Javier García-Galiano
Por Ignacio Trejo Fuentes
Por mucho tiempo, pero sobre todo en las décadas de los cincuenta y los sesenta, la Ciudad de México fue epicentro, como en tantas cosas, de la narrativa mexicana. En los setenta se dio algo como una diáspora, y los narradores se dieron cuenta de que era posible y necesario contar lo que ocurría en provincia, en los estados, y se entregaron a esa tarea con magníficos resultados. Y recientemente, autores como Jorge Volpi, Ignacio Padilla, Adriana Díaz Enciso y Agustín Cadena se fueron a otras partes, lejos de México, para ubicar sus historias.
Lo anterior viene a cuento a propósito del nuevo libro de Javier García-Galiano, Especulaciones cabalísticas: cuatro de los siete cuentos que contiene suceden en otras latitudes.
Nacido en Perote, Veracruz, en 1963, el autor se distingue por su trashumancia vital y temática, pues lo mismo escribe de cosas ocurridas en poblaciones mexicanas de distinto talante que de metrópolis internacionales. Así, sus cuentos, novelas, crónicas o viñetas y estampas ofrecen anécdotas variopintas, casi siempre estrujantes y muy bien narradas. Su novela “de vaqueros” Almería, por ejemplo, tiene escenarios que pueden identificarse con regiones como Colima o Nayarit, en tanto Cámara húngara, también novela, se ubica sustancialmente en el estado de Hidalgo. Por su parte, Historias de caza se compone de cuentos que van del Bajío a Alemania; lo mismo sucede en La pequeña Estambul, cuyas crónicas, cuentos y breves ensayos se sostienen en el mismo sentido cosmopolita.
Y eso no resulta extraño si consideramos que Javier García-Galiano ha viajado por México y por el mundo, e incluso ha vivido en distintos países europeos, como Alemania (es traductor del alemán al español, y sabe varios idiomas), de tal modo que se mueve en distintas aguas con una naturalidad pasmosa. No es ni “nacionalista” furibundo ni “extranjerizante” rabioso; en todo caso es ambas cosas, aunque lo notable es que hace que el lector “se sienta ahí”, lo que no muchos de nuestros narradores pueden conseguir (salvo Fuentes, Pitol, Elizondo y algunos más).
Si un lector desprevenido leyera algunos de los cuentos del nuevo libro de Javier (como el que presta su título al volumen) podría creer sin ningún recelo que se deben a un escritor extranjero muy bien traducido al español: tal es la capacidad mimética de este escritor.
Especulaciones cabalísticas es una auténtica sorpresa. Y algo importante: todas las historias están relacionadas con el deporte, si bien éste es sólo magnífico pretexto para sondear en los siempre inciertos ámbitos de la condición humana. Box, futbol, alpinismo, etcétera, cobijan a seres turbulentos, víctimas del destino, rencorosos, frustrados, aunque llenos de un hálito vital indiscutible.
El nuevo libro de Javier García-Galiano, Especulaciones cabalísticas, contiene siete cuentos, de los cuales la mayoría ocurren en lugares lejanos: Islamabad, Dublín, Munich y Pekín; y sólo tres se afincan en México. Subrayo lo anterior porque si leyésemos los primeros cuatro de manera aislada y sin saber quién es el autor, creeríamos que se trata de un extranjero excelentemente traducido al español.
Y es que, como apunté al inicio de esta reseña, Javier ha sido viajero contumaz en México y en varias partes del mundo, y por haber vivido en distintas ciudades europeas las conoce muy bien, de ahí que sus escenarios y ambientes destilen autenticidad. Pero eso no es todo, debe tomarse en cuenta lo atractivo de las historias que cuenta, que están siempre ligadas al deporte.
“Consideraciones del justiciero” y el “Apéndice”, tienen que ver con árbitros de futbol; “Mal de montaña”, con el alpinismo; “Especulaciones cabalísticas” con las carreras de caballos; “Rabbit punch” con el boxeo; “Munich 1972” y “El hombre de Pekín” con distintos deportes olímpicos. Pero, ojo, no se trata de reseñas o crónicas como las que harían periodistas de cada especialidad, es decir, concentradas en los pormenores, sino que en los textos de García-Galiano esas actividades son sólo pretexto para meterse en aguas más profundas, las de la condición humana.
Por ejemplo, el cuento que da título al libro nos pone ante un hombre que, siendo niño, acompañaba a su padre al hipódromo, y en esa época se enamoró de una yegua que debió ser sacrificada al romperse las patas en una carrera: echó la culpa al jinete. Muchos años después, enquistado ya como apostador, se vuelve a aficionar a un caballo al que descubrió en los monitores de las casas de apuestas de Dublín, y se sobrecoge que el corcel participará en una carrera en Dublín, jineteado por el mismo hombre que llevara a la muerte a la yegua mencionada. ¿A quién apostarle? La resolución es impecable.
Quiero mencionar la pieza dedicada al boxeo, donde un tipo aspira a ser el mejor boxeador del mundo, pero las circunstancias no le permiten más que ser un perdedor, un pobre diablo. Su fracaso es enternecedor.
Y si bien las historias son todas atractivísimas, hay que ver con qué maestría las conduce el autor. Tiene datos y detalles precisos para justificar cada movimiento, nos lleva por calles ignotas que gracias a aquella pericia nos parecen familiares; y resuelve embrollos como si fuese un autor de literatura policiaca. Y qué decir de la elegancia del idioma en manos de Javier. No exagero si digo que este es el mejor libro de un hacedor de muy buenos libros; y no sólo eso, Especulaciones cabalísticas es uno de los mejores conjuntos de cuentos de la literatura mexicana que he leído en los últimos años, del tamaño por los hechos por Eduardo Antonio Parra, David Toscana o Enrique Serna. Quien lo lea no será decepcionado.
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Javier García-Galiano, Especulaciones cabalísticas. Mondadori, México, 2011; 113 pp.