Adiós, José Emilio de todos nosotros

Quizá porque su novela Las batallas en el desierto narraba una historia que nos conmueve hasta los huesos: la de un amor imposible entre un niño y una mujer adulta, o por lo mucho que amó a la Ciudad de México y la describió con pasión, o por sus poemas profundos, intensos, que herían sin necesidad de recovecos eruditos de esos que nadie entiende, o tal vez porque en sus apariciones en público le gustaba hacer gala de su exquisito sentido del humor, señal de su puntual inteligencia, lo cierto es que los jóvenes adoraban a José Emilio Pacheco.