Artur Mas se brincó las trancas

En la celebración de la diada —Día Nacional de Cataluña, 11 de septiembre—, el iluminado Artur Mas se brincó las trancas. Alienta la secesión, se queda en casa y moviliza a centenares de miles de personas “para abandonar España” y lograr “la libertad que tanto anhelamos”. El presidente de la Generalitat sigue presionado y casi prisionero de Esquerra Republicana que fue la triunfadora y será la que, en un futuro, gobierne Cataluña.

España se bajó otra vez los pantalones

Como consecuencia de la actitud soberbia y prepotente de Gran Bretaña, en España empezaron a sonar los sables. Esta vez, el ruido no tiene connotaciones fascistas sino que el teniente general Pedro Pitarch salió al paso del nuevo problema que se suscita en Gibraltar, al decirle al ministro de Defensa, Pedro Morenés, que “nos hemos bajado los pantalones otra vez y volvemos a meter el rabo entre las piernas”.

El rey que vale lo que un cero a la izquierda

¿De qué sirve una monarquía parlamentaria…? Usted lo ha dicho: de nada. Un ejemplo claro de la inocuidad de los regímenes parlamentarios de ese corte es España. El rey Juan Carlos, impuesto por Francisco Franco, es el heredero de un sistema fascista. Su Majestad aceptó todas las indicaciones y órdenes del dictador y se sometió a los designios del totalitarismo. Los comunicados provenientes de El Pardo se ejecutaban de inmediato. Así consiguió ser rey.

Escondido en un rincón

Se reventó la herida política infectada y la pus hizo metástasis e invadió a todo el Partido Popular, empezando por el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, quien cayó en el garlito, y el 7 de este mes envió un mensaje a Luis Bárcenas con la siguiente advertencia: “Si hablas, tu mujer irá a la cárcel; si callas, Alberto Ruiz Gallardón será destituido en el último Consejo de Ministro antes de vacaciones, y tu asunto se archivará en septiembre por nulidad”.