El crítico ideal de Juan José Arreola
La comunicación en todas sus vertientes se transforma con una velocidad inimaginable hace tres décadas. La sofisticación de la tecnología, en particular la Internet, ha provocado la ruptura radical o el desvanecimiento acelerado de muchos de los procesos en diversas disciplinas científicas y humanísticas. Se repite, por ejemplo, que desaparecerá la crítica literaria que da cuenta de obras de ficción, de no ficción o de disciplinas afines, que será arrasada por los intereses pecuniarios de los medios masivos de comunicación. Habrá que añadir la sobreinformación que ahora producen los blogs y las redes sociales; asimismo, ahora se puede publicar con mayor facilidad no sólo en medios digitales, sino por ediciones impresas bajo demanda. Este último hecho permite que de un mes a otro, de un año a otro, casi quien se lo desee puede publicar y, por extensión, convertirse en escritor. Estas aseveraciones son tan relativas que pueden asentarse en el terreno de equívocos cuando no de las falsedades.


