Incongruencias imperiales: El narco en EU
La incongruencia del gobierno estadounidense radica en la permisividad del tráfico y consumo de drogas dentro de su territorio alegando derechos.
La incongruencia del gobierno estadounidense radica en la permisividad del tráfico y consumo de drogas dentro de su territorio alegando derechos.
La decisión de crear una división entre tareas político-institucionales y actividades militares-operativas estaría llevando a una adecuación todavía pendiente de la doctrina de defensa nacional.
La demanda de México en una corte de Boston contra las empresas productoras de armas de fuego en Estados Unidos representa también un enorme desafío para la estrategia mexicana de seguridad interior.
A pesar de encuentros personales y vía internet, la administración estadunidense Biden-Harris ha decidido seguir su propio camino en la región latinoamericana
La configuración educativa de los liderazgos criminales no sólo es menor a la educación media baja nacional, sino que está determinada por el uso de la violencia como instrumento de dominación.
La falta de respuesta organizada e integral del Estado ante las diferentes organizaciones que usan las armas en contra de la estabilidad de los gobiernos y los Estados provoca vacíos de autoridad que son aprovechados.
El concepto de crimen organizado trasnacional permite al Gobierno de Estados Unidos realizar operaciones de seguridad contra grupos criminales en sus países de origen.
Pero el problema no radica en la Guardia Nacional, sino que este organismo fue creado al margen de la estrategia de construcción de la paz basada en el fin de la persecución de capos y cárteles.
El tema de la OTAN va a ser vital para el entendimiento de los enfoques que se requieren en el análisis de las definiciones gubernamentales de la administración estadounidense actual, aunque válidas para revisar planteamientos anteriores.
Ahora se sabe que el crimen organizado no tiene el 35 por ciento del control de la República, sino que su presencia es mucho mayor en todo el país.
La visita de la vicepresidenta Harris fue considerada o acreditada como visita oficial no en el protocolo de visita de Estado. Sin embargo, aún en una visita oficial existen mecanismos, fórmulas y protocolos que deben cumplirse.
Hace mucho el comunismo, hasta hace poco el terrorismo y desde ahora con Biden la corrupción son los temas de interés estadunidense sobre el mundo, pero para sus intereses nacionales.
Es amplia la lista de intelectuales, políticos, empresarios y ahora prensa extranjera –es la lógica del texto de The Economist sobre “El falso Mesías”– que hoy están pidiendo que el presidente Joseph Biden salve a México de las garras del populismo.
El activismo creciente de los grupos criminales es una prueba de que la estrategia de construcción de la paz tiene sus limitaciones operativas. Hasta ahora no se han sabido explicar los datos de no persecución de delincuentes y aumento de delitos.
El problema no radica en el manejo de opiniones extremas. Las reflexiones estratégicas lo permiten. Lo malo se tiene cuando el método de análisis se sustenta en conclusiones y a lo largo de la investigación no existe un método analítico.
En medio de las evaluaciones oficialistas y de relleno, lo que quedó claro en esos dos encuentros fue que ninguno de los dos presidentes tiene una verdadero enfoque estratégico y línea de acción correspondiente para sí y con el otro.
El punto clave sigue esperando debate: ¿es México un régimen militar? La respuesta es negativa, por más que el presidente actual le haya asignado funciones ajenas al uso de las armas, pero en base a la permisividad legal.
El asunto tiene muchas aristas, pero la más importante se localiza en que EE. UU. es un asunto de seguridad nacional de México y de nacionalismo en sus diferentes grados.
Biden quiere asumir el control del mundo, pero no puede resolver el problema de la migración ilegal hacia su país ni tampoco sabe cómo deshacer a los cárteles del crimen organizado.
Mientras el gobierno de EE. UU. no combata en serio dentro de su país a cárteles, bandas y consumidores locales, la droga seguirá llegando de México o de cualquier parte del mundo y aumentará su producción local.