El reporte resalta que a pesar de que las estadísticas reflejan una leve disminución en los índices de homicidios y otros delitos violentos a nivel estatal, existe un panorama complejo y preocupante sobre la seguridad en las carreteras de Guerrero. La realidad en las carreteras sigue siendo una preocupación constante, que afecta tanto a los transportistas como a los ciudadanos, siendo esta entidad, uno de los estados más inseguros para el tránsito de mercancías y personas.
Aunque la tasa general de homicidios en Guerrero haya mostrado una disminución en los últimos dos años, la inseguridad en las carreteras persiste de forma alarmante. En 2024, Guerrero concentró un 31 por ciento de los robos y asaltos cometidos en las carreteras del país, lo que coloca a la entidad como el epicentro de este tipo de delitos.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que esta entidad encabezó en 2024 la lista nacional de probables robos y asaltos en carreteras y puentes, con 848 casos registrados, de los cuales 847 ocurrieron en vías estatales y uno en jurisdicción federal, de acuerdo con el Censo Nacional de Seguridad Pública Federal y Estatal 2025.
Esta cifra resulta aún más significativa al considerar que en promedio tres de cada diez robos a nivel federal ocurrieron en Guerrero, a pesar de que los datos sobre homicidios en el estado muestran una ligera baja.
La Autopista del Sol, que conecta a Guerrero con la Ciudad de México, junto con otras rutas clave hacia la Costa Chica, la Costa Grande y la Sierra, siguen siendo puntos críticos para los asaltos y la violencia.
Los reportes indican que, a pesar de los esfuerzos de las autoridades y las fuerzas de seguridad, los tramos carreteros de Guerrero continúan siendo vulnerables a los ataques de grupos criminales organizados, que utilizan estos corredores como rutas para el transporte de mercancías ilícitas y como espacios de emboscadas y extorsiones.
Un aspecto relevante que subraya el informe es el temor generalizado entre los transportistas, quienes reportan no solo asaltos, sino también extorsiones por parte de las autoridades locales, lo que agrava aún más la situación. El 24 de noviembre, los transportistas organizaron un megabloqueo en la Ciudad de México para denunciar esta situación, reflejando el nivel de desesperación que viven los involucrados en este sector aunque en la entidad no se registraron movilizaciones, la inseguridad es un factor preocupante para los choferes.
La inseguridad afecta no solo a los transportistas, sino también a la economía local y al turismo, que ven mermado su potencial debido al miedo a transitar por las carreteras de Guerrero.
Aunque las autoridades han implementado operativos de seguridad y hay una coordinación entre niveles de gobierno y fuerzas de seguridad como la Guardia Nacional y las policías estatales, las medidas no han sido suficientes para reducir la incidencia delictiva de manera efectiva.
A pesar de los esfuerzos, el número de asaltos sigue siendo elevado, y la percepción de inseguridad es notablemente alta entre los ciudadanos y los actores económicos.
Además, el informe subraya que Guerrero es uno de los estados con menor número de puestas a disposición de presuntos delincuentes, con un descenso del 68.5 por ciento en comparación con 2023, lo que pone en evidencia no solo la falta de eficacia en las detenciones, sino también la escasa presencia y capacidad de las autoridades locales para enfrentar la criminalidad.
La situación de violencia en las carreteras de Guerrero se ve también reflejada en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los grupos criminales.
En 2024, Guerrero registró 36 enfrentamientos contra la Guardia Nacional y las fuerzas locales, lo que muestra el nivel de agresividad con que operan los cárteles en la región. Estos enfrentamientos, que también involucran ataques a los efectivos de seguridad, hacen patente la precariedad en la lucha contra el crimen organizado, cuyas células siguen operando con relativa libertad.
Otro factor que complica la seguridad en las carreteras de Guerrero es la limitada infraestructura y la geografía montañosa, que permite a los delincuentes emboscar a los conductores con facilidad. Las acciones de las autoridades, aunque coordinadas, siguen siendo insuficientes ante la magnitud del problema, lo que deja a las rutas de Guerrero como uno de los puntos más peligrosos para el tránsito en el país.
En la entidad había apenas un policía estatal por cada mil habitantes, por debajo de la tasa más alta registrada en Tabasco, con 2.1.
A nivel nacional, el presupuesto ejercido por las instituciones de seguridad pública estatales y la Guardia Nacional fue de 133 mil 168 millones de pesos, de los cuales dos mil 332 millones fueron para Guerrero.
Si bien las cifras de homicidios y otros delitos violentos muestran una leve reducción, las carreteras de Guerrero siguen siendo un campo de batalla entre el crimen organizado y las autoridades. Los esfuerzos de seguridad, aunque presentes, no han logrado mitigar el impacto de la criminalidad, que continúa siendo un obstáculo para el desarrollo económico y la calidad de vida de los habitantes de la entidad.
La falta de una solución integral y de un fortalecimiento de las capacidades de las fuerzas de seguridad es una de las principales barreras para lograr una disminución real y sostenible de los delitos en las vías de Guerrero.

