Crucifixión del Ejército
A muchos mexicanos, señor presidente, nos enseñaron en la escuela y en nuestros hogares a respetar al Ejército. Vemos en el uniforme que llevan soldados y oficiales, el símbolo de la patria.
No podemos aceptar, entonces, que por órdenes de usted –aunque sea el presidente, o precisamente por serlo– se permita que los delincuentes humillen a nuestros soldados.



















