Si la esencia de la Universidad es la investigación,

¿cómo es que podemos declarar a priori un credo?

Ruego al auditorio que no piense que soy un enemigo de las tendencias sociales. Un hombre contemporáneo que es enemigo del socialismo, no merece vivir en este siglo; pero un hombre contemporáneo que entroniza y lleva a la categoría de credo filosófico social de una universidad, cierto sistema social, es una persona que se expone a que mañana ese credo social se declare inexistente, y declarado inexistente habrá complicado a la Institución como persona moral…”

La Universidad de México dejará a cada profesor

en libertad de enseñar la tesis que guste.

Antonio Caso en la polémica con Vicente Lombardo Toledano …

El maestro –Antonio Caso– incurre en una contradicción cuando dice que la Universidad debe ayudar a las clases proletarias exaltándolas. Y pregunto ¿cómo?…

…Decirles cómo la Universidad, institución responsable de una misión histórica puede ayudarles –a los proletarios– de un modo concreto y definido Y nosotros creemos que esta acción concreta es procurar que se realice la socialización de todos los instrumentos y todos los medios de producción económica… la Universidad no puede ser una torre cerrada…

Vicente Lombardo Toledano.

Este debate se realizó en 1933 hace 88 años. Los universitarios optaron por la Libertad de Cátedra, defendida por Antonio Caso, en lugar de la Educación Socialista defendida por Vicente Lombardo. Es conveniente aclarar que los delegados comunistas al Congreso Universitario votaron por la Libertad de Cátedra.

Coincido con Imanol Ordorica –actualmente director general de Evaluación Institucional de la UNAM y uno de los dirigentes principales del Movimiento del Consejo Estudiantil Universitario de 1986–87 que triunfó al conseguir la realización del Congreso Universitario de 1990– cuando escribe: “Las universidades nunca han sido homogéneas, mucho menos monolíticas. Históricamente coexisten en ellas y se confrontan distintas fuerzas y corrientes de pensamiento. Las universidades en México, y en particular la UNAM, no son excepción. En ellas han tenido lugar debates, enfrentamientos y conflictos por visiones encontradas del mundo y la sociedad, proyectos de país, concepciones sobre la orientación y organización de la universidad y reivindicaciones de académicos, estudiantes y trabajadores, entre otros”.

El asunto de la orientación ideológica de una Universidad, incluso la que se pretendía con la Educación Socialista atenta contra la naturaleza misma de la Universidad –en general– y de la UNAM en particular. !!!Esa cuestión fue superada hace 86 años¡¡¡

El presidente López Obrador pareciera desconocer ese capítulo esencial de la Historia de México y de la UNAM, cuando la estigmatiza por haberse desplazado “a la derecha y a la ideología neoliberal”, esta falacia esconde en realidad una pretensión del presidente por acabar con la autonomía de la UNAM y de todas las universidades públicas que se estableció en 1980 en el artículo tercero de la Constitución, como producto de la lucha de los universitarios y específicamente del STUNAM, Sindicato de Trabajadores de la UNAM.

La Autonomía Universitaria se conquistó en 1929, también gracias a una lucha de los universitarios contra el gobierno de Emilio Portes Gil.

Desde entonces los universitarios y especialmente los estudiantes con sus luchas han construido la naturaleza avanzada de la UNAM.

La Autonomía Universitaria de 1929 y su constitucionalización en 1980 fueron producto de luchas contra el gobierno y grupos de poder de dentro y fuera de la Universidad.

La libertad de Cátedra de 1935; la apertura de la UNAM a grandes masas se logró en 1966 contra el autoritario rector Ignacio Chávez; en 1968 la Autonomía se defendió por el gran movimiento estudiantil y por el rector Javier Barros Sierra; en 1986 el CEU defendió la gratuidad, lo mismo que el CGH Consejo General de Huelga en 1999–2000.

Además de éstos movimientos estrictamente vinculados a la defensa de una Universidad autónoma, popular, de masas y gratuita, los universitarios de la UNAM se han unido a estudiantes, profesores y trabajadores de otras Universidades en diversos movimientos sociales; en 1958 contra el aumento de tarifas del transporte urbano en las Ciudades de México, Puebla, Guadalajara y Monterrey; en 1968 en el gran movimiento libertario; en 1971 en solidaridad con los universitarios de Nuevo León y contra la demagogia de Echeverría y la falsa disyuntiva de LEA o el fascismo; en marzo de 1975 rechazando al presidente que nos acusó de ser “jóvenes del coro fácil”; los universitarios se movilizaron masivamente para rescatar a los damnificados del sismo de 1985 y en 2017 también lo hicieron con las víctimas de ese otro sismo; los universitarios se movilizaron en defensa de la democracia y contra el fraude en 1988; realizaron su Congreso en 1990; apoyaron al Ejército Zapatista de Liberación Nacional EZLN y se han movilizado innumerables ocasiones reclamando justicia para los estudiantes de Ayotzinapa desde 2014 a la fecha; en 2012 fueron un importante destacamento del Movimiento Yo soy 132 y en los años recientes han realizado movilizaciones en contra del feminicidio dentro y fuera del Campus.

No debe olvidarse el apoyo de los estudiantes a las luchas de los Trabajadores dentro de la UNAM en las huelgas del STEUNAM, Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UNAM 1972, del SPAUNAM, Sindicato del Personal Académico de la UNAM en 1975 y en 1977 en la huelga del STUNAM que fue rota por la ocupación policiaca del 7 de julio.

Hay centenares de luchas en las que han participado los universitarios.

Hace muchos años, prácticamente desde su fundación en 1910, la UNAM ha estado sometida al control de una burocracia autoritaria que basa su poder legal en la Ley Orgánica de 1945, que no ha tenido el menor cambio desde entonces.

Dentro de la UNAM operan grupos de poder que se identificaron con el régimen corporativo y presidencial de los gobiernos PRIISTAS, salvo los rectores Javier Barros Sierra y Pablo González Casanova, todos los rectores han sido sumisos a esos gobiernos.

La UNAM tiene una estructura laboral indefendible. Un alto porcentaje, que oscila entre el 85 por ciento y el 87 por ciento son profesores de asignatura sujetos a la contratación semestral y por lo tanto sometidos a los directores de cada Facultad, Escuela o Instituto, sin seguridad en el empleo, con salarios miserables –un poco más de cien pesos la hora clase impartida– los profesores de asignatura dan casi el 80 por ciento de las clases.

Mientras los profesores de asignatura viven en la precariedad, los Profesores de Carrera y los Investigadores pueden alcanzar ingresos de 120 mil pesos o más si son Profesores Eméritos. Sería insensato proponer una baja en sus ingresos, pero si es necesario dotar a los profesores de asignatura una mejoría sustancial en sus contratos de trabajo y sus ingresos.

Se requiere urgentemente crear nuevas plazas para miles jóvenes, que incluso con doctorado no tienen posibilidades de ser Profesores de Carrera ni Investigadores, porque éstos se mantienen dentro de la UNAM hasta que mueren, dado que sus ingresos están compuestos por salarios tabulares en promedio de unos 40 mil pesos y el resto que puede llegar a 120 o 140 mil pesos, está integrado por los PRIDE y la pertenencia al Sistema Nacional de Investigadores, de tal manera que nadie quiere jubilarse con la tercera parte o menos de sus ingresos. Debe haber un salario tabular único para que no existan estas y otras distorsiones.

Una reforma laboral de esa importancia puede realizarla el gobierno de AMLO, dado que tiene la mayoría en el Congreso de la Unión y en la mayoría de los Congresos Estatales.

¿Por qué no promueve esa reforma, en lugar de los gritos y sombrerazos contra la UNAM?

¿Por qué no promueve la derogación de todas las Leyes Orgánicas de las Universidades, incluida en primer lugar la de la UNAM, dado que son inconstitucionales desde la Reforma de 1980?

Porque estamos ante una disputa de dos grandes grupos de poder dentro y fuera de la UNAM, ambos beneficiarios de canonjías y prebendas, esos dos grupos tienen a fuego cruzado a la UNAM, son tanto los grupos internos y los de afuera, en ambos hay intereses del gobierno de AMLO.

Es la hora de Reformar a la UNAM.