México, Colombia y Chile, la Alianza del Pacífico

Joaquín Pérez Sánchez

México, Colombia, Chile y Perú convergen y suscriben una Alianza del Pacífico que en los hechos se convierte en la competencia del bloque económico que encabeza Brasil en el Mercado Común del Sur (Mercosur). En la puja económica, trasluce la sombra estadounidense.

El pasado 28 de abril, en Lima, Perú, los presidentes de México, Colombia, Chile y el país anfitrión, suscribieron la “Declaración de Lima” que formaliza la creación de una “alianza de integración profunda” que, según los mandatarios, alentará el crecimiento económico, el “desarrollo y la competitividad”.

De acuerdo con los impulsores, la iniciativa generará la zona comercial más grande de América Latina, incluso mayor que el Mercosur, ya que, aseguraron, estos países y próximamente Panamá, representan el 55 por ciento de las exportaciones  latinoamericanas, ya que las transacciones comerciales de estos países, sumarían más de 800 mil millones de dólares, mientras que  los países del mercado del sur alcanzan 543 mil millones.

En lo económico, los países de la Alianza tienen algunos elementos en común, como es su clara tendencia (dependencia) comercial hacia Estados Unidos que es el país que más les exporta, además de la fuerte influencia del narcotráfico que también tiene como mayor mercado al estadounidense.

Llama la atención que México, que en los hechos se había olvidado de América Latina, pero que es el país de la Alianza que más empresas trasnacionales tiene, ahora se una a los tres países del Sur que se han negado a integrarse en los procesos que encabezan las otras naciones de la región.

Para muchos analistas, México y sus empresas trasnacionales, así como las que representan intereses de capitales estadounidenses aprovecharán la infraestructura bursátil integrada que tienen Colombia, Perú y Chile a través del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA) con lo cual el bloque podrá convertirse en un importante eslabón en la importación y exportación de capitales.

El escenario parece ideal para contraponerse al Mercosur, pero la debilidad económica estadounidense y la inestabilidad política en México y Perú, son dos elementos que pueden dar al traste con esta iniciativa.

Perú se encuentra en un escenario de disputa con la posibilidad de que el próximo presidente sea Ollanta Humala, a quien todo mundo identifica como más cercano al grupo latinoamericano que encabeza Brasil. México por su parte, está imerso en una vorágine de sangre en una presunta “guerra” contra el narcotráfico que podría generar la debacle del actual gobierno y por lo tanto poner en entredicho los acuerdos que ahora suscribe.

Como sea la Alianza del Pacífico se constituye como un contrapeso al Mercosur, pero falta ver si éste logra cuajar o se desinfla. La economía estadounidense será el verdadero termómetro de sus posibilidades.