Democracia y comunicación

La construcción de una sociedad civilizada requiere guiarse por dinámicas democráticas que le permitan alejarse del autoritarismo y la impunidad. Respondiendo a este principio fundamental la edificación de la democracia en México demanda indispensablemente la participación libre de los ciudadanos para decidir autónomamente su voto en las fases de referendos políticos. Con la finalidad de resolver su opción política los ciudadanos requieren contar con suficiente información objetiva y oportuna sobre las diversas ofertas política existentes para determinar correctamente su elección y evitar mecanismos de manipulación. Por consiguiente, la calidad de la democracia depende de la calidad de la información que reciban los ciudadanos para actuar en la sociedad, especialmente en periodos plebiscitarios.

Con esta finalidad a lo largo del siglo XX la sociedad mexicana utilizó los medios tradicionales de comunicación como la prensa, la radio y la televisión para la difundir a la población las distintas propuestas de los partidos políticos, y con ello, dotar a los ciudadanos con suficientes alternativas informativas para decidir libre, plural y responsablemente su voto. A través de tales infraestructuras se efectuaron las campañas de las instituciones políticas para el recambio de los principales poderes públicos en la República, a nivel federal y regional, con la mira de elegir presidentes, diputados, senadores, gobernadores, munícipes, regidores, sindicaturas y cargos auxiliares.

De esta forma, los canales de difusión masivos actuaron como los mediadores que establecieron un asiduo contacto vertical entre la oferta política de los candidatos y la fabricación de la conciencia de los electores, desempeñando un papel clave en la construcción de su percepción de la realidad, y por lo tanto, sobre la decisión del voto de los individuos y los resultados de los comicios. Se convirtieron en los principales organismos de propagación de la información político-electoral para conformar el conocimiento que cimentó la opinión pública masiva con la que se alimentó la conformación de la conciencia cotidiana de los votantes con objeto de tomar las decisiones electorales más relevantes para definir el destino de sus vidas.

Tal amplio proceso de difusión colectivo creó el espacio público mediático que contribuyó a determinar esencialmente el tipo de cultura política existente durante el siglo XX en México.

 

El moderno ecosistema digital

Sin embargo, a partir de principios del siglo XXI, con la acelerada evolución de las tecnologías de información, vía el desarrollo de internet y las redes sociales, emergió un nuevo modelo horizontal de comunicación virtual que transformó radicalmente el paradigma mediático convencional dando origen un moderno ecosistema digital que transformó profundamente las dinámicas de la comunicación política contemporánea en la nación.

Dicha mutación cultural no significó que la acción de los medios colectivos de propagación clásica desapareciera de la esfera pública nacional, sino que implicó que tales instituciones reubicaron el lugar central o hegemónico que ocupaban en la edificación de la visión simbólica de los ciudadanos sobre la realidad cotidiana, para ahora emigrar al nuevo complejo sistema digital de producción de las representaciones usuales de la realidad. Así, en las últimas dos décadas el fenómeno de la creciente digitalización generado por las redes sociales desplazó progresivamente a los legendarios canales de difusión hacia el vertebral terreno digital, debido a su gran horizontalidad, su extenso alcance, variedad social, bajo costo, total instantaneidad, enorme interactividad, gran alcance, y capacidad de segmentación en las comunidades.

Con ello, se crearon velozmente entornos hiperconectados donde la principal “percepción de lo real”, creciente y rápidamente, se trasladó del clásico sistema de información masivo, al complejo socio digital de conocimiento virtual cotidiano.

Esta poderosa intervención socio digital sobre el espacio público provocó el surgimiento de otros usuarios activos que reconfiguraron las jerarquías tradicionales del sistema de poder comunicativo. Tales nuevos actores se denominaron Prosumidores que se caracterizaron por aportar nuevas formas de participación ciudadana mediante la producción y difusión de infinitas variantes de expresiones en el ciberespacio que generaron una potente fuerza cotidiana de influencia social.

Mediante esta transfiguración el “derecho ciudadano a saber” sobre las diversas opciones políticas vinculadas con los principales asuntos públicos de la sociedad, se trasladó, cada vez más, velozmente del tejido de los medios de comunicación masivos tradicionales al ámbito de acción de las frescas redes socio digitales individuales en el país.

Tal metamorfosis radical de los mediadores tecnológicos adquirió una dimensión de expansión e importancia extrema durante la epidemia del Covid 19, pues el empleo de las tecnologías virtuales se convirtió coyunturalmente en el principal sistema nervioso colectivo de emergencia para que los habitantes pudieran vincularse entre sí, actuar preventivamente ante la urgencia sanitaria, e incluso, ejecutar diariamente sus tareas laborales e institucionales en esta fase de urgencia coyuntural vía estas herramientas digitales.

Dicho fuerte salto tecnológico dio origen al nuevo espacio público digital denominado ciberespacio a través del cual la sociedad generó interactuó y orientó su vida cotidianamente. Una de las características cruciales del ciberespacio es que permitió crear con enorme independencia, celeridad, autonomía, pluralidad y dinamismo “otro conocimiento” cotidiano sin filtros sobre la realidad social. La difusión autónoma de dicha “nueva percepción” de los hechos por los ciudadanos, en algunos casos construyó otra visión informativa diferente que no proporcionaba la programación del sistema de medios de comunicación masiva establecidos, y en otros casos, generó profundas deformaciones de la realidad que llegaron a convertirse en la transmisión de fake news con graves impactos de posverdad sobre el funcionamiento de la sociedad.

La edificación de este nuevo espacio público transformó el conjunto de dinámicas informativas existentes en la sociedad posmoderna nacional dando origen a un nuevo ecosistema de vinculación humana vía las plataformas y las redes virtuales. Cada uno de estos soportes digitales no se destina a ejercer una sola función, sino es empleado por los usuarios para desempeñar diversas funciones en múltiples planos de la acción social.

De esta forma, en el terreno económico florecieron tiendas virtuales como Amazon, eBay, Alibaba Mercado Libre, o B2C creando la ciber economía. En la dimensión del comercio aparecieron recursos como WooCommerce,Tiendanube, Magento y Shopify dado origen al ciber e-commerce.

En la esfera política surgieron redes digitales como X (antes Twitter), YouTube y otros más originado la ciber política. En el rubro de la educación, surgieron espacios como Blackboard, E-College, Moodle, Coursera, Khan Academy, Udemy, Google Classroom, Canvas, ChamiloSchoology, Duolingo, Photomath, Quizlet o E-learning gestando la ciber educación. En el ámbito laboral, emergieron apoyos como Slack, Google Workspace, Trello,Microsoft Teams, GSuite y Dropbox potenciando el ciber trabajo o Home Office.

En el contexto profesional, brotaron vínculos como Zoom, Meet, Glassdoor Indeed, Messenger y Telegram impulsando la ciber profesionalización. En el orden de la sociabilidad se establecieron infraestructuras como Facebook, Instagram, TikTok, Wechat, Linkedin o SnapChat produciendo la ciber amistad. En el campo del entretenimiento, se forjaron soportes como YouTube, Netflix, Amazon Prime Video, Disney, Hulu, HBO Max y Spotify dando a luz al ciber entretenimiento.

En el terreno de la amistad, alumbraron infraestructuras como Facebook, TikTok, Instagram, o Reddit, produciendo la ciber sociabilidad. En el universo del erotismo, irrumpieron espacios como Tinder, Bumble, Happn, OkCupid, Hinge, Badoo, Social Flirt, CyberDust, VaporChat, Meta Quest, DownGrindr, eHarmony y OnlyFans/Patreon dando vida a la ciber emocionalidad, el ciber amor y la ciber sexualidad. En el entorno de la diversión entre niños y adultos germinaron instrumentos como SteamGoogle StadiaUplay, Origin, Epic Games Store, Ubisoft Connect, Battle.net, Rockstar Games, Launcher e Itch.io dando vida al ciber juego. Etcétera.

Mediante ello, se reubicaron todas las actividades comunicativas tradicionales gestando aceleradamente una nueva ciber sociedad muy activa en casi todos los estratos sociales.

En síntesis, el funcionamiento global de la sociedad evolucionó del lento modelo analógico de operación, al vertiginoso patrón digital de desempeño y articulación rutinaria.

 

La emergencia de la “política digital”

Con el surgimiento del nuevo sistema de interacción virtual se modificó radicalmente la existencia de los intermediarios técnico-comunicativos que actuaban entre los partidos políticos y la sociedad creando la nueva “política digital” y a los “candidatos virtuales”. Esta nueva dinámica trastocó sustancialmente el volumen, las formas, las velocidades, los contenidos, las versatilidades, los comportamientos y los costos con los cuales los contendientes electorales se conectaron coyunturalmente con el electorado.

Por intermedio de este novel paradigma de vinculación multilateral los partidos políticos desafiaron los modelos verticales de comunicación usuales fabricando otro prototipo de comunicación colectivo más directo, plural, instantáneo, móvil, light, ubicuo horizontal, e interactivo con los ciudadanos; y de manera viceversa, los ciudadanos pudieron responder a las propuestas partidistas con la misma creatividad, rapidez e intensidad. El veloz y seductor poder persuasivo alcanzado por la dinámica de la retórica digital, particularmente por el manejo de las emociones, conquistó eficientes alternativas para configurar los discursos, las identidades, las orientaciones, las propuestas, etcétera, de los partidos políticos con la finalidad de influir, cotidiana y prontamente, sobre los campos de conciencia de los sufragantes para persuadir su voluntad y obtener votos.

De esta manera, el empleo de novedosas plataformas virtuales se convirtió en las modernas herramientas comunicativas colectivas para producir en el siglo XXI una nueva comunicación política que no fueron capaces de orquestar los medios masivos de difusión convencionales en México. Así, las plataformas digitales y las redes socio digitales amplificaron el alcance y la capacidad de participación de la audiencia, facilitando la difusión de mensajes políticos de forma más efectiva y personalizada que no logró obtener el antiguo sistema mediático monopólico.

En este sentido, es fundamental subrayar que a través de la exposición de los lenguajes digitales en el espacio público virtual no solo quedaron actuando espectacularmente en el ambiente colectivo diversas retoricas u oratorias, sino que estos procesos construyeron nuevas subjetividades y emocionalidades muy específicas que guiaron, y en algunos casos, determinaron los comportamientos humanos.

Por ende, el nuevo ecosistema digital conquistó un éxito propagandista más potente, crecientemente más preciso y con un uso más eficiente de los recursos invertidos, a diferencia de la implementación de las estrategias de campañas propagandísticas tradicionales que predominaron durante gran parte del siglo XX.

 

Los desafíos

Empero, la emergencia de la era digital no solo representó un interesante y atractivo fenómeno modernizador de los procesos comunicativos, sino también obligó a crear nuevas concepciones explicativas, métodos de estudio y técnicas de abordaje concretas para comprender la evolución del novel mundo virtual, desentrañar el impacto sobre la comunicación humana y puntualizar las consecuencias sobre el funcionamiento global de la sociedad. Frente a este desafiante escenario, las ciencias sociales enfrentaron la urgente necesidad de desarrollar otros métodos analíticos innovadores que permitieran abordar de forma eficiente y rigurosa el análisis de los nuevos discursos que emergieron, especialmente en el ámbito político-digital.

Así, la acelerada y constante tendencia de evolución digital en la etapa contemporánea del desarrollo nacional, exigió la constante creación de nuevas perspectivas analíticas de naturaleza teórica, metodológica y pragmática para asimilar el fenómeno del discurso político en la era virtual: la retórica digital. Dicha demanda epistemológica adquirió especial relevancia en el contexto de los noveles plebiscitos electorales, donde los mensajes políticos se desplegaron de manera estratégica, multimodal y fraccionada para crear una comunicación política de naturaleza digital más empática y cercana con los ciudadanos, reduciendo su difusión en el sistema mediático masivo habitual.

De aquí, la enorme importancia de examinar la operación digital de la sociedad mexicana contemporánea dentro del nuevo espacio público digital, pues la moderna historia que acontece en el siglo veintiuno, ahora se ejecuta progresivamente en la arena virtual y ya no en los espacios públicos mediáticos habituales. De lo contrario, no se comprenderá la potente nueva sociedad virtual que emergió en el siglo veintiuno en México.