Fue durante varios años y no lo declaró a Hacienda

Regino Díaz Redondo

Madrid.- Hemos llegado a un límite de enajenación política que el retorno se antoja imposible, absurdo e inalcanzable.

Por fin, el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, ha hecho una serie de revelaciones que crean una grave crisis de gobierno, en la que están involucrados desde Mariano Rajoy a la mayoría de los más importantes funcionarios del Partido Popular. Todos son acusados de recibir dinero negro en sobres durante varios años y no lo declararon a Hacienda.

Se reproducen documentos manuscritos del presunto defraudador de 22 millones de euros en los que apuntaba nombre y apellidos también de María Dolores de Cospedal, Ángel Acebes, Javier Arenas, Francisco Álvarez Cascos, Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja, exministros durante la época de José María Aznar.

El asunto alcanza en estos momentos el cénit de la corrupción y la política nacional afecta igualmente a empresarios, banqueros, presidentes de instituciones de beneficencia.

Incendio financiero

Los medios de comunicación exhiben en sus primeras planas abultadas cantidades de dinero que recibían estos señores y que oscilan entre las 15 mil y los 300 mil euros al año durante varios años.

La revuelta social es de una gravedad insólita y podría acabar con la renuncia o el encarcelamiento de un sinnúmero de personajes que, hasta hace unos días, se declaraban castos y honrados en el manejo de la cosa pública.

El incendio financiero se extiende por todas las esferas de los poderes legislativo y judicial. No se salvan exdirigentes de Bankia y Caixa Galicia.

La evidencia no los inhibe y continúan gritando su inocencia y que emprenderán acciones en contra de los que “nos acusan sin razón”. Epítetos descalificativos a los que denuncian no hacen más que festinar el banquete de robos y sobornos.

Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del Partido Socialista Obrero Español, pide con urgencia y reiterativamente la renuncia de Rajoy y de los involucrados en estos intolerables actos.

La sociedad europea se conmueve y escandaliza, y Bruselas debe iniciar una investigación a fondo porque una gran parte del efectivo que recibieron proviene de las arcas de la Unión Europea y constituye, además, un fraude contra los intereses del resto del continente.

Es el caso de corrupción más alto que aflora desde se reinstauró la democracia en España, y aumentan las sospechas contra más miembros de la casa real.

Los desmanes están relacionados con la trama Gürtel y los sobres que se repartieron datan de 2002 en que Rajoy era vicesecretario general del Partido Popular y Aznar presidente del Gobierno.

El cinismo ya no tapa las arbitrariedades que se están cometiendo y el estallido se vislumbra sin que nadie pueda impedirlo.

El resultado de tal podredumbre debe ser quitar de enmedio a cuanto prevaricador o presunto chantajista disminuya la imagen nacional. Es necesario, cuando menos, sobrevivir, evitar el disgusto y los vómitos.

Pero el asunto no termina. Se siguen abriendo cloacas, aparecen testigos de los fraudes y aún no hay nadie entre rejas. Es inconcebible, insoportable. Nos pegan y nos callamos; nos roban y reímos, nos insultan y agachamos la cabeza.

Han surgido multimillonarios producto de la inmoralidad y de la colusión político-financiera del país.

Están a punto de alcanzar el triunfo o la inhabilitación para siempre. Removemos las raíces de lo putrefacto o fallecemos sin remedio.

Esperanza Aguirre, la garganta profunda

El trapicheo y el mal olor se juntan con el engaño y la soberbia; los intereses creados avasallan el devenir público y ennegrecen el futuro de los españoles.

El Barcenagate está ganando la carrera a la trama Gürtel y a don Iñaki. Sin embargo, nadie puede librarse de ir a juicio y responder de los  malos manejos realizados durante tanto tiempo.

Durante las verborreas acusatoria y defensora se ha llegado a mencionar que la garganta profunda del caso es la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, caso que no ha podido ser demostrado.

Los datos proporcionados cotidianamente por algunos medios de información dosifican y alteran los nervios de cuanto individuo conserva un poco de sentido común y otro tanto de dignidad.

No contentos con denostar a la mayoría de los españoles que viven a duras penas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y Bruselas tienen personal instalado en España para revisar si las cuentas que el Banco Central emite son o no ciertas. De salida, comportarse de tal manera demuestra la absoluta falta de confianza en las instituciones por parte de la troika. Estamos en un camino minado y España se ha convertido en territorio de nadie desde el extranjero manejada por agentes multinacionales que desean mayores recortes, ajustes, reducción de salarios y de nivel de vida.

Para Olli-Rehn, comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea, esta nación debe aplicar más austeridad en el manejo de su capital y de bienes y servicios porque “es la única manera de conseguir el despegue a mediano plazo.

Colateralmente, se mueven personajes relacionados con la Zarzuela;  las comunidades autónomas contribuyen a aumentar el desasosiego, incrementan sus déficits, piden dinero para justificar su impunidad e ineficiencia y la incertidumbre orilla a la desconfianza.

Los líderes obreros (Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras) se han convertido en representantes de una entelequia creada por ellos mismos y no se atreven a cuestionar en forma explícita los malos negocios y el asalto al trabajador y los empleados de todo nivel.

En la calle la gente solicita con claridad que se haga una limpia completa, ordenada, segura, factible y creíble de cuántos están involucrados en estas redes ilegales.

El abuso es un grotesco vehículo de contaminación que recorre todos y cada uno de los rincones del país destrozando cualquier intento de rehabilitación honesta.

Hay que hacer hincapié en que, pese a la negritud del panorama, el fiscal general de Estado, Eduardo Torres Dulce, está comportándose de forma imparcial y ha autorizado a los jueces para que investiguen los negros-euros recibidos por los transgresores del respeto a la ciudadanía.

El cordón umbilical de la duda y el despropósito parte del ombligo de Rajoy y termina en el más oscuro, quizá el menos responsable de los alcaldes, de los pueblos que están siendo abandonados en perjuicio de nuestra historia y de los pocos ingresos que obtenemos por el turismo.

 

Enésima (e inútil) reunión Rajoy-Merkel

A la sombra se mueven importantes partidarios de la abdicación de don Juan Carlos en Felipe VI, aunque ese personaje tampoco les satisface mucho. Hay quiénes avanzan aún más y consideran que la monarquía es una forma de gobierno, aunque sea parlamentaria, anacrónica y ya insostenible.

El último imputado, dentro del ámbito de su majestad, es Carlos García Revenga, secretario personal de las dos infantas, quien declarará el mismo día que el esposo de doña Cristina, sobre el asunto de Noós.

Durante 10 días, los presuntos acusados de obtener dinero mal habido, se lavan las manos y anuncian, en forma rimbombante, que se está haciendo una auditoría interna y que, posteriormente, se autorizará otra externa.

¿Es que un imputado puede autoanalizar su conducta personal y pública con tal desfachatez?

¿Es que son creíbles las declaraciones de quienes arriman el ascua a su sardina, reciben sueldos por varias partes, unos blancos y otros más oscuros, y cierran hospitales de emergencia como en Castilla la Mancha?

¿Es que alguien puede creer a Dolores de Cospedal, presidenta de esa comunidad, quien no falta un solo día a su cita con la prensa y repite, puntos y comas, lo dicho el día anterior?

Y de los Eres de Andalucía, ¿qué se dice?

Del aeropuerto que costó 450 millones de euros y que no ha sido utilizado por quien lo construyó ilegalmente Carlos Fabra Carreras, ¿qué noticias tenemos?

Para no perder la costumbre, mencionaré que Rajoy acaba de entrevistarse con la canciller Ángela Merkel en Berlín, en una “cumbre hispano-germana” que no llegó, como siempre, a ningún resultado práctico, puesto que no se le toma en cuenta en sus continuas peticiones de ayuda y se niega por órdenes de la teutona a pedir un segundo rescate que iría a parar, pocos lo dudan, a los bancos que han defraudado al pueblo.