Un poeta músico

La música ha atraído irremisiblemente (sin remedio, sería más apropiado decir) a ciertos poetas; quizás a los que han gozado de un oído más acusado, no tanto para el uso de las reglas de la métrica y la rima —que no es cosa fácil, y que los repentistas de Veracruz lo dominan—, sino a quienes han hecho de la prosodia —dícese del arte de la pronunciación y sonoridad de las palabras, esto es de su musicalidad— un estilo de vida. Como el flagrante caso de Fray Luis de León. Ningún tópico tan acentuado como el suyo para ejemplificar el de las palabras cantadas.