Las familias de salario mínimo tienen hambre
Los topes salariales no solo rigen para quienes ganan el mínimo, sino para el conjunto de los asalariados.
Los topes salariales no solo rigen para quienes ganan el mínimo, sino para el conjunto de los asalariados.
El desempleo golpea con mayor fuerza a quienes tienen un más alto nivel educativo.
Las decisiones de política económica dañan las condiciones de vida de los trabajadores.
La imposición del neoliberalismo ha significado la aplicación de las llamadas reformas estructurales.
Financiar el consumo a través de tarjetas de crédito sirve para aumentar el consumo presente a cuenta de una creación futura.
Esa vuelta al proteccionismo por parte de un país altamente industrializado y con la mayor economía preocupa especialmente a los europeos.
La deuda ha crecido aceleradamente durante la actual administración.
Las crisis golpean de manera diferenciada a unos capitalistas y a otros, y a unos países y otros.
Constituye la última medida de una larga cadena de despojo de los trabajadores, de empobrecimiento generalizado.
Del futuro presidente de Estados Unidos no se puede esperar que entienda de razones o que recapacite y atempere sus posiciones.
Fidel nunca claudicó y cumplió a cabalidad los dos lemas de la Revolución Cubana: Patria o muerte, venceremos, y Hasta la victoria siempre.
Tanto el descenso de las remesas como la fuga de capitales inciden de inmediato en la devaluación del peso.
El motivo es justificar la entrega del principal recurso natural de México a la explotación privada.
Los recortes presupuestales generan una espiral descendente.
Se muestra, nuevamente, la voluntad de quebrar Petróleos Mexicanos para ampliar el espacio de la inversión privada.
Entender este simple mecanismo de la economía es demasiado complicado para empresarios que no ven más allá de su ganancia inmediata.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, acaba de rechazar las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional que lo instaban a aplicar el modelo clásico del FMI, es decir, a propiciar un clima favorable para los negocios a fin de atraer la inversión extranjera, a realizar recortes presupuestales, a desregular su mercado financiero (lo que permitiría el alza de la tasa de interés) y lo que llaman flexibilizar el tipo de cambio, esto es, a devaluar su moneda.
Bastante escándalo ha provocado que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos haya decidido fijar el que regirá para 2016 en 73.04 pesos, lo que representa un aumento de 4.2 por ciento en relación con el salario mínimo de 2015, que es de 70 pesos con 10 centavos, o sea que el aumento significa 2.94 pesos. Si lo multiplicamos por 30 días, quiere decir que el salario mínimo mensual para 2016 será de 2 mil 191 pesos con 20 centavos.
Todos los mexicanos con la suficiente edad recuerdan aquella frase del entonces presidente José López Portillo, en la que aseguró que defendería el peso como un perro. Menos recordada, pero igualmente memorable, es la que pronunció en su sexto Informe de Gobierno, aquél en el que se estableció la nacionalización de la Banca (ahora ya no sólo desnacionalizada, sino extranjerizada), cuando con voz indignada advirtió: “ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”. En aquellos meses, los medios, o por lo menos los periódicos, registraban con frecuencia la salida de divisas por los depósitos de mexicanos en el extranjero. Este tipo de acciones era tan frecuente y las cantidades tan cuantiosas que rápidamente el habla popular los apodó los “sacadólares”.
Ahora que se han discutido los presupuestos de ingresos y de egresos del gobierno federal, se ha puesto atención en la deuda pública, incluso los empresarios de la Coparmex han recomendado a los diputados que tengan cuidado en la aprobación de los nuevos endeudamientos que se programan para 2016. Y es que, en efecto, el saldo de la deuda pública y, sobre todo, el rápido crecimiento que ha tenido durante los tres años de la actual administración obligan a prender las alarmas.