Las parábolas del desequilibrio
Así como misticismo es inexplicable sin erotismo, para Adriana Tafoya la redención asumió la forma del “pecado”, la transgresión donde se reconoce humano: “éste es el hombre”, diría Nietzsche (Ecce homo).
Así como misticismo es inexplicable sin erotismo, para Adriana Tafoya la redención asumió la forma del “pecado”, la transgresión donde se reconoce humano: “éste es el hombre”, diría Nietzsche (Ecce homo).