Joaquín Pérez Sánchez

A menos de tres meses de que se realicen las elecciones presidenciales en Venezuela, la campaña electoral sube de tono entre el mandatario Hugo Chávez que busca la reelección y su principal contendiente, Henrique Capriles. Encuestas, propaganda, la enfermedad del mandatario y las fuerzas armadas, son los componentes de la “guerra electoral” que culminará el próximo 7 de octubre.

Aunque las encuestas siguen mostrando como favorito, con más del 60 por ciento de las preferencias a Chávez, el candidato de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) y sus principales aliados se muestran confiados en que la mayoría de venezolanos optará por un cambio.

El proceso electoral, hasta el momento, se lleva a cabo sin sobresaltos y el Consejo Nacional Electoral (CNE), emitirá un “acuerdo” de civilidad para que los siete candidatos presidenciales inscritos lo firmen y se comprometan a respetar los resultados.
En la campaña presidencial, Capriles, el principal candidato opositor no ha descalificado a las autoridades electorales, pero algunos de sus aliados políticos hablan de “fraude”. Por ejemplo, el ex Ministro de Defensa, Fernando Ochoa, aseguró a medios internacionales que los últimos nombramientos en el seno del ejército venezolano tienen como objetivo “reprimir la protesta nacional” que “ocurrirá el día de las elecciones” si los resultados no concuerdan con “el sentimiento nacional”.
Y es que las fuerzas armadas han sido uno de los factores en disputa en la campaña electoral. De acuerdo con el presidente Chávez, el candidato opositor usa “el engaño, la manipulación, la mentira” para tratar de dividir a la fuerza armada, en referencia a un mensaje de Capriles a la institución armada en la que se aseguraba que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ordenaba la “prohibición expresa y absoluta” para seguir cualquier programación televisiva de los canales privados de comunicación que son aliados del candidato opositor.

Chávez negó la autenticidad del documento y explicó cómo fue manipulada la información, sobre una prohibición que tenía que ver con el uso de uniformes e insignias en el personal.

En este contexto, la carrera presidencial en Venezuela parece controlada por Chávez, ya que las encuestas le dan un amplio margen, mientras que la oposición empieza a hablar muy temprano de fraude, en medio de una intensa guerra de propaganda, donde la enfermedad del mandatario sigue siendo un enigma.