Después de la elección del 6 de junio, se hacen análisis de readecuaciones que pueden ser necesarias al Gabinete del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Esto ante una agenda política sumamente cargada para la segunda fase del periodo sexenal gubernamental.

Hoy ya existen diagnósticos más precisos para impulsar los cambios que son parte de la Cuarta Transformación, que es el proyecto que dirige el actual régimen. Así, la sustitución de la secretaria de la Función Pública parece lógica pues es requerida una reforma al aparato administrativo federal que vaya en concordancia con las reformulaciones en el Poder Judicial y en virtud de la integración interpartidista en la Cámara de Diputados Federal, que repercute en la funcionalidad con la de senadores.

De igual modo, la revisión del federalismo parece ser parte de esta remodelación de las relaciones entre el Estado y la sociedad, que se viene dando de manera continua. Aquí, un Congreso nacional es fundamental en la modernización política que trae consigo transitar a otra manera de conducir acciones y programas sustantivos en el país con respecto a la que se usaba en los momentos neoliberales de los gobiernos del PRI y del PAN.

Es decir, el actual proyecto necesita que las secretarías y dependencias federales operen con la funcionalidad y eficacia que el momento obliga. De ahí que la propuesta de la reforma administrativa vaya acompañada con ajustes en el Banco de México y en la Secretaría de Hacienda, dos sitios fundamentales en la política económica.

Así, se estima que una readecuación del enlace con el Legislativo podrá dar mejor gobernabilidad a estas transformaciones que se van convirtiendo en la vida cotidiana de los ciudadanos y ciudadanas en México.

Ya es constante la revisión de la estrategia de seguridad y de procuración de justicia que enfrenta cuidadosamente a la delincuencia organizada y de cuello blanco.

Ya se emprende la modernización en el sector salud volviendo política pública el trato a la pandemia del COVID-19 y se da al Instituto Mexicano del Seguro Social la dirección de buena parte de hospitales que se reconstituyen en su operación y se unifica la coordinación de las oficinas de Bienestar en los estados para que prevalezca la directriz de que lo obtenido hoy ya no lo puedan desaparecer gobiernos posteriores.

Hay que cuidar que el acompañamiento a la vejez sea un lineamiento que no se diluya en los principios excluyentes del modelo económico neoliberal. Sí hay resistencias, sin duda, porque las modificaciones al régimen político son públicas y de cara a la población nacional.

Esto hace reaccionar a grupos conservadores que se han mantenido en el poder por muchas décadas y que hoy ven en riesgo sus extraordinarias posiciones que aún mantienen en todos los órdenes social, político, económico.

Ahora se trata de que nadie se quede al margen del nuevo país que se está modelando desde el Estado, desde el Poder Ejecutivo, en concordancia con los otros poderes públicos. Así, pensar en ajustes al equipo de gobierno es apropiado en los tiempos modernos de la República. En estas remodelaciones debemos sustentar nuestras expectativas para dar paso a un nuevo molde de desenvolvimiento del Estado que acompaña y se acompaña de una sociedad en constante movimiento.

Vicepresidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados

@Bonifaz49