Libertad de enseñanza del XIX al XXI
Cuando escribo conservador no hago eco de lo que apunta el presidente López Obrador, que conservador es todo aquel que no comulga con su proyecto de la Cuarta Transformación.
Cuando escribo conservador no hago eco de lo que apunta el presidente López Obrador, que conservador es todo aquel que no comulga con su proyecto de la Cuarta Transformación.
La redacción es ambigua. Que propiedades de particulares formen parte del sistema educativo nacional abre la puerta a que algún gobernante gandalla quiera confiscar o al menos disponer de un patrimonio que no es bien público.
Durante los años de la educación socialista, cuya retórica de lucha de clases no daba para la armonía, pero a partir de los 1940, el rito del Día del Maestro agarró prosapia popular, mientras que en el discurso oficial se hablaba de apostolado.
Me temo que con la política de favorecer a las facciones sindicales —incluso privilegiar a la CNTE— a la conclusión de este gobierno (quizás antes si hay crisis económica) habrá otro intento de overhaul.
Al comienzo del gobierno del presidente López Obrador, las conferencias de cada día le ganaron aprobación popular, pero cuando la oratoria no se engarza con la entrega de resultados, su figura se debilita.
Se comenta mucho que el coronavirus acarrea el riego de una crisis económica; de hecho, la recesión está presente; no habrá crecimiento en 2020 y tal vez ni unos años por venir.
Los cabecillas de la coordinadora acudieron al Palacio Nacional con ropa de combate. ¡Nada de pedir, exigir! No les basta lo que han logrado, ahora quieren mil 200 millones de pesos, casi tres mil plazas nuevas, más de 32 mil basificaciones (nada más en Michoacán).
Hoy, sus amigos de Michoacán, comienzan a aguar la fiesta. Están de pleito no contra los charros, sino entre camaradas que defienden la misma causa, o al menos eso dicen.
De acuerdo con diversos documentos que describen a la Nueva Escuela Mexicana, los docentes deben poner atención al origen étnico de los estudiantes, ser sensibles a cultura y cuestiones de género y promover tolerancia y cohesión social.
El corporativismo sindical mexicano forjó prácticas corruptas al amparo del régimen de la Revolución mexicana. Instituyó reglas rígidas y verticales donde el liderazgo decidía por los agremiados, monopolizaba su representación y dominaba.
En Estados Unidos grandes empresarios deducen impuestos y hacen negocios, pero en México extraen rentas del Estado y, además, cazan prestigio.
Por diseño y perspectiva, el gobierno de Salinas permitió que el SNTE continuara vigente como una organización corporativa, centralista y gobernada por la camarilla con la que había firmado el Acuerdo.
El debate seguirá, la CNTE continuará con sus marchas, las otras facciones comenzarán a cosechar frutos.
La Nueva escuela mexicana comienza rápido, pero con tropiezos. No ofende al profesorado con palabras –al contrario, lo elogia– pero con el presupuesto sí.
La que promueve AMLO también se parece a las de Salinas de Gortari y Peña Nieto en la realización de consultas.
A lo largo de varios sexenios, los cambios que se han instrumentado en la política educativa del Estado mexicano apenas si han tocado el poder del SNTE y sus efectos en este ámbito.
Un gobierno personalista tendrá efectos en la educación, en particular por la manera en que se están aplicando los cambios para introducir una Nueva Escuela Mexicana.
Habrá que esperar a ver si la Cartilla moral surte el efecto deseado y ayuda a abatir la corrupción, aún a pesar del manejo propagandístico que se la ha querido dar.
En el tema educativo, el presidente López Obrador busca jugar con símbolos ante los que responden los actores en esto, como es el caso del sindicato y la CNTE.
La reciente Reforma Educativa hay que revisarla en función de los beneficiarios que tuvo, aunque los indicios apuntan a que fue el SNTE uno de ellos.