Erotismo, libertad y letras
“A la caza de iguanas” es eternizar a la creación de la sensualidad o una malévola candidez de las niñas a través de la mujer hermosa y aterradora de la diosa Xtabay.
“A la caza de iguanas” es eternizar a la creación de la sensualidad o una malévola candidez de las niñas a través de la mujer hermosa y aterradora de la diosa Xtabay.
Tuve la suerte de tener amigas de mente abierta, no demasiado modestas.
Así como misticismo es inexplicable sin erotismo, para Adriana Tafoya la redención asumió la forma del “pecado”, la transgresión donde se reconoce humano: “éste es el hombre”, diría Nietzsche (Ecce homo).
Como en todo libro de aventuras, Sabor a Piel cautiva con el gusto de saber qué sigue. Erotismo es el placer de adivinar en cada caricia, la siguiente. El argumento es reencontrarnos: “Quiero…/ respirarte en fragmentos/ para que me dures todo marzo”. Queremos ser los amantes del momento: “Detenemos al tiempo/ en la habitación”, “que nuestros muslos…/ sigan contando/ sus secretos”.