Emilio L.
L. es indefendible y está haciendo lo que casi cualquiera en su posición haría, intenta negociar un poco de caridad pública a cambio de poder vivir algo de su vida, si es que a lo que le sigue, se le podrá llamar “vida”.
L. es indefendible y está haciendo lo que casi cualquiera en su posición haría, intenta negociar un poco de caridad pública a cambio de poder vivir algo de su vida, si es que a lo que le sigue, se le podrá llamar “vida”.
Hasta hace unos días era un convencido de considerar la posibilidad de replantear la fecha de la elección, lo cual obligaría al estado mexicano a tomar decisiones poco convencionales para cubrir los espacios políticos que quedarían acéfalos.
La desafortunada intervención de John Ackerman, acusado por actos de corrupción y las imprudentes declaraciones del jefe del ejecutivo, han lastimado la confianza de la ciudadanía.
La historia con Donald Trump, ha sido complicada por decir lo menos, cuando candidato exaltó el nacionalismo norteamericano, el sentimiento anti inmigrante, xenofobia y racismo, nada nuevo.
Este hombre decidió en un arranque de furia, desconocer la elección, acampar en Avenida Reforma por más de noventa días, enviar grupos de choque a centros comerciales en zonas acomodadas, salir a linchar al ex presidente del IFE.
El transfugismo es un deporte de contacto y de alta peligrosidad, implica como ya se leyó antes, cambiar de un día para otro de modos políticos, de proyecto, incluso de posición personal ante algunos problemas.
Toda candidatura se gana en un pacto entre élites políticas, que ésta triunfe depende de que este pacto se mantenga y los ciudadanos que cuidan sus intereses estén dispuestos a otorgar su voto.
Por alguna extraña razón, a la ciudadanía se le olvida que fueron ellos, que fuimos todos, los que en 2018 decidimos a quién apoyar para Ejecutivo Federal, y a quien retirarle la confianza.
López Obrador, quien fue un muy consistente candidato presidencial, nunca nos ha engañado, matiza el título de sus proyectos que van desde la república amorosa, el México en donde se piense primero en los pobres.
El presidente decidió darnos un repaso de lo mismo, aderezado con una salsa de lo mismo, en un bello plato adornado con lo mismo; no hubo plan, no hubo propuestas, no hubo empatía y mucho menos hubo un mejor trato al contribuyente.
Ni duda cabe que al presidente López no sólo le falla la empatía, sino que desde hace meses se ha quedado sin reflejos políticos, seguramente después de tanta brega por el desierto.
En algo tienen razón, tanto Vicente Fox como el Presidente supieron conectar emocionalmente con el votante, lo emocionaron, le dieron esperanza, generaron una idea y un deseo de cambio
El presidente y su partido decidieron que pasarán a mejor vida los programas para la inclusión y la equidad educativa de la Secretaría de Educación Pública, también el programa de estancias infantiles.
¿Es facultad del Consejero Presidente proponer a quien él quiera para ocupar dicho espacio? Si ¿La ley se lo permite, le otorga ese poder? Sí, sin duda alguna.
Por extraño que parezca, la libertad no solo impacta en el derecho de hacer y decir lo que se venga en gana, sino también en saber, en conocer y enterarse de casi cualquier aspecto de la vida pública.
La violencia y la inseguridad, desafortunadamente las hemos normalizado, hemos aprendido a vivir con ellas, y por más que se ha intentado disminuir su incidencia no se ha logrado.
La balcanización morenista no arroja certidumbre, un día se les antoja una solución estalinista, otro día piensan en un Estado neoliberal, otras más sueñan con la horrorosa revolución cubana.
¿Por qué apostar por el laicismo? Porque es la fina línea entre el libre ejercicio de la fe y el reconocimiento del otro en un contexto de sana neutralidad, tarea difícil pero no imposible.
La ciudadanía que no conoce el INE no alcanza a observar la magnitud del trabajo que hace el instituto, las tareas son diarias, permanentes, complicadas y en algunos temas muy sofisticadas
Defender al INE se ha convertido en un deporte de alto riesgo, permea el discurso de odio disfrazado de austeridad y todavía un buen número de ciudadanos creen que destruir esta gran institución es lo correcto, están tan equivocados.