Gobiernan el mundo los organismos internacionales

El presidente de Bolivia, Evo Morales, acaba de rechazar las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional que lo instaban a aplicar el modelo clásico del FMI, es decir, a propiciar un clima favorable para los negocios a fin de atraer la inversión extranjera, a realizar recortes presupuestales, a desregular su mercado financiero (lo que permitiría el alza de la tasa de interés) y lo que llaman flexibilizar el tipo de cambio, esto es, a devaluar su moneda.

Los empresarios van por todo

Bastante escándalo ha provocado que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos haya decidido fijar el que regirá para 2016 en 73.04 pesos, lo que representa un aumento de 4.2 por ciento en relación con el salario mínimo de 2015, que es de 70 pesos con 10 centavos, o sea que el aumento significa 2.94 pesos. Si lo multiplicamos por 30 días, quiere decir que el salario mínimo mensual para 2016 será de 2 mil 191 pesos con 20 centavos.

Los sacadólares están de vuelta

Todos los mexicanos con la suficiente edad recuerdan aquella frase del entonces presidente José López Portillo, en la que aseguró que defendería el peso como un perro. Menos recordada, pero igualmente memorable, es la que pronunció en su sexto Informe de Gobierno, aquél en el que se estableció la nacionalización de la Banca (ahora ya no sólo desnacionalizada, sino extranjerizada), cuando con voz indignada advirtió: “ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”. En aquellos meses, los medios, o por lo menos los periódicos, registraban con frecuencia la salida de divisas por los depósitos de mexicanos en el extranjero. Este tipo de acciones era tan frecuente y las cantidades tan cuantiosas que rápidamente el habla popular los apodó los “sacadólares”.

Alarmas por la deuda

Ahora que se han discutido los presupuestos de ingresos y de egresos del gobierno federal, se ha puesto atención en la deuda pública, incluso los empresarios de la Coparmex han recomendado a los diputados que tengan cuidado en la aprobación de los nuevos endeudamientos que se programan para 2016. Y es que, en efecto, el saldo de la deuda pública y, sobre todo, el rápido crecimiento que ha tenido durante los tres años de la actual administración obligan a prender las alarmas.