cohechos que como sistema operaban en licitaciones públicas y en contratos para el usufructo de bienes propiedad de la nación, incrementando riquezas privadas.

El cambio tiene rumbo con un gobierno que ha sabido conducir los efectos de una pandemia cuya magnitud y gravedad no se había manifestado en México ni en el mundo desde la influenza de 1918 cuando perdieron la vida entre 20 y 50 millones de personas y afectó a 500 millones de habitantes en la tierra.

Ahora ya existe mayor confianza y esperanza entre los mexicanos que aprecian un manejo responsable del Gobierno federal del Covid-19, de acciones orientadas a lograr índices de crecimiento económico de más del 5% este año y del impulso del regreso a clases presenciales en todos los niveles de enseñanza sin coaccionar, sin presionar a nadie y respetando libertades, tanto de expresión como de decisión entre padres de familia y el conglomerado de docentes.

Por esto, se estima que la población votante del país valora positivamente los modos vigentes del Gobierno y ratifica su apoyo a las transformaciones en la vida pública. Esto porque existen otras opciones diferentes de desenvolver la administración pública sin necesariamente caer en el robo y el pillaje que hoy se cambia con un proyecto austero en el vivir del gobernante que invita a coexistir en conductas de equidad y respeto mutuo como referente de la sociedad en su conjunto.

Austeridad en el actuar y al tomar decisiones de interés general. Austeridad y comportamiento equilibrado en la función pública. Austeridad como eje de los presupuestos del futuro, fortalecer lazos de identidad y disminuir el radicalismo que agudiza diferencias sociales en lugar de moderar distinciones de clase.

La confianza que refrenda el pueblo a López Obrador cobra vigencia y se fortalece. Se sitúa en la promesa de desterrar para siempre los criterios de extracción de recursos públicos para beneficio de pequeños grupos, así como recuperar el control de los bienes propiedad de la nación en beneficio de los mayores conglomerados de la sociedad en México. Así se diseña la nación del futuro en el país sin excluir y sin permitir la delincuencia de cuello blanco. Ahí está la clave de los cambios después del 6 de junio.

 

Vicepresidente de la mesa directiva de la cámara de diputados

@Bonifaz49