Calasso nos reconcilia con el editor
El editor ha sido tradicionalmente el personaje más importante como mediador entre el autor y los lectores.
El editor ha sido tradicionalmente el personaje más importante como mediador entre el autor y los lectores.
Porfirio Díaz es uno de los personajes más importantes e influyentes en dos tercios del siglo XIX y los primeros tres lustros del siglo XX en nuestra historia; y desde un horizonte más amplio es una presencia en nuestra historia, aun, un siglo después de su fallecimiento. Originario de Oaxaca, nació el 15 de septiembre de 1830 en la antigua provincia de Antequera y murió en el exilio, en París, el 2 de julio de 1915.
Se habla con reiteración de la presencia de la autobiografía en todo texto de ficción, aunque paradójicamente, atisbar en la vida de un escritor y reunir elementos, aunque sean tangenciales, para dar cuenta de su obra, en una práctica apreciada por los investigadores, se le considera elemental y impresionista, ilegítimo y falso elemento argumentativo para el análisis literario.
La delimitación del tiempo es una de las necesidades que puede verse también como una obsesión encubierta en norma con un sinfín de vertientes que son medios fundamentales del orden, la ley, la economía, la producción, la explotación, las ganancias.
La fotografía, escribió Roland Barthes en Cámera lúcida, está atormentada por el fantasma de la pintura: “la fotografía ha hecho de la pintura, a través de sus copias y de sus contestaciones, la referencia absoluta paternal, como si hubiese nacido del cuadro”, pero añade que no le parece que sea a través de la pintura como la fotografía vincule con el arte; es con el teatro.
Balthus, cuyo nombre completo fue Balthasar Klossowski de Rola (1908-2001), personifica en su pintura una estética del sosiego a partir de la sencillez llevada al decantamiento que se consuma con trazos figurativos por completo realistas, escenas domésticas, púberes con miradas del extravío a la fijeza obnubilada.
Rusia es el país, entre 247, con más extensión territorial en el mundo: más de 17 millones de kilómetros cuadrados.
La arquitectura es una disciplina vinculada íntimamente con la existencia, la vida gregaria, el hábitat, la vida cotidiana… La construcción de un edificio, aún más, su apariencia, refleja formas de concebir el mundo, de organizar y distribuir los espacios, del vínculo de la luz y la naturaleza con la domesticidad en todas su implicaciones.
Ahora más que nunca estamos expuestos a la lectura. Todos: los lectores ilustrados, cuyas labores cotidianas, profesionales, se relacionan con textos de distintos tipos y extensiones; aquellos que viven un proceso de escolarización y deben leer por obligación materiales relacionados con las asignaturas que toman, y aquellos lectores que leen en Internet por curiosidad, rutina, necesidad o adicción, decenas de textos cada días, casi todos breves y fragmentarios, que van dese las noticias de actualidad hasta aquella información que con frecuencia no tiene mayor relevancia, pero que se vuelve “viral” (es significativo el calificativo, una suerte de metáfora de la enfermedad), es decir se extienden como un virus incontenible en los espacios de los insondables laberintos, llamados redes sociales.
La idea que de la literatura mexicana puede tener ahora un lector no especializado, asiduo o —incluso— mínimamente enterado, es muy ambigua cuando no rarificada: un gran acervo inmanejable no sólo por su volumen sino por la imposibilidad de situar a sus autores, los géneros y los títulos en el tiempo y el contexto en que se leen, se comparan se interrelacionan y se comparan dentro de las distintas genealogías que se han configurado de las nuestras letras.
Los vínculos entre distintas disciplinas creativas suelen estar convocados por el azar, la circunstancialidad y la búsqueda desde la interioridad del creador que se topa de manera ineludible con un dique que se puede convertir en manantial aunque en su decurso inicial aparezca como un proceloso camino más cercano del espesor paralizante que del flujo translucido.
El reconocimiento de un autor, se ha repetido, se basa en la decantación de su obra y en sus aportes al género, y de manera más amplia, a las letras en su ámbito que alcanzará al selecto grupo de afortunados que integran la República de las Letras
La prensa cultural forma parte del pulso, las aspiraciones, las proclividades y contradicciones de una sociedad. Hace cuatro décadas este aserto habría sido una grandilocuencia más cercana a la frivolidad que a la autocrítica.
El centenario del nacimiento de Octavio Paz en 2014, generó —además de la republicación de su obra (FCE)— una bibliografía útil para acercarse a una figura tan compleja como central en la cultura mexicana del siglo XX. Polemista y polémico, Paz ha provocado consensos tan rotundos en el elogio como en la crítica áspera —rechazo, incluso, a su poder supremo en nuestra empobrecida república de las letras—; ha sido con mucho más comentado que leído, de la pontificación a la denostación.
La ciudad de México es una constante pendular en la vida y en la obra de Juan Rulfo (1917-1986). Poco después de llegar a la capital, en 1935, permaneció unas semanas en el Colegio Militar. Desertó: la milicia no era su vocación. Ingresó en la Secretaría de Gobernación en 1936 al Departamento de Migración, conoció al escritor Efrén Hernández (1904-1958), lector de sus primeros textos; se ha dicho con un sesgo de leyenda que sacó varios textos del cesto de la basura, como “La cuesta de las comadres”.
El estilo decantado hasta la filigrana en el fraseo y la sonoridad, sobre todo en los textos breves, fluye con firme agilidad.
La cultura canadiense posee una riqueza apenas conocida; Canadá pertenece —como México— a “Norteamérica”, aunque ahora es natural que se nombre así a Estados Unidos de América, incluso se puede escuchar que así la denominan altos funcionarios latinoamericanos, sin excluir a primeros mandatarios.
Esta novedad literaria es un motivo para la relectura de un clásico de la literatura inglesa del siglo XX.
Una de las prácticas más populares del mundo contemporáneo son los autorretratos (selfies) gracias a los blogs, las redes sociales; con los autorretratos, en natural se quiere atraer la atención, exaltar —de manera genuina, superficial o ficticia— la autoestima, así como autoelogiar méritos, viajes y hechos atrevidos; aunque también puede ser parte de una información, aun, documental. Sobre todo ahora los selfies dan parte del ocio en que el Yo lucha por abandonar el anonimato, ante la conciencia de la fugacidad de connotación.
La existencia de José Revueltas (1914-1976) se debatió entre la militancia política, las contradicciones de la izquierda, el abandono del México rural y las transformaciones de Estado en el camino a la modernización que tantos augurios provocó y endilgó la retórica del discurso político en su momento; un desarrollo, siempre, sin terminar de arrancar y, en el mejor de los casos, sin fructificar en la permanencia y solidez de los medios de producción y el crecimiento de la economía mexicana que alcanzaría un “desarrollo estabilizador” que muy pronto se fracturo y se fragmento.