Una tarde de 1967…
Es una gran novela española, escrita en francés, por un talentoso conde polaco.
Es una gran novela española, escrita en francés, por un talentoso conde polaco.
La obra plástica de Jorge Perezvega, desde que lo conocí en los lejanos años sesenta, ha sido abstracta. (Aunque él declara que en sus inicios hizo figurativo, dibujo al natural. Confiesa que, aún hoy, cada día dibuja frutas y legumbres, alguna otra composición o modelo, para mantener el pulso de la línea.) Pero esto no es decir mucho.
Escribimos, razonamos, recordamos y vemos el futuro en español.
Después de una larga trayectoria como académico, Umberto Eco (1932) publicó su primera novela, El nombre de la rosa, en 1980. Luego señaló que treinta y un años de novelista no eran muchos y tituló a uno de sus libros Confesiones de un joven novelista (2011).
El rito guadalupano va más allá del mero acontecimiento religioso, que ya de por sí es muy grande. Las docenas de pueblos prehispánicos obedecían a una cosmogonía totalmente religiosa.
¿Era una acción de grupos radicales en contra del gobierno establecido, o de éste en contra de aquéllos, o como se decía, de intereses extranjeros para desestabilizar el país?
Al final de la noche sólo se encuentra la nada. Es allí a donde se llega siempre, parece decirnos Céline.
He concluido que a Emerenciano Guzmán Cerrato lo mató el populismo en una lucha feroz por el poder. Eres tú o soy yo.
Observé desfilar nutridas manifestaciones en su contra. También otras, menos, que coreaban a su favor.
Es triste que un poeta, un escritor, un artista, deba morir truculentamente para que su obra sea comentada, citada.
Este investigador solitario, que lucha por el bien, es capaz de todo para desvelar el misterio y capturar a los delincuentes, no es un burócrata.
Sin querer me involucré con los cubanos y su movimiento, al grado de guardarles en mi casa un baúl grande lleno de armas.
Al final de diciembre de 2011 vi en una pequeña sala de la Cineteca la película Alucardos: Retrato de un vampiro, dirigida por Ulises Guzmán, hecha a manera de documental indirecto acerca de Juan López Moctezuma y su película mítica, Alucarda, la hija de las tinieblas (1975), protagonizada por Tina Romero, que parece que se ha perdido.
Después de El cuarto oscuro de Damocles, era obligado leer la siguiente novela de Willem Frederik Hermans que anunciaba su editorial, No dormir nunca más. Ésta es diferente.
He aquí una bonita novela negra. Y muy sencilla, en realidad.