Joaquín Pérez Sánchez

Poco le duró el “capital” político con que llegó al poder el presidente haitiano, Michel Martelly, tras las polémicas elecciones del año pasado. Septiembre ha sido el mes de multitudinarias manifestaciones contra el gobierno de Martelly, quien no ha podido cumplir las expectativas que generó cuando llegó al poder y ahora resurge la inestabilidad.

“Sweet Micky” como se conoce artísticamente al mandatario, enfrenta desde el 12 de septiembre pasado, una serie creciente de manifestaciones populares contra su gestión, por el alto costo de la vida, el incremento de los precios, pero sobre todo, por el incumplimiento de sus promesas electorales en materia, de salud, vivienda, empleo y alimentación.

Como se recordará, el ex cantante llegó al poder en medio de unas elecciones muy polémicas, primero porque éstas se realizaron en medio de un escenario catastrófico, con una epidemia devastadora de cólera y cuando el país aún sufría los estragos del terremoto de enero del 2010.

No obstante, la comunidad internacional y el ex presidente haitiano René Préval avalaron los comicios que se realizaron en noviembre de ese año, cuyos resultados fueron cuestionados. Martelly, quien quedó tercero en esa elección, pasó a segunda vuelta tras la renuncia del candidato oficialista y en el ballotage (20 de marzo del 2011),  le ganó a la ex primera dama Mirlande Manigat.

Ahora, la inexperiencia política y la escasa base de apoyo del mandatario, quien prometió mucho en su campaña electoral, le están cobrando la factura y las mayorías empobrecidas de Haití, vuelven a salir a las calles para protestar contra la política económica.

Las manifestaciones masivas están encabezadas por partidarios del ex presidente Jean Bertrand Aristide, quien, al igual que el ex dictador Jean Claude Duvalier, se encuentran de regreso en Haití desde el año pasado.

De esta manera, el presidente Martelly se encuentra en un escenario convulso y en este caso, los partidarios de Aristide son los que encabezan las protestas, las cuales han sido muy vigiladas por la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití.

Las protestas no sólo se han llevado a cabo en Puerto Príncipe, la capital haitiana, sino también en otras localidades del país, por lo que se espera que la inestabilidad política se incremente en el país más pobre del hemisferio.