Joaquín Pérez Sánchez
Apenas se inicia el año y la llamada “marea blanca” inunda las calles madrileñas en busca de detener la privatización de la salud que es impuesta por el gobernante Partido Popular (PP). El sistema sanitario español, considerado uno de los mejores en Europa, está siendo desmantelado poco a poco, siguiendo la tendencia neoliberal de privatización.
En 1999 el PP implementó el llamado modelo Alzira, en la población valenciana del mismo nombre, el cual “concesionó” a la iniciativa privada la administración del Hospital Universitario de la Ribera. Este fue el inicio de un proceso progresivo de desmantelamiento del sistema público de salud, bajo los argumentos de que la gestión privada es más eficiente y reduce los costos.
En la actualidad el modelo se ha incrementado, sobre todo en Valencia, pero desde el 2012 el PP busca que otras provincias lo lleven a cabo, incluida la capital española, Madrid, donde la resistencia de los trabajadores de la salud ha sido más fuerte.
Desde noviembre del año pasado, la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (Afem) ha mantenido una ola de protestas (marchas, plantones, huelgas) que ha ido sumando apoyo en la población madrileña, buscando detener la privatización de 6 hospitales y 27 centros de salud en esta capital.
Sin embargo, las crecientes protestas no fueron escuchadas por el gobierno local, que a finales del 2012 y aprovechando la mayoría absoluta del PP en la Asamblea de Madrid, aprobó la ley que permite la privatización de la sanidad.
Esta imposición ha modificado la estrategia de los profesionales de la salud que se oponen al modelo Alzira, pero no los ha hecho desistir, por el contrario, ahora que se inició este nuevo año, inundaron de nuevo las calles madrileñas, con más apoyo de la población.
En tanto, poco a poco se ha ido conociendo la “realidad” de la gestión privada, en algunos de los hospitales concesionados, por ejemplo, el costo por paciente ha aumentado, la rendición de cuentas es “opaca” y hasta el momento sólo se ha favorecido a dos empresas. En síntesis, en 13 años de embate contra la salud pública, la iniciativa privada no ha sido mejor, pero eso sí algunos “accionistas” se han enriquecido con la salud.
El gobierno del PP parece decidido a llevar a cabo su plan privatizador, pese a la mayoría que se manifiesta en las calles y que sigue sumando simpatías. Por lo pronto, los trabajadores de la salud anunciaron que continuaran las protestas, en el marco de una prolongada crisis general que se manifiesta en el incremento del desempleo y la carestía. Nada indica que el escenario podrá cambiar en el corto plazo y la salud seguirá siendo un componente explosivo de la realidad española.