“Quién te ha visto y quién te ve, sombra de lo que eras”
Un desamparo, Miguel Hernández extinto en plenitud deja esta generación con una poesía excelsa que aquellos críticos literarios reverenciaban, ejemplo Elegía a Ramón: “No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuros y siento más tu muerte que mi vida”.


