Entrevista con Teresa García Gasca, rectora de la UAQ
Frente a la pandemia que ha arrasado con todo, vidas humanas, economía y seguridad social se han realizado muchos esfuerzos independientes. Uno de ellos es el de la Universidad Autónoma de Querétaro para sacar adelante la vacuna Quivax 17.4, basada en la proteína “S” del virus SARS-COV-2, y que ha sido frenada por el desinterés del gobierno y la falta de recursos, en un país que era considerado hace algunos años, líder mundial en la producción de vacunas.
La rectora de la UAQ, Teresa García Gasca —bioquímica industrial— acudió ante el Conacyt para pedir apoyo y en primera instancia recibieron algunas recomendaciones y después… nada.
No se amilanaron y realizaron eventos como el Vacunatón para recaudar fondos y siguieron buscando opciones para desarrollarla. El apoyo no vino de la instancia que debería otorgarles el recurso, sino a través de la SRE, que se lograron algunos recursos, provenientes de la Asociación Mexicana para la Cooperación Internacional para el Desarrollo AMEXID, pero la UAQ sigue trabajando para sacar adelante el proyecto vacunal.
Por si fuera poco, hoy la comunidad universitaria nacional se enfrenta a una clausula de los derechos de propiedad intelectual que viene en la convocatoria del programa de Conacyt “Investigadoras e investigadores por México”, el cual busca adjudicarse los derechos de propiedad intelectual que se producen en las universidades, esto es investigaciones, patentes, marcas, diseños industriales, innovaciones o cualquier otro producto de investigación humanística científica.
Al respecto, platicamos con la rectora de la UAQ:
¿Cómo ha sido la relación entre la Universidad Autónoma de Querétaro y el Conacyt?
De inicio el Conacyt, al principio de la pandemia sacó unas convocatorias para atender asuntos relacionados con Covid, nosotros participamos, no fuimos afortunados en contar con recursos. pero después, cuando la cancillería conjunta los proyectos que estaban realizándose para apoyarlas, no con recursos, sino con la gestión del recurso ante otras instancias, volvimos a entrar en contacto con Conacyt para que nos evaluaran el proyecto de nueva cuenta. Recibimos algunas recomendaciones pero nada más, no hubo más respuestas, eso fue en septiembre de 2020. Posteriormente, en abril de este año tuvimos una reunión de evaluación del proyecto.
Fue una reunión realizada por zoom, estuvieron presentes los evaluadores, nosotros también —fue el 6 de abril—, me acuerdo bien, cerraron la sesión, dijeron que iban a evaluar y a enviar sus observaciones, cosa que ya no hicieron y ese ha sido el tema. No hemos tenido apoyo por parte de Conacyt para el proyecto vacunal. Estamos trabajando con recursos que nosotros hemos estado gestionando por otro lado.
¿Ha sido complicado acceder a los fondos de Conacyt por parte de las universidades?
Tengo entendido que sí se han apoyado algunos proyectos, pero no hay información al respecto. Sé de un par de proyectos que han recibido apoyo además de la vacuna patria, pero no hay información al respecto, por lo que no podría decir en que estado van.
¿Qué opina sobre la nueva ley de Conacyt? Cuando se presentó el anteproyecto la directora de Conacyt dijo que era resultado de una consulta muy amplia entre las comunidades científicas y académicas. ¿Así fue?
Se hicieron foros, así como se hicieron foros para la Ley Nacional de Educación Superior,, pero lamentablemente, desde mi punto de vista, no fueron tan amplios. Traté de participar en uno de los foros y no recuerdo si se canceló o qué pasó —ya estábamos en la pandemia—. No sé si realmente se haya hecho una participación amplia de la comunidad científica y de las universidades.
Cuando llega el anteproyecto de ley y lo revisamos, vemos que las universidades estamos excluidas, estamos como usuarios de los servicios de lo que se establecería en Conacyt, a través de las instancias que ellos mismos generaron, que resultan muy centralizados y es parte de lo que hemos solicitado que se cambie, que se tome más en cuenta a las universidades, a los centros de investigación con respecto a la toma de decisiones y a la posibilidad de participar en los comités.
¿Conacyt se ha ido cerrando, qué opina de las nuevas clausulas?
Los comités no tienen que ser tan cerrados y luego son con secretarios de Estado, ¿qué sentido tiene si la ciencia se hace en las universidades, en los centros de investigación? Ahí están los proyectos, entiendo que el país tiene que generar las líneas de acción, tiene que decir vamos a destinar nuestros recursos mayormente para acá, pero no podemos dejar de ver que hay ciencia básica a la que también hay que apoyar porque la ciencia básica es la que genera conocimiento a futuro.
Si ahora tenemos un problema mayúsculo en agua o con la pobreza, entonces destinemos el recurso hacia allá para los proyectos nacionales estratégicos PRONACES, como ahora les llaman, que nos permitan a las universidades ser parte de esas mesas de trabajo, de discusiones y de la toma de decisiones.
Estamos excluidos por completo y lo que nos preocupa mucho es que se ha ido cerrando esos criterios que Conacyt ha ido tomando con respecto a los proyectos que se están financiando, al grado que ahora pone una cláusula en la que Conacyt se quedaría con la propiedad intelectual de los proyectos.
Terrible…
Claro, cuando no debe ser así. Conacyt es la instancia financiadora, es quien otorga el recurso, pero lo hace con los recursos públicos. Sin embargo, la propiedad intelectual corresponde a las instituciones que generan el conocimiento en conjunto con sus investigadoras, investigadores y sus estudiantes. Ellos son los propietarios del conocimiento y lejos de incentivar el trabajo, lo desmotiva.
Habíamos puesto sobre la mesa hace algún tiempo, que fuera al contrario, que se motivara el registro de patentes, que se motive ese trabajo en donde México es muy débil para que podamos seguir trabajando más patentes y eventualmente explotando las patentes que vamos generando, pero resultó lo contrario. Esta situación desincentiva por completo el trabajo científico al grado que los profesores nos dicen que no vamos a comprometer la propiedad intelectual en los proyectos por ahora.
La autoría es un derecho humano, así está considerado. Las personas tienen derecho a ser reconocidas por la autoría intelectual de sus trabajos, se tiene que rectificar. Nosotros insistimos, lanzamos un comunicado en ese sentido, el Colegio de Directoras y Directores, estamos convencidos que es un tema que se debe rectificar y se debe incentivar la producción y la propiedad intelectual por parte de las instituciones para que México vaya hacia adelante.
Sobre este tema en la Universidad se lanzó un comunicado la semana pasada por redes sociales al público en general. Es lo que hasta ahora tenemos, pero habrá que ir viendo algún posicionamiento más puntual con respecto a las decisiones que se tomen. Ahorita por lo menos en las últimas convocatorias esta clausula está presente y nosotros hemos estado comentándole, mandándole oficios a la doctora Álvarez Bullya para externarle nuestra preocupación y pedirle que elimine las cláusulas de las convocatorias y de los convenios de asignación de recursos.
Necesitamos más apertura, conozco a la doctora personalmente, creo que podríamos abrir canales de comunicación y ver que es lo que está pasando. Hay que cambiar de fondo el discurso, no hablar de segregación en la ciencia.
¿Y de las denuncias en contra de científicos, qué nos puede decir?
Este tema de buscar responsables dentro de Conacyt con respecto a la administración anterior, es un tema importante porque nada nos asegura que todos los movimientos financieros hayan sido correctos y si hay responsables, desde luego que se responda, pero eso no quiere decir que haya que estigmatizar a todas las universidades, a todos los científicos y que haya que empezar a tratar de cortarle sus derechos en ese sentido. En resumen, creo que es necesario, ¡urgente! Abrir canales de comunicación para poder subsanar estas cosas que han pasado en los últimos meses.
Pareciera una persecución hacia la comunidad científica..
Se percibe esa situación y es importantísimo que se aclare justamente para que se comprenda que no es así. Insisto, creo que necesitamos abrir la comunicación a nivel presupuestal, las universidades cada año estamos más recortadas y se entiende también como un castigo por algunas situaciones que se han presentado en algunas universidades en el pasado. Repito, no son las universidades; si funcionarias o funcionarios universitarios cometieron algún ilícito que respondan ante ello, pero no castigar a la institución, por qué castigar a la comunidad de las universidades si somos instituciones que estamos dedicadas la generación de conocimiento y formación de profesionistas para el presente y para el futuro.
Las instituciones están siendo castigadas y no hay diálogo y si nos sentimos cada vez más encerrados y con menos posibilidades.
La comunidad científica representa nuestro futuro y nosotros como ciudadanos nos preguntamos qué hace el gobierno, de qué se trata…
Definitivamente esta política ha sido muy divisionista, divide, segrega, castiga, no incentiva y no motiva el trabajo académico, nosotros lo hemos vivido con la vacuna. Un silencio absoluto y por ello nos hemos movido por otros canales pero creo que es importantísimo que el gobierno reconozca la importancia de la academia, que reconozca que es necesario generar alianzas y lazos de comunicación, lazos de colaboración.
Así sucede en los países desarrollados, la Academia es una parte importantísima del desarrollo del país y así tendrá que ser si queremos salir adelante. El conocimiento y la ciencia son parte de la soberanía nacional, si no le estamos apostando a ello, el país va a seguir siendo dependiente en todos los sentidos. Lo vivimos hoy con las vacunas que compramos en el extranjero, pudieron haberse tenido una o dos vacunas mexicanas en el proceso de ya estarse utilizando pero seguimos comprando vacunas en el extranjero y quejándonos que las instancias internacionales son ineficientes y no escuchan. Es la dependencia.
