Bendición de los animales
Entre la Epifanía y la Candelaria, o entre rosca de reyes y tamales, la población de nuestra capital contaba con una de las funciones religiosas más relevantes del año: “la bendición de los animales”, fiesta instituida en el siglo XVII por los padres antoninos a fin de celebrar, cada 17 de enero, a su patrono tutelar, San Antonio Abad, ceremonia que se efectuaba en el amplio atrio del templo de la Santa Cruz de Acatlán, vecino al viejo rastro de la antigua Ciudad de México, en lo que hoy es la colonia Tránsito en la delegación Cuauhtémoc.




