La boda de Antigua, Guatemala, es una biopsia del organismo de la casta que domina el poder político, el económico, el cultural e ideológico en México hace un siglo.
Esa casta ha llegado a niveles de obscenidad que superan a los saraos y derroche del alemanismo, del salinismo y del peñismo.
Este sarao se realiza en plena era de una supuesta cuarta transformación cuya divisa principal y fundamental es el combate a la corrupción.
La. Crónica del diario español EL País dice:
“El champán se descorchó hasta bien entrada la mañana del sábado en la ciudad de Antigua, Guatemala, para festejar la unión nupcial entre Santiago Nieto y Carla Humphrey. El primero, director de la Unidad de Inteligencia Financiera y funcionario estrella de este sexenio; la segunda, consejera del Instituto Nacional Electoral mexicano…
“…Los invitados fueron distinguidos personajes de la política mexicana de todos los partidos políticos: Layda Sansores, gobernadora de Campeche, los legisladores Sergio Gutiérrez Luna, de Morena, Javier López Casarín, del Partido Verde, Carolina Viggiano del PRI y Diana Karina Barreras, del PT. También la ministra del Supremo Yasmín Esquivel, la expresidenta del Tribunal Electoral María del Carmen Alanís y su esposo Emilio Rabasa. Otros que atendieron la invitación fueron los exgobernadores Quirino Ordaz, de Sinaloa, y Francisco Domínguez, de Querétaro, así como la senadora del PAN Josefina Vázquez Mota”.
El PRIAN y el PRIMOR sin máscaras, exhiben su insensibilidad ante una realidad estrujante por la desigualdad, la pobreza, el desempleo. Además, padecemos la gigantesca tragedia sanitaria con más de 500 mil muertos por el Coronavirus y la desatención de otras enfermedades por parte de un sistema de Salud colapsado. Sigue habiendo una creciente cifra de muertos en masacres entre bandas criminales- El riesgo de una tragedia de lesa humanidad por la persecución a las decenas de miles de migrantes para obedecer los mandatos de los gobiernos estadounidenses, es cada día un riesgo inminente.
Toda la demagogia ha quedado exhibida en la Boda de Antigua.
Los gobernantes envueltos en la oratoria redentora de los pobres, se mostraron tal como son en realidad: oligarcas habituados a los derroches grotescos.
Su hipocresía ilimitada, los condujo a pensar que, usando a Guatemala como traspatio, podrían esconder su mezquina condición de ricos voraces.
Además de ostentar su condición de casta dueña de la riqueza nacional, mostraron sus trapacerías al ser descubiertos in fraganti, llevando en sus bolsos sobres con decenas de miles de dólares sin haberlos declarado y por lo tanto sin que se sepa qué destino verdadero tenían.
No basta admitir las supuestas “renuncias” de la secretaria de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix Díaz, descendiente de Porfirio Díaz, por haber “viajado en avión privado” y de Santiago Nieto director de la Unidad de Inteligencia Financiera quien “renunció”, para no hacer “daño a la transformación que encabeza el presidente y a la cual sigue siendo leal”.
Estos rituales de mea culpa del priismo tradicional, son ahora aún más patéticos.
Solamente los fanáticos pueden creerle al presidente “su berrinche” de enojo por el “escandaloso” comportamiento de su brazo derecho.
Según la definición formal, la UIF se creó para cumplir con:
Las principales tareas que consisten en implementar y dar seguimiento a mecanismos de prevención y detección de actos, omisiones u operaciones, que pudieran favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperación de cualquier especie para la comisión de los siguientes delitos previstos en el Código Penal Federal:
• Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (artículo 400 bis)
• Financiamiento al terrorismo (artículo 139 quáter)
No queda claro que la UIF haya cumplido esas tareas con estricto rigor, Santiago Nieto cumplió las órdenes presidenciales para congelar cuentas de altos funcionarios de los gobiernos anteriores al de AMLO.
Ahora tendrán que encontrar una “salida” para evitar que Santiago Nieto cuente todo lo que sabe, no extraña que Ricardo Monreal le esté ofreciendo chamba en el Senado e incluso acepte que era “invitado a su boda”.
Los lazos parentales de los invitados a la Boda de Antigua, van más lejos del boato, la cursilería y el derroche. Son los vínculos de una casta que sigue dominando y que la demagogia de AMLO no ha tocado ni con el pétalo de una rosa, a pesar de sus chuscas campañas contra la corrupción que lo llevan a confundir foros como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con una de sus mañaneras y dejan azorados a sus integrantes, ante esa oratoria cantinflesca de carpa de los años cuarenta.
Si el rey va desnudo y sus acólitos se niegan a verlo, la tarea de los críticos de esta parafernalia de estafa, es construir un camino diferente para salir de esta decadencia.
La boda de Antigua debería ser el punto de partida para emprender una labor que rebase la denuncia, el chascarrillo y formule una estrategia para unir al gran universo de sectores sociales, civiles, económicos, culturales que están en contra de seguir esa ruta decadente del presidente López Obrador.
Si la oposición solamente se reduce al bloque de partidos registrados, sin incluir a los indios perseguidos, asediados y con sus líderes asesinados; a las mujeres y el feminismo; a los trabajadores sin derechos y sin empelo seguro y digno; a los estudiantes amenazados diariamente con más recortes a las universidades, normales y escuelas de todos los niveles; a los padres de niños con cáncer; a los millones de personas en el empleo informal y a todo el universo de los olvidados; sin esos sectores, una alianza situada solamente en los partidos con registro y en los sectores de la burguesía contarios a AMLO; una alianza de ese tipo no podrá vencer a los partidos y grupos de la casta asociados a AMLO que tienen como paradigma la Boda de Antigua.