Verdades y falsedades de Gurría

El exsecretario de Hacienda de México y ahora secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), José Ángel Gurría, visitó nuestro país la semana pasada y entre sus varias declaraciones dijo algunas verdades, otras afirmaciones falsas que deben desmentirse y otros juicios que merecen rebatirse por las consecuencias que, de aceptar sus consejos, tendrían para la población trabajadora.

El problema del peso es su dependencia

Desde hace algunos meses, los mercados financieros del mundo se han mostrado sumamente nerviosos, debido a que se había anunciado la posibilidad de que la Reserva Federal, es decir la institución que actúa como banca central de Estados Unidos, decidiera aumentar la tasa de interés. De concretarse esa expectativa, lo previsible era que los capitales fluyeran, como quien dice en masa, hacia Estados Unidos, en busca de una tasa de interés positiva, con la ventaja adicional de que los valores estuvieran invertidos en una moneda fuerte.

Causas de la devaluación

En efecto, como se ha reiterado en los medios, la devaluación que ha experimentado el peso en este año es histórica, en cuanto ha llegado a su nivel más bajo, y también porque la dimensión de la caída que se mueve, según algunos analistas alrededor del 20 por ciento, si descontamos el diferencial de inflación entre nuestro país y Estados Unidos, es incluso más significativa que la ocurrida durante la crisis financiera mundial de 2009, cuando el porcentaje real fue de 9 por ciento.

Los pobres son un buen negocio

El BID anda atrasado de noticias, pues en las últimas semanas ha declarado que los pobres de América Latina representan un cuantioso mercado para las empresas. En la región, ha dicho, existen alrededor de 450 millones de pobres que sobreviven con menos de 10 dólares diarios, pero lejos de alarmarse por la situación de desigualdad en la región, ha concluido que los pobres latinoamericanos representan un mercado de 759 mil millones de dólares.

El mexicano trabaja más y gana menos

Sin proponérselo, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo, que agrupa a los países más ricos del planeta) y el INEGI (Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática) ofrecieron un panorama de las condiciones en que se encuentran los trabajadores mexicanos, después de la aplicación de las políticas neoliberales, incluidas las reformas estructurales de las últimas décadas.

Cuatro millonarios poseen 9% del PIB nacional

La Organización Oxfam acaba de publicar un informe sobre la desigualdad en México que contiene datos escandalosos. Ahí se advierte que “El número de multimillonarios en México no ha crecido mucho en los últimos años. Al día de hoy son sólo 16. Lo que sí ha aumentado y de qué forma es la importancia y la magnitud de sus riquezas. En 1996 equivalían a $25,600 millones de dólares; hoy esa cifra es de $142, 900 millones de dólares”.

Hacienda decide y la deuda aumenta

Hace unas semanas comenté cómo la elaboración del llamado presupuesto cero, es decir el que no parte de las asignaciones otorgadas en años anteriores a las distintas dependencias y organismos autónomos, sino que se rediseña completamente según los criterios de la Secretaría de Hacienda (en este caso, lo que ya es el colmo, asesorada por el Banco Mundial), esa elaboración, decía significa la introducción abierta de la arbitrariedad. Me quedé corta. Porque si bien el presupuesto cero es efectivamente el ejercicio de la arbitrariedad pura, lo cierto es que la actual administración no ha necesitado esperar a la elaboración de esos nuevos lineamientos, sino que ya está actuando arbitrariamente desde hoy.

Más injerencia del Banco Mundial

El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, en su informe sobre el primer trimestre de 2015, disminuyó, por segunda vez, la previsión sobre el crecimiento de la economía en este año. Mientras en noviembre pasado anunciaba que aumentaría entre 3 y 4 por ciento, luego en febrero de 2015 se había reducido a entre 2.5 y 3.5, y ahora el Banco espera que el producto interno bruto crezca entre 2 y 3 por ciento. Lo más probable es que al final del año tengan que reconocer que ni siquiera se llegó a ese débil porcentaje.

Primeros chubascos de la tormenta económica

Parece ser que los primeros chubascos de la tormenta económica que se avecina han empezado a caer. La semana pasada se informó que en la primera quincena de marzo salieron del país 70 mil 500 millones de pesos que estaban colocados en bonos gubernamentales, principalmente Cetes, por inversionistas extranjeros. La cantidad equivale, a un tipo de cambio promedio de 15.12 pesos por dólar, a nada menos que 4 mil 460 millones de dólares.

Sube el dólar… y sube todo

A la depreciación que ha sufrido el peso en las últimas semanas le llamamos macrodevaluación, pues se trata de una baja notable del valor de la moneda mexicana. Ciertamente, como han señalado diversos analistas, el descenso tiene como causa inmediata la apreciación del dólar en todo el mundo, debido a los más recientes datos sobre el comportamiento de la economía estadounidense que han mostrado un aumento de la producción y sobre todo del empleo, lo que hace esperar un alza de la tasa de interés en ese país y, por lo tanto, la afluencia de dólares para aprovechar ese cambio de política. Sin embargo, hay que señalar que, como viene sucediendo desde hace tiempo, para México la situación es peor, pues entre los países emergentes es el segundo que ha experimentado la mayor devaluación de su moneda, lo que se explica porque a la situación de la economía internacional se suman los factores internos que, como comentábamos en estas páginas hace dos semanas, entre los más importantes está la fuga de capitales que han protagonizado inversionistas, tanto mexicanos como extranjeros,

El ¡sálvese quien! pueda de los ricos

Quizá porque tengo una fobia particular a las ratas, siempre me ha parecido desagradable esa frase común que afirma que las ratas son las primeras que abandonan el barco cuando se está hundiendo, en esta ocasión, sin embargo, no puedo evitar que la recuerde al conocer las cifras de los depósitos de mexicanos en bancos de Estados Unidos, que suman ya la impresionante cantidad de 73 mil 927 millones de dólares. Ese monto casi es igual al saldo total de la deuda pública externa que en diciembre del año pasado fue de 77 mil 352 millones de dólares.

El recorte pega a adultos mayores

El recorte al gasto público que anunció el secretario de Hacienda por 124 mil millones de pesos suscita varios comentarios. En primer lugar, que se trata de un monto significativo, que seguramente tendrá efectos sobre el conjunto de la economía, pues ya se sabe que el gasto del gobierno constituye el instrumento más importante para impulsar el crecimiento, de manera que su descenso implica que ese impulso también disminuye y, por lo tanto, puede esperarse que la meta de crecer entre un 3.2 y 4.2 por ciento, que de por sí no era creíble que realmente pensaran que se iba a cumplir, ahora, con el recorte, es seguro que no se alcanzará, pues se necesitaría casi un milagro, como que los precios del petróleo se recuperaran hasta los 100 dólares o que la economía estadounidense creciera a tasas elevadas, o que Europa saliera en este año de la crisis. Y nada permite prever que tales milagros económicos ocurran en los meses próximos.

Malos tiempos nos esperan

Si hace unas semanas señalaba, como otros analistas, que se avecinaba una tormenta económica, ahora habría que destacar que los negros nubarrones se han convertido en una tormenta perfecta o bien en huracán de varios grados. Se han aunado la caída del precio del petróleo, con la devaluación del peso y la inminente alza de las tasas de interés. Esos tres factores están conduciendo, por un lado, a los recortes del gasto público, ya anunciados por el secretario de Hacienda, y a un nuevo impulso a la inflación, es decir al aumento de precios; ambos fenómenos, en un mercado interno tan estrecho como el mexicano, ahondan las tendencias recesivas que ya manifestaba la economía mexicana.

Aumento miope o ciego

La Comisión de Salarios Mínimos determinó un aumento de 4.2 por ciento para el año próximo, de manera que el salario mínimo para 2015 en la zona A, que incluye las ciudades con mayor número de trabajadores, como el Distrito Federal, el Estado de México y las ciudades de Monterrey y Guadalajara, será de 70.10; y en la zona B, de 66.45 pesos, pues el aumento fue de 2.81 y de 2.78 pesos respectivamente.