El conflicto entre Israel e Irán amenaza con desencadenar la intervención de otras naciones, ya que el ataque israelí del 13 de junio se encuentra dentro de una línea muy delgada, prácticamente en el límite de lo prohibido por el derecho internacional público.

Israel argumenta que atacó en legítima defensa ante el temor de una agresión nuclear. Sin embargo, el derecho internacional, a través de la Carta de las Naciones Unidas, es muy claro con lo que debe entenderse por legítima defensa.

El ataque fue calificado por Israel como preventivo y preciso contra instalaciones nucleares iraníes, porque temían una agresión futura por parte del gobierno de Teherán.

La legitima defensa en el derecho internacional se encuentra prevista en los artículos 2 y 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Los requisitos son estrictos, es necesario un ataque inminente que no pueda ser repelido de ninguna otra manera, por lo que podemos llegar a concluir que en ningún momento se esperaba una agresión inminente de Irán.

Es decir, independientemente del discurso israelí, era muy poco probable que Irán y sus lideres fueran a lanzar un arma nuclear contra Israel.

El discurso de Israel es engañoso, ya que tienen en su poder un número indeterminado de armas nucleares, pero aún no firma el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares de la Organización de las Naciones Unidas, además de que no ha permitido inspecciones internacionales.

Es preocupante el apoyo de Estados Unidos al concepto de la legitima defensa de Israel pese a que es considerada por algunos juristas como ilegal. La ambigüedad también está presente en el discurso internacional, por ejemplo, el gobierno alemán ha insistido en que Israel tiene derecho a defenderse, sin mencionar, claro está, los ataques del 13 de junio.

Todo país tiene derecho a defenderse, eso no está en duda, pero este derecho está limitado por el derecho internacional. Hay que cumplir una serie de requisitos que a todas luces Israel no cumplió, ante la complacencia de la ONU.

El argumentar la legítima defensa en ataques futuros es francamente ridículo. Quienes defienden esta postura, erosionan al derecho internacional público y contribuyen a lo que acaba de hacer Estados Unidos al atacar tres instalaciones nucleares en Irán.

Para muestra un botón, recordemos el discurso del presidente ruso Vladimir Putin momentos antes de la invasión a Ucrania en 2022. El líder argumentaba que, en algún momento, en el futuro, Ucrania y la OTAN los iban a atacar y, por esa razón, estaba ordenando el ataque, ya que, según él, se trataba de una defensa.

Ahora, conforme a estas interpretaciones, cualquier estado que se sienta amenazado en un futuro podrá atacar y argumentar después que se trataba de una legitima defensa.

En un sentido estricto quien si puede argumentar que actuó en legitima defensa es el estado iraní, ya que tiene todo el derecho a tomar represalias y defenderse ante los ataques israelíes.

Así como en las naciones pasa en los individuos. Lo que no pueden arreglar con el diálogo lo tratan de resolver mediante la fuerza, ante una notoria incapacidad intelectual de llegar a acuerdos.

Para que sirven entonces lo medios de solución de conflictos internacionales, ya sean diplomáticos o jurídicos. Pareciera que se les ha olvidado a los estados la vía de solución pacifica de sus conflictos y la prohibición de la guerra en el derecho internacional como una norma imperativa de ius cogens.

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