Durante la recta final del proceso electoral, los focos ámbar en materia de violencia fueron resaltados por los diferentes actores advirtiendo el riesgo de que se multipliquen los hechos que podrían conducir a un escenario de terror, al menos de carácter mediático e intimidar el ejercicio del voto.
Organizaciones como Data cívica, México Evalúa, y Semáforo Delictivo, ubican a Guerrero con una probabilidad de 83 por ciento de riesgo de violencia en diferentes manifestaciones que irían desde la intimidación hasta el asesinato.
Y es que, de acuerdo con los datos existentes, el 83.57 por ciento de las 2 mil 697 secciones electorales de Guerrero se encuentran en riesgo alto o medio de violencia para candidatos y población en general.
En particular, los focos rojos han sido ubicados en las secciones de Acapulco, Chilpancingo y Tierra Colorada. Pero también las regiones Costa Grande, Tierra Caliente y la Norte son consideradas casi totalmente con riesgo medio de violencia, mientras que la Montaña y Costa Chica, sobre todos los municipios cargados hacia Oaxaca.
En Guerrero las elecciones siempre son complicadas, por lo que en febrero de este año del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero (IEPC), ante los hechos de violencia ocurridos a lo largo del año en curso, plantó elaborar un atlas de riesgos.
Desde entonces se marcó que, en Guerrero, el total de secciones en índice alto de violencia es de 222, un color rojo que se puede observar sobre todo en la zona poniente de Acapulco, la ciudad económica más importante del estado; la mancha roja sube hacia Chilpancingo, la capital del estado, y se extiende a una parte de Tierra Colorada (Juan R Escudero).
La región Norte, fue considerada con un índice medio de violencia, a excepción de las secciones del municipio de Tepecoacuilco. Tal indicador se extiende por las regiones Centro y parte de la Montaña, y excluye a los municipios colindantes al estado de Puebla, como Copalillo y Olinalá. En contraste se excluyó a Tlapa y otros municipios cercanos de la Montaña, como Xalpatláhuac y Cochoapa el Grande.
Para el caso de la región Costa Chica es la más variopinta, donde las secciones electorales del municipio más cercano a Acapulco tienen foco rojo de violencia, que es San Marcos.
Por su parte, Alejandro Bravo, presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRI en
Guerrero, consideró que hay secciones electorales en las que los priistas “tienen miedo de ir” por la violencia que se vive en estos puntos del estado, pero, agregó, no es el 83 por ciento como dice el mapa nacional que presentaron la semana pasada dirigentes nacionales del PAN, PRI y PRD en la Ciudad de México.
Luego comentó que “lo que hemos venido pidiéndole a nuestras candidatas, a nuestros candidatos, es que tomen precauciones, que sean precavidos porque
indiscutiblemente no solamente los políticos están viviendo el clima de inseguridad y de la incertidumbre en este rubro que se vive a lo largo y ancho del estado. Es la ciudadanía y el pueblo de Guerrero, los que lo estamos sufriendo y por ello nuestra insistencia a nuestros candidatos es que no se expongan, que tomen precauciones y que por supuesto, ningún militante se exponga”.
Guerrero es la entidad con más asesinatos, y Morena es el partido político más afectado. Sin embargo, no es que la violencia haya explotado, sino que Guerrero tiene una “larga tradición” de conflictos durante las coyunturas electorales.
Tres factores inciden en la actual situación que se enfrenta. Primero son las “fracturas” que se han registrado en Guerrero desde hace décadas por los conflictos por la tierra, religiosos, étnicos y políticos. Los cuales son resultado de la fragmentación social y de la oposición entre distintos partidos políticos.
Otro factor radica en la competencia político-electoral, en la que no se ha buscado eliminar el asesinato político como una táctica o herramienta para la transición del poder. La tercera vertiente es la violencia perpetrada por los grupos criminales y del narcotráfico. Esto se debe a que en Guerrero hay una centena de organizaciones delictivas, que se reparten las actividades ilegales. Pero a ella se suma el caso de Ayotzinapa, el cual recuperó banderas para la presión política con el asesinato de Yanqui Kothan Gómez Peralta ocurrió el 7 de marzo y la espiral de las movilizaciones de este sector han ido incrementando con la liberación de implicados en la desaparición de los 43 normalistas en 2014.
La situación en la entidad resulta preocupante, y los atentados contra candidatos y las acusaciones de fraude complican el proceso electoral. La democracia en Guerrero está afectada por la violencia y la delincuencia organizada.
Los resultados de cada proyecto de previsión sobre escenarios de violencia en estas tierras, revelan un diagnóstico similar en cuanto a la vulnerabilidad de la democracia mexicana actualmente. que, a través de la violencia, se busca alterar los resultados de la elección sacando a candidatos de la contienda o intimidando o coaccionando a los votantes para que no puedan ejercer su voto cambia muchísimo el juego político.
Por años, esta entidad suriana ha sido clave para economías criminales y actividades como el narcotráfico y la extorsión. Fue epicentro de cultivos de marihuana y de amapola, tránsito para drogas que viajan a Estados Unidos, además alberga un puerto mediante el cual ingresa cocaína desde el sur del continente como es Acapulco.
