Oficio y arte en la literatura de Hiriart

La idea que de la literatura mexicana puede tener ahora un lector no especializado, asiduo o —incluso— mínimamente enterado, es muy ambigua cuando no rarificada: un gran acervo inmanejable no sólo por su volumen sino por la imposibilidad de situar a sus autores, los géneros y los títulos en el tiempo y el contexto en que se leen, se comparan se interrelacionan y se comparan dentro de las distintas genealogías que se han configurado de las nuestras letras.

Los escritores en imágenes

Una de las prácticas más populares del mundo contemporáneo son los autorretratos (selfies) gracias a los blogs, las redes sociales; con los autorretratos, en natural se quiere atraer la atención, exaltar —de manera genuina, superficial o ficticia— la autoestima, así como autoelogiar méritos, viajes y hechos atrevidos; aunque también puede ser parte de una información, aun, documental. Sobre todo ahora los selfies dan parte del ocio en que el Yo lucha por abandonar el anonimato, ante la conciencia de la fugacidad de connotación.

Desterrado en su misma patria

La existencia de José Revueltas (1914-1976) se debatió entre la militancia política, las contradicciones de la izquierda, el abandono del México rural y las transformaciones de Estado en el camino a la modernización que tantos augurios provocó y endilgó la retórica del discurso político en su momento; un desarrollo, siempre, sin terminar de arrancar y, en el mejor de los casos, sin fructificar en la permanencia y solidez de los medios de producción y el crecimiento de la economía mexicana que alcanzaría un “desarrollo estabilizador” que muy pronto se fracturo y se fragmento.

Desterrado en su misma patria

José Revueltas (Durango, 1914-ciudad de México, 1976) pertenece a una de las familias de artistas más connotadas de nuestra historia; fue el último de once hijos, dos de los cuales murieron en la niñez, procreados por José Revueltas Gutiérrez, un próspero comerciante, y Romana Sánchez. El primer hijo de la progenie fue Silvestre (1899-1940), cuya figura y obra es una de las más emblemáticas de la música clásica del siglo XX mexicano; murió prematuramente y corrió un aserto que derivó en la leyenda sobre la pugna que existía entre él y Carlos Chávez (1899-1978), lo cual significaría que la obra de Revueltas no se difundiera suficientemente. Se llegó a decir, entre la maledicencia y recuerdo exaltados, que el autor de la Sinfonía india instruía a amigos mutuos para que llevaran a conversar a la cantina al autor de Sensemaya para que se extraviara más y más y se aniquilara su salud. En esta relación de condiscípulos y colega, se llegó a una comparación con la rivalidad entre Mozart y Salieri dramatizada por Peter Shaffer y luego recuperada por Milos Forman en su célebre Amadeus; el origen de esa historia fue el texto de Alexander Pushkin, Mozart y Salieri (1830).

Poeta de la cotidianidad

A Efraín Huerta (Efrén Huerta Romo, Silao, 1914-México, 1982) se le ha considerado el poeta de la ciudad de México; esa definición, casi por antonomasia, ha llevado incluso al poeta y estudioso de la ciudad Vicente Quirarte a señalar que “Declaración de odio” (Hombres del alba, 1944) es el más intenso poema de amor escrito a la capital del país, la cual —ya se sabe— se ha vuelto uno de los tópicos de nuestros poetas; recordar a Ramón López Velarde, Octavio Paz, Bonifaz Nuño, Jaime Sabines, Eduardo Lizalde, Gerardo Deniz, José Carlos Becerra, Francisco Hernández y David Huerta, quien ha escrito que los rasgos atribuibles a su padre, o a cualquier otro escritor, pueden ser múltiples.

Misivas a contraluz

Arnaldo Orfila Reynal (1897-1998) es uno de los baluartes de la edición en México. Desde el Fondo de Cultura Económica, primero, y luego como director fundador de Siglo XXI Editores, proyectó el trabajo mexicano al resto del mundo. La figura del editor en él alcanzó una jerarquía intelectual y de difusión que ahora sigue siendo modelo para las empresas que quieren hacer libros por pasión al saber y los libros.

La herencia del padre en los escritores

Padre y memoria se republica a unos meses de la muerte intempestiva de su autor Federico Campbell (Tijuana, 1 de junio de 1941; Distrito Federal, 15 de febrero de 2014) quien desarrolló una larga carrera como periodista, narrador, ensayista, traductor, además de haber creador la legendaria editorial La Máquina de Escribir (1977). El poder y sus relaciones con la sociedad y las implicaciones de su monstruosidad que nos acompaña a todos, es un leit motiv a lo largo de su obra y manifiesto, también, a lo largo de las entrevistas que concentran su voz en La máquina de escribir (Conaculta, 1997).