La violencia es un tema que se debate hace mucho tiempo y por muchos. Hay libros enteros dedicados a ello. El alcance de un texto como éste no es de tal profundidad.
En estos días ha renacido el tema a partir de los hechos de la manifestación del 2 de octubre de 2025.
La tradicional peregrinación del dos de octubre no se olvida, que congrega cada vez a menos, se alteró por la acción de un grupo autodenominado BLOQUE NERO integrado por 350, según las versiones policiacas (con toda la fiabilidad que puedan tener) que con los rostros encubiertos tiraron bombas molotov, rompieron cristales de negocios e incluso lesionaron a policías, entre ellas a algunas mujeres. La histeria oficial replicada por los medios, sobre todo televisivos y de radio, puso en el centro la cobardía a los del Bloque Nero.
Durante toda mi vida he actuado en desacuerdo con esas acciones, porque las considero contrarias a los ideales libertarios. Sin embargo, nunca he puesto al mismo nivel esas conductas que las de tipo represivo que realiza el Estado a través de sus instrumentos, como la policía y las fuerzas armadas. No es lo mismo que lo mesmo.
El fenómeno se complica aún más cuando hay una campaña sistemática de la jefa del Estado, tendiente a considerar al ejército y las fuerzas armadas como ajenas a las masacres de Tlatelolco, San Cosme y otras anteriores, posteriores e incluso actuales, debido a que él ejercito es pueblo vestido de verde y en todo caso recibió órdenes.
Ambas cosas son falacias o verdades a medias. Todos los ejércitos y fuerzas militares se integran mayoritariamente por personas de origen popular, tanto las de México, como las de Alemania en la época nazi, bajo esa lógica eran pueblo vestido de gris, también las tropas soviéticas y las de cualquier época y cualquier Estado, incluidas las tropas invasoras francesas y gringas del siglo XIX en México.
Es una verdad de Perogrullo. Lo cual no les da impunidad. Desde los juicios de Nuremberg cuando los oficiales nazis alegaban inocencia dado que actuaron recibiendo órdenes, se resolvió que la obediencia debida no los exculpaba de los crímenes de lesa humanidad cometidos.
Resulta muy sospechoso que vísperas de una conmemoración más de la matanza de Tlatelolco, se divulguen videos en TIK TOK, donde se pretende demostrar que el ejército fue víctima de disparos efectuados por francotiradores en contra de los edificios circundantes a la Plaza de las Tres Culturas y ante esa agresión se defendieron.
Esa ha sido la hipótesis del Estado mexicano desde la época de Gustavo Díaz Ordaz hasta las presidencias de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Bajo esa óptica hacen un discurso esquizofrénico: rinden homenaje a los estudiantes y exoneran al ejército de su participación criminal en la masacre.
Ahora pretenden poner a los integrantes de los grupos de enmascarados denominado Bloque Nero, como únicos responsables de la violencia ocurrida en los actos marginales de la marcha del 2 de octubre de 2025.
Muchos noticiarios de televisión difundieron imágenes de piedras y bombas lanzadas a los comercios y los edificios públicos por esos personajes con sus rostros cubiertos de negro, sin mencionar, o haciéndolo de manera secundaria, el hecho de que el gobierno amuralló con vallas metálicas esos edificios desde muchas horas previas a las marchas, creando un clima de estado de sitio. Ese tema de mucha gravedad para el derecho de manifestación opositora al Estado, no les mereció ni a los medios, ni a muchos comentaristas. una importancia acorde a esas graves conductas represivas.
Nunca apoyaré las acciones represivas del Estado contra los manifestantes.