Entendimiento de seguridad
Basta recordar el Plan Mérida, que bajo el discurso de la cooperación terminó por introducir esquemas de control estadounidense sobre la estrategia de seguridad mexicana.
Basta recordar el Plan Mérida, que bajo el discurso de la cooperación terminó por introducir esquemas de control estadounidense sobre la estrategia de seguridad mexicana.
El problema radica en los márgenes del poder: gobernadores, legisladores, congresos estatales y políticos que, escudados en banderas legítimas como la lucha contra la violencia hacia las mujeres, han intentado usar la ley para amordazar a periodistas incómodos.
La incorporación de diputados plurinominales —también conocidos como de representación proporcional— ha sido una conquista democrática, no un privilegio partidista.
La preparación incluyó entrenamiento militar en un rancho en Chalco, Estado de México; adquisición de armas y la famosa compra del Granma, desde donde partirían a hacer historia.
Y, sobre todo, ¿cuántos fueron asesinados en ese lugar? Porque en esta historia, la justicia mexicana ha reconocido apenas tres homicidios, cuando los hallazgos apuntan a una tragedia de dimensiones mayores.
Tras la derrota contundente en las elecciones presidenciales de 2018, cabía esperar una reacción política de fondo: una revisión crítica de sus errores, una refundación ideológica, una apertura a nuevas voces y liderazgos…
La respuesta honesta, en estos momentos, es: no lo sabemos. Y no es evasión. Es una respuesta sensata y prudente. La democracia, como se ha repetido hasta el cansancio, no es una varita mágica.
Mientras las familias rastrean fosas clandestinas con sus propias manos, el gobernador prefiere presentar camionetas de acero inoxidable como solución al caos. Como si la violencia estructural pudiera enfrentarse con una vitrina de lujo automotriz.
Esta política no solo es ineficaz, sino profundamente regresiva: criminaliza expresiones culturales sin incidir en las causas reales de la violencia y termina lesionando derechos fundamentales como la libertad de expresión.
Las calles de Tepito, La Lagunilla, San Juan de Dios, los tianguis fronterizos, los mercados sobre ruedas, las redes digitales de reventa, son el reflejo vivo de una sociedad en donde la sobrevivencia diaria se impone…
La cultura de la violencia no se combate censurando canciones, ni cambiando letras, ni persiguiendo músicos. Se combate enfrentando a quienes generan la violencia real: los grupos delictivos…
Hay legisladores y funcionarios que, tras haber votado y celebrado las reglas del juego, hoy se lamentan de sus propias decisiones. Alegan que es excesiva la restricción impuesta a los aspirantes a jueces, magistrados y ministros…
El listado de irregularidades es alarmante. No se realizó un rastreo de indicios, no se procesaron los vehículos encontrados, no se inspeccionó adecuadamente el terreno, no se levantaron huellas dactilares…
¿Quiénes conforman esta derecha radical y cuál es su agenda? No debe confundirse con la extrema derecha, que recurre a la violencia, ni con la tradicional derecha y centro derecha que por décadas dominó el Partido Republicano.
No porque sus canciones tuvieran la grandilocuencia de un himno ranchero, sino porque su música se convirtió en el refugio de las que sufrían en silencio.
Nuestra Constitución es un Frankenstein jurídico. En un mismo texto, que parece más bien un compendio, existen en algunos artículos preceptos generales, en otros leyes reglamentarias, e incluso, como ocurre en materia electoral, prácticamente contiene un manual de funcionamiento.
Al contrario, la clave está en la estrategia, en manejar las relaciones bilaterales con cabeza fría y sin ceder ante provocaciones que podrían desestabilizar a México económica y políticamente.
La entrada de Estados Unidos a la guerra inclinó la balanza a favor de los aliados. Si la caída de Berlín se hubiera retrasado unos meses, la bomba atómica habría estallado en suelo alemán y no en Japón.
La transición democrática que comenzó en 1988 y culminó en 2018 fue posible gracias a un acuerdo implícito entre PRI, PAN y PRD, que permitió la alternancia política en un marco de estabilidad.
¿Para qué casarse en el MUNAL y, sobre todo, mentir y tratar de engañar al respetable cuando el amor y el dinero no pueden ocultarse, menos en los tiempos de las redes sociales?