José Montilla/Ex presidente de la Generalitat Catalana
Regino Díaz Redondo
Barcelona.- “Créalo, así es desgraciadamente”, me dice don José Montilla, presidente de la Generalitat Catalana hasta hace cinco meses. “Europa ha perdido fuelle, le falta liderazgo y capacidad de interlocución”.
Ministro de Industria con José Luis Rodríguez Zapatero hasta 2006, nacido en Córdoba, barcelonés por adopción y socialdemócrata reconocido, Montilla tiene dos profesiones envidiables: economista y abogado.
Duro y apegado a una realidad evidente, asegura que “la Unión Europea tiene poca fuerza, se sigue discutiendo su arquitectura institucional y tenemos una fallida Constitución”.
Los varapalos sufridos, la falta de claridad en los mandos dispersos o al menos, más preocupados por los matices y el mal funcionamiento de la burocracia, nos debilitan.
A esto hay que agregar el “crecimiento de otras áreas del planeta que han llevado a Estados Unidos a prestar menos atención a sus referentes europeos y se inclina más por tratar y pactar con Asia-Pacífico y sus vecinos latinoamericanos”, algo por lo demás lógico.
Nadie, a la altura de las circunstancias
Se pregunta a quién hacemos caso. “¿Quién es el interlocutor europeo, Van Rompuy (presidente del Consejo) o Manuel Durao Barroso, titular de la Comisión Europea? Es evidente que esta división de poderes distraiga la mirada de otras potencias internacionales”. Además, la profunda crisis en que estamos inmersos desde hace casi tres años contribuye a crear desencanto hacia esta geografía secular.
En cuanto a los líderes, presidentes o jefes de Estado, que conforman la Unión Europea, “se preocupan más por sus políticas nacionales que de la global”, afirma.
En su opinión, tampoco el grupo de los siete “está a la altura de las circunstancias en el caso de los problemas surgidos en el norte de Africa y los países árabes”.
Apenas una sonrisa dibuja su rostro durante la entrevista. Es una persona extremadamente seria, adusta, con una fachada amable, pero que no oculta que para él todo en la vida tiene un valor y no se puede bromear con las cosas que nos afectan y minan.
Va más allá en sus juicios que fundamenta con detalles, explícitamente.
“Ni siquiera funciona el eje franco-alemán. No es cierto que estén de acuerdo en asuntos fundamentales. Cuando estuvieron unidos las cosas iban mejor”.
Es decir: “Merkel no es Kohl ni Sarkozy Chirac o Mitterrand”.
La gobernanza debe darse más rápidamente; no es diáfana y se pierde en asuntos superficiales sin mayor trascendencia.
Difícil es, por tanto, fortalecer la máquina que conduce a 25 vagones tan distintos en historia e idioma. De por sí la Unión Europea es una realidad que tiene que afinar su motor, dar una arregladita a su carrocería y a sus interiores.
La molestia de todos: Gran Bretaña
Se refiere —la molestia de todos— a Gran Bretaña: “Es euroescéptica; nunca adoptará el euro y sólo quiere que la comunidad sea un mercado y poca cosa más”.
Las medidas tomadas por el Reino Unido “han sido siempre tomadas con recelo por los gobiernos de ese archipiélago. Son las islas que están a la mitad del camino entre Estados Unidos y Europa”.
También “porque tienen un sector financiero que duplica en volumen al de las demás naciones del continente”.
Como siempre, “Inglaterra cree que puede perder soberanía si transige en demasiados asuntos. Para ellos, lo que diga la City es muy importante”, representa el oráculo de su política económica.
—¿Y sobre la influencia de Norteamérica en el continente?
—También tiene problemas. Pero su banquero son los chinos, ya veremos hasta cuándo. Son los que compran deuda aunque no digo que su política financiera sea incorrecta. Es una realidad y les funciona. Ha aplicado más políticas keynesianas que nosotros. Con el agregado de que pueden incrementar su masa monetaria. Tienen a un Departamento del Tesoro a su disposición que dinamiza la economía y alimenta cuando hay hambre de dinero. Mientras que aquí hay múltiples restricciones.
A todo esto se añade que las agencias calificadores mundiales manejan con cierta oscuridad las finanzas europeas. “No olvidemos que días antes de la caída de Lehmann-Brothers esta institución tenía la triple A como bandera”.
Y recalca que “el presidente Barack Obama no ha hecho nada por mejorar las cosas. No cumplió con su promesa de revisar las decisiones de esos organismos de rating ni los bonos que reciben los dirigentes bancarios” en plena crisis.
De ahí que “si bien nuestro futuro es más Europa, fortalecer nuestros contenidos, crear un nuevo escenario de globalización, precisamos de un presupuesto comunitario que hoy por hoy no es suficiente ni está totalmente bien dirigido”.
El euro y Noráfrica
La vigencia del euro sale en la charla: “Su fortaleza —expresa Montilla— perjudica nuestras exportaciones, pero naciones como Alemania lo mantienen así porque existe pavor a la inflación. El Banco Central Europeo, que aumentó los tipos de interés hasta el 1.75%, encarecerá el crédito y lesionará las economías. También puede aumentar la morosidad. Es difícil el cambio de rumbo. Ojalá venga pronto, pero es dudoso porque la Reserva Federal americana puede controlar la inflación de su país en el momento en que desee”. Ni siquiera “es posible emitir eurobonos, tan convenientes para el continente”, sostiene.
El tema de la conversación es ahora otro: Noráfrica. “Los jóvenes quieren libertad frente a unos regímenes que llevan décadas instalados en la rapiña; están en manos de unas cuantas familias que usufructúan el poder político y el económico mientras la pobreza crece”.
Pero aunque parezca mentira, “la respuesta socialdemócrata no cala en los votantes. El sistema neoliberal se ha apoderado de casi todo. La mayoría de los gobiernos europeos son de derecha porque a los socialistas les ha tocado lidiar con la crisis. No es porque esa derecha vaya a resolver los problemas, sino porque se aprovecha de las medidas antipopulares que dictan las autoridades actuales como en el caso de España”.
Considera que “el Consejo de Seguridad de la ONU está dividido. Sus integrantes no comparten las mismas ideologías”. Aunque hace poco llegaron a un acuerdo de establecer un espacio de exclusión aérea para detener los ataques de Muammar Gadafi.
—Pero, mientras tanto, la gente muere cada día en las calles y en los campos de batalla, víctima de las dictaduras, sultanatos y jeques.
—Sí, sigue muriendo como en otras partes donde tampoco se han tomado medidas globales para acabar con la guerra como es el caso de Afganistán.
Bancos ibéricos bien librados
Y sobre España: “Los bancos prestan poco, primero porque hay menos demanda, luego porque la solvencia de los que requieren préstamos no es buena debido al enorme paro que tenemos y que redujo los ingresos de los trabajadores que no pueden cumplir con sus compromisos. Consecuentemente, se redujeron los proyectos empresariales”.
Es un círculo vicioso: “No obstante, los bancos de esta parte de la península han pasado bien la prueba. Están sólidos y cumplen con su deber aunque su economía se base en que son entidades multinacionales que se alimentan, en su mayoría, de su éxito en el extranjero como en Asia y América Latina”.


